«Todos y todas los estudiantes tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada», dice el proyecto de ley de educación sexual que se presentó hace más de un año -el 20 de febrero de 2017- en la Legislatura entrerriana, pero que desde entonces hasta ahora duerme el sueño de los justos.
La iniciativa incluye la creación del Programa Provincial de Educación Sexual Integral, con una peculiaridad: el trabajo en el aula deberá hacerse respetando leyes clave de la democracia, como la Ley Nacional 23.849 de “Ratificación de la Convención de los Derechos del Niño”; la Ley Nacional 23.179 de “Ratificación de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer”; la Ley Nacional 25.673 “Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable”; la Ley Nacional 26.206 “Ley de Educación Nacional”; la Ley Nacional 26.485 para “Prevenir, erradicar y sancionar la Violencia contra las Mujeres”; la Ley Nacional 26.364 “Prevención y sanción de la Trata de Personas y asistencia a sus Víctimas”; la Ley Nacional 26. 743 “Identidad de Género”; la Ley Nacional 26.218 “Matrimonio Civil”; la Ley Nacional 26.061 “Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes” y la Ley Provincial 12.967 “Promoción y Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”.
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El proyecto de ley, sin embargo, jamás fue tratado por la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología, que lo recibió el 31 de marzo de 2017, dos días después de que tomara estado parlamentario. La autora del proyecto, la diputada Gabriela Lena -designada ahora presidenta del bloque de la UCR en la Cámara Baja- acaba de enviarle un «recordatorio» a la presidente de la Comisión de Educación, la justicialista Leticia Angerosa. Le recuerda que el texto jamás fue tratado.
«Nunca se trató el proyecto -dice Lena a Entre Ríos Ahora-. Ni siquiera está en la agenda de la Comisión de Educación, que se reunió la semana pasada por primera vez en el año».
José Luis Panozzo, expresidente del Consejo de Educación, dice que durante su gestión se procuró establecer un modo de abordar el tema que sea «transversal», no una asignatura. «Pensamos que la educación sexual debe empezar en el nivel inicial. La ley es clara en ese sentido. Es un tema transversal que debe abordarse durante toda la trayectoria escolar», asegura.
Aunque luego admite que las sucesivas gestiones en Educación han hecho agua en la materia. «Hemos abordado el tema en forma teórica, pero sin llegar a la escuela, porque además hay un problema: los docentes no hemos sido formados en sexualidad, adicciones o suicidios, qu eson lo temas que hoy están presentes en la escuela. Mucho más complicado es en las escuelas públicas de gestión privada, donde el tema de la sexualidad es un tema tabú».
Aún cuando rige en la provincia la Ley N° 9.501 de Educación Sexual, sancionada en 2003, durante el gobierno del radical Sergio Montiel, que estableció que en las escuelas se deberá «orientar e informar a la población sobre el ejercicio de la sexualidad con perspectiva de género», en el sistema educativo ocurren situaciones como la del Instituto Cristiano Evangélico Bautista, donde sus alumnos son instruidos en base a un cuadernillo escrito por dos pastores chaqueños, José Luis y Silvia Cinalli , autores del libro «Cuidado llegaron los adolescentes», tildado en 2013 como «discriminatorio» por el Instituto Nacional contra la Discrminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).
Ese texto dice: «A veces, detrás de la homosexualidad existe un gran temor hacia el sexo opuesto y se refugian en la homosexualidad para no enfrentar ese temor».
Cristian Farías, pastor de esa comunidad educativa, dijo que el texto se trabaja en la asignatura «Educación cristiana», y le quitó relevancia al escándalo público que generó su difusión. Dijo que el asunto fue «sacado de contexto».
«Somos una escuela confesional, con un ideario institucional basado en los textos bíblicos», aseguró en declaraciones al programa «En voz alta», que se emite por la radio de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
Cuando le preguntaron al pastor de qué modo trataría a un homosexual, respondió: «De la misma forma que te trato a vos: con mucho respeto y con mucho amor. Pero la Biblia dice claramente que la homosexualidad es un pecado. Yo trato a esa persona con mucho amor. Amo al homosexual pero no amo la práctica de su pecado».
Enterados de la repercusión del tema, desde el Consejo General de Educación (CGE) aclararon que ese texto que utilizan los docentes del instituto evangélico bautista «no está autorizado».
“Ratificamos nuestro respeto sobre las orientaciones religiosas de los establecimientos educativos públicos de gestión privada, pero el mensaje que transmite el material que circuló en la institución educativa fue claramente discriminatorio”, señaló la directora de Educación de Gestión Privada, Fabiana Minatta.
Antes de asumir al frente de la Dirección de Educación Privada, en diciembre de 2017, Minatta fue rectora de una escuela confesional, pero de otro credo: la Escuela Nuestra Señora de la Esperanza, y además se desempeñó en la radio del Arzobispado de Paraná, FM Corazón.
Minatta abordará el espinoso tema de la formación en educación sexual en el Instituto Evangélico Bautista con otra funcionaria que surgió de las filas de la Iglesia Católica: la coordinadora de Políticas Transversales del CGE, Nora Clari, exdirectora de Caritas
En 2008, el Estado nombró con el cargo de coordinadora ejecutiva del Programa de Educación Sexual a Nora de Clari, quien entonces era directora de Cáritas Arquidiocesana de Paraná. Fue después de que la curia censurara una iniciativa oficial de instrumentar de la educación sexual que no había contado con su autorización.
Clari formó parte del trío de funcionarias que entre 2006 y 2007 redactaron los lineamientos base del plan de educación sexual. Junto a Clari, participaron también Silvia Kupervaser y Estela Villanueva. La incorporación de una figura ligada a la Iglesia Católica fue el modo como el Gobierno pudo avanzar por fin con una estrategia de instrumentación de educación sexual en las escuelas que, al final, no logró ni mucho ni poco.
Antes, durante la administración del exgobernador Mario Moine, en la década del ´90, fue el primer intento. Pero entonces hubo una férrea oposición de quien era el vicario de Educación del Arzobispado de Paraná, el sacerdote Luis González Guerrico.
Después, en 2004, la administración Busti intentó diseñar un programa similar. Un equipo integrado por las docentes Silvia Darrichón, Mercedes Meucci y Amparo Mercante elaboró los lineamientos curriculares, y para eso se procuró reglamentar la Ley Nº 9.501 de Salud Reproductiva y Procreación Responsable, sancionada en 2003, durante la gestión Montiel.
La Iglesia puso el grito en el cielo, y ocurrió lo previsible. Uno de los coordinadores desde Educación de esa iniciativa, Roberto Matteoda, salió eyectado de su función, y junto a él uno de los primeros kirchneristas en la provincia, Alejandro Richardet. El encargado de sacarlos del centro de la escena fue el entonces ministro de Gobierno de Busti, Sergio Urribarri.
Después, sí, se aprobaron los lineamientos del plan de educación sexual, pero ya con el visto bueno de la curia.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.