¿Cuánto tiempo hay que esperar para que un niño, niña, adolescente víctima de abuso denuncie? ¿Quién decide cuándo es el punto final, el cierre de la posibilidad de que el Estado investigue, juzgue y eventualmente sancione al agresor? ¿Qué tiempo es el tiempo que hay que considerar?

“El derecho de acceso a la justicia debe permanecer intacto hasta que alcance la mayoría de edad o hasta que alcance las condiciones subjetivas, que le permiten a una persona ejercer sus derechos, acceder a la justicia, que pueda hablar, contar lo que le pasó”, entiende la jueza Marcela Davite, integrante de la Cámara de Casación Penal de Paraná.

¿Por qué no habla antes una víctima? ¿Por qué espera? ¿Qué aprisiona la voz? “No hay un pacto de silencio. Hay una imposición de silencio. Ese silencio en estos delitos es lo que conduce a esa considerable demora en contar lo que sucedió. Y en esa demora radicaría la imposibilidad para el Estado para investigar, juzgar y castigar”, señaló Davite que, no obstante, resaltó la importancia de considerar la vigencia de la Convención Internacional por los Derechos del Niño, que en su artículo 19 impone a los Estados la protección del niño.

“Este artículo está vigente desde el 1989, y desde el año 1994 forma parte del texto constitucional. Cuando se dice que esta ley no se puede aplicar retroactivamente, es un concepto totalmente erróneo. Esto es ley vigente”, apuntó. ¿Qué ley? La Ley N° 27.206, sancionada en 2015, autoría de la senadora nacional por Entre Ríos Sigrid Kunath, y por eso mismo conocida como Ley Kunath. Aunque más apropiadamente se la Ley de Respeto a los Tiempos de las Víctimas.

Una ley, la Ley Kunath, que vino a trastocar sensiblemente el concepto de prescripción para los delitos contra la integridad sexual y delitos de trata cuando la víctima sea menor de edad. La prescripción, dice la Ley Kunath, comienza a operar desde el momento en que la víctima decide llevar el caso a la Justicia, y no antes, independientemente de cuándo sea ese momento. ¿Cuál es ese tiempo de espera? “Es un tiempo que depende de cada víctima. No puede estar reglamentado por ley”, entiende Davite.

 

 

La magistrada fue una de las expositoras en la jornada sobre  “El rol del Estado frente al Abuso Sexual Infantil y la voz de las y los sobrevivientes”, que se llevó a cabo el jueves 4 en el salón Eva Perón del Senado Nacional, organizado por la senadora Kunath. La legisladora habló de la ley que lleva su nombre y dijo que la pretensión fue pensar una norma que “mire a las víctimas”.

 

 

Kunath explicó que “el objetivo de este encuentro es generar insumos, escuchar a los sobrevivientes -quienes ponen en palabras lo que resulta difícil de contar- desde una mirada integral a partir de los distintos actores y especialistas. Son espacios sumamente necesarios y enriquecedores, que nos ayudan a ser mejores legisladores y legisladoras”.

 

 

“Es indispensable seguir contribuyendo en la prevención y visibilización de la problemática, generando nuevas herramientas, revisando las que ya tenemos, pero también viendo cómo construimos entre todos y todas desde el lugar que nos toca a cada uno, una sociedad que cuide a sus niños, niñas y adolescentes”, agregó la legisladora entrerriana.

 

 

“Son casos que sacuden a nuestras comunidades, que nos conmueven, porque a pesar de los avances, persisten. Por eso resulta necesario tener un Estado presente, en los distintos planos de acción, pero sobre todo que trabaje de manera mancomunada con las organizaciones de la sociedad civil, como es el caso de las agrupaciones de sobrevivientes de abuso que hoy nos acompañan y que ponen su rostro y su cuerpo, para que otros se animen a contar lo que aún no pueden”, sostuvo Kunath.

La jueza Marcela Badano, integrante de la Cámara de Casación Penal, entendió que el abuso de menores conforma ese tipo de delitos que obliga a “preguntar cosas que no tan cómodamente nos preguntábamos”. Y que su abordaje constituye “un cambio de paradigma para el mismo juez”.

Antes, dijo, en los delitos contra la integridad sexual se ponía el foco en la víctima, “que debía probar su honestidad y también probar que se había resistido heroicamente, con múltiples preguntas sobre su accionar”. Y apuntó a un cliché en el Poder Judicial que lleva a desestimar las denuncias por abuso. “Se habla de que estos delitos se cometen en la intimidad y por tanto son de muy difícil prueba. Esto nos lo hemos vuelto a preguntar. Todos los delitos se cometen en la intimidad, porque el autor persigue su impunidad”, afirmó.

“El actor principal en un delito a investigar es el autor, no la víctima”, planteó durante su exposición en el Senado. Y se mostró a favor de la reforma que introdujo en el Código Penal la Ley Kunath. “Hoy  nos parece imposible seguir pensando así y por eso celebramos la sanción de la Ley Kunath”, afirmó.

Pablo Huck, víctima del cura Marcelino Ricardo Moya, condenado a 17 años de cárcel por abuso y corrupción de menores, planteó una metáfora voraz: “El abuso es un atropello gigantesco, multidimensional, y tan subjetivo como víctimas existen. El abuso es como que te lleve puesto un camión”.

Fabián Schunk, víctima de los abusos del cura Justo José Ilarraz, condenado a 25 años de cárcel, habló de un miedo: el miedo a no poder vencer la facilidad del llanto cuando habla en público de su paso por el Seminnario Arquidiocesano de Paraná y lo que allí ocurrió. “Mi miedo era poder vencer las ganas de llorar. Hasta ahora, todas las veces que he hablado he llorado. Quizá esta sea la primera vez que no llore, y eso significa que uno empiece a sanar”, planteó.

De la jornada en el Senado, también participaron la senadora nacional Norma Durango, vicepresidenta de la Comisión Bicameral Permanente del Defensor de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; Mariana Graña, perito psicóloga del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires; Mara Brawer, diputada nacional mandato cumplido; María Elena Naddeo, directora general de Niñez, Adolescencia, Género y Diversidad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires; y Sebastián Cuattromo, de la ONG Adultos por los Derechos de la Infancia.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.