«No sé qué me pasó: me rayé».

¿Qué lleva a una persona a viajar de una ciudad a otra con el sólo propósito de matar?

Matar para saldar viejos rencores, tragedias pasadas, asuntos pendientes en la comisura de los recuerdos más aciagos.

¿Qué mecanismos se activan? ¿Por qué?

Esteban Joaquín Álvarez supo a los 10 años de qué iba la vida: del modo más violento.

A los 10 años, Esteban Joaquín Álvarez vio morir a su mamá.

Y la vio morir con violencia. Un femicidio.

Eso lo pudo contar ahora, agobiado por el consumo de sustancias, enfermo de la ira, con una cuenta pendiente por resolver que decidió resolverla el viernes 15 de septiembre a punta de pistola.

Fue donde la chacra de Félix Roberto Martínez, cerca de Febre, a 12 kilómetros de Nogoyá, y le disparó a quemarropa con la decidida intención de matarlo.

No lo mató. Félix Roberto Martínez, su padrastro, se recupera de la herida de bala en el Hospital San Martín, en Paraná, adonde fue trasladado.

Esteban Joaquín Álvarez no pudo matarlo –eso se había propuesto– y ahora purga una prisión preventiva por 45 días en la cárcel de Victoria, imputado del delito de intento de homicidio, y de privación de la libertad: después de dispararle a Martínez, le robó el auto, y cargó adentro del vehículo a un peón de su padrastro, y se lo llevó a punta de pistola.

Entonces se fugó con la decidida intención de aplastar en el olvido todo eso que se había propuesto hacer.

No pudo.

Se fugó en un auto Ford modelo Focus, de color rojo, “no precisándose el dominio, siendo el mismo un hijastro de la víctima y titular del vehículo y que estaría armado”, dice el informe policial.

La Policía salió siguiendo sus huellas.

“Debido a lo sucedido y dirigiéndonos por la ruta Provincial N° 26 hacia el lugar y en km 42 observamos que de un camino vecinal con orientación este sale hacia la ruta un vehículo con similares características conducido por un masculino, al cual se procede a chequear el dominio siendo AA 230 MO arrojando como titular Martínez Félix Roberto, con domicilio en calle Laprida n° 606 de la ciudad de Victoria, por tal motivo y habiéndonos posicionado delante de él, comenzamos a indicarle mediante señas de mano que se detuviera en la banquina”.

La road movie empezó a rodarse entonces.

El chofer del Focus hizo caso omiso a las señas de los uniformados.

Aceleró por la ruta.

Dice el informe policial que el conductor del Focus “nos sobrepasa y emprende la huida, comenzando una persecución a alta velocidad en dirección hacia Victoria, viéndose obligado a reducir la marcha debido al tránsito, donde nuevamente lo alcanzamos y comenzamos nuevamente a pedirle que se detenga, con señas de mano, luces y bocina, acelerando nuevamente y sobrepasando en una loma tres autos que venían detrás de un camión, haciendo que un camión, que venía de frente, frenara y se tirara a la banquina, logrando alejarse luego de esto”.

Pero en el Km 23 la Policía consigue detener al conductor intrépido.

Entonces es identificado como Esteban Joaquín Álvarez, de 27 años, domiciliado en Victoria.

Este martes 19 de septiembre declaró en los Tribunales de Nogoyá, asistido por la defensora oficial María de los Ángeles Banno. Lo hizo ante el fiscal Federico Uriburu.

Dijo, entre otras cosas, que había ido con la decisión de matar: que tiró a matar. Que tenía esa cuenta pendiente desde aquel día cuando vio cómo mataban a su madre. Que quien la mató, eso dijo en la Justicia,según fuentes con acceso al expediente, fue Martínez, su padrastro, y que ahora quería cobrarse venganza.

Lo dijo así: que había viajado de Victoria hasta Febre con intención de matar. Que todavía le da vueltas en la cabeza aquel día, cuando tenía 10 años, y vio cómo mataban a su madre. «Me rayé -dijo-, y no pensé en nada más que eso».

Ahora está en la cárcel. Durante 45 días, estará con prisión preventiva. Su padrastro volverá a la chacara. Pero Esteban Joaquín Álvarz, no volverá su trabajo.
Ahora su vida es una incógnita.

 

 
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.