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La Iglesia marcó la agenda de la discusión, con economistas K

adminseptiembre 29, 2019
El semanal0 Comentarios 1

El obispo Jorge Lugones, titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, denunció la crisis social y económica que castiga a los más vulnerables en la Argentina y sostuvo que “ha llegado la hora de dar el paso desde la práctica del encuentro hacia lo institucional, mediante un pacto social y político que nos comprometa a todos para lograr una economía de rostro humano, comenzando desde nuestra patria”.

Lugones inauguró, el sábado, la segunda jornada del encuentro “Repensar la economía”, que se desarrolló desde el viernes en el Centro Provincial de Convenciones, en Paraná, Entre Ríos. El prelado habló de “La Patria Grande y el desafío de un Nuevo Pacto Económico para la Fraternidad”.

“Nos proponemos repensar no en pequeño sino también hacia nuestro mundo latinoamericano, donde tiene un buen punto de partida la fraternidad en la fe, cuando tomamos conciencia de que tenemos, sobre todo con los pobres, los descartados y oprimidos un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos” manifestó en su discurso el también obispo de la diócesis de Lomas de Zamora.

El religioso denunció que “en nuestro país asistimos hoy a una nueva crisis económica y social, con un severo aumento de la indigencia, la pobreza y la desocupación que afecta esencialmente a los más vulnerables, en especial a los pequeños”.

Una parte sustantiva de la intervención fue dedicada al eje de “repensar la economía como modo de organización ecológica, es decir conectado, social, ambiental y regionalmente” así como a la promoción de “la política como herramienta de encuentro y construcción en comunidad” en el marco de la integración latinoamericana.

A la exposición de Lugones, le siguió un panel sobre Política y Economía para Latinoamérica, equidad distributiva, conflicto y paz social, con la participación de los economistas Roberto Feletti, Carlos Heller, Celina Calore, y Juan Horacio Nazar. El obispo auxiliar de Santiago del Estero Enrique Martínez Ossola tuvo a su cargo el comentario de cierre de la mesa.

Celina Calore, del Centro de estudios Scalabrini Ortiz, señaló que las evidencias del aumento de la pobreza en la región muestran las” inconsistencias del neoliberalismo” y propuso avanzar con un plan económico “basado en la sustitución de importaciones en sectores competitivos para la Argentina”. Habló también de “políticas innovadoras destinadas a fomentar el empleo en aquellos sectores que, sin ser competitivos, pueden generar empleo con escasa inversión”. Se trata, dijo, de pensar “una economía de dos velocidades que haga un uso racional de la tecnología en relación con la conservación del empleo evitando el reemplazo de puestos de trabajo”. El proceso de desarrollo no puede desligarse de la cuestión ambiental, dijo, “se trata de generar una movilidad social que permita a todos tener una base para la vida digna”.

El ex viceministro de Economía, Roberto Feletti, por su parte historizó el proceso económico regional y señaló  que el esquema multilateral de relaciones internacionales en los comienzos del siglo XXI coincidió con el proceso de integración regional desde el Mercosur y la unidad de América del Sur, con la UNASUR, lo que permitió un crecimiento de los países miembros que superó el 10%. “La Patria Grande -dijo- no solo fue un discurso sino un proceso con resultados económicos”.

Al referirse al momento actual subrayó la debilidad que surge de los procesos de endeudamiento con administraciones -tales como las de Argentina y Brasil- que apuestan a fragmentar el mercado regional, escenario que se registra en medio de una nueva guerra comercial entre Estados Unidos y China, con sus derivaciones negativas para la región.

Propuso mantener a ultranza la vocación latinoamericana, aún pese a las diferencias con el principal socio de la región, “dado que sin Brasil no se puede”, y estar atentos a los avatares del proceso de conflicto comercial internacional. Recomendó en este sentido que “Argentina no abandone su vocación latinoamericana en la nueva etapa”.

Respecto de la situación financiera, Feletti destacó que para los Estados Unidos la pregunta después de septiembre es “quién paga la deuda”, y razonó que “los dólares de las exportaciones no llegaron, se fugaron divisas por un récord de 6 mil millones de dólares en septiembre y, además, el gobierno defaulteó los vencimientos más inmediatos”. Al respecto analizó que “la negociación sobre cómo se enfrentará el pago de la deuda contraída por el actual gobierno con acreedores locales e internacionales, condiciona el futuro del país”.

A su turno, el diputado nacional Carlos Heller comenzó su intervención preguntándose si es posible implementar una “economía con rostro humano, como lo reclama el Papa Francisco, en este contexto de neoliberalismo, que mide su eficiencia solamente a partir de la obtención de renta”.

Rescató al premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz quién escribió recientemente que “el neoliberalismo está muerto, pero sigue haciendo daño” y en ese contexto recuperó las propuestas del economista en torno a lo que definió como “capitalismo progresista” que postula un “equilibrio de los mercados y gobiernos que tengan en cuenta las cuestiones ambientales, de salud, investigación y tecnología”. También recuperó la idea de que “la riqueza será el resultado de la investigación científica y el trabajo social con suficiente control para evitar la riqueza no genuina; de esta manera podremos salir del esquema que equipara a 1 hombre con 1 dólar para reemplazarlo por otro que sea de 1 hombre = 1 voto.”

Heller analizó que los resultados del gobierno macrista no expresan un fracaso. “Son los que vinieron a implementar, en términos de reducción salarial, baja de jubilaciones, endeudamiento, etc.” Consideró que estas políticas crearon el caso “insólito” de que el récord de la fuga de capitales coincida en la Argentina con la declaración de la emergencia alimentaria. “Llegamos al colmo de tener que escribir en una plataforma electoral que comer es un derecho”, señaló el economista.

La ministra de Desarrollo Social y vicegobernadora electa, Laura Stratta, participó del panel “Economía, desarrollo e inclusión: hacia el trabajo digno”, junto al economista e investigador del Conicet, Demián Panigo; el intendente de Marcos Paz, Ricardo Curutchet,y Pablo Narvaja, decano del área Desarrollo Productivo y Tecnológico de la Universidad de Lanús, todos ellos coordinados por Emilio Inzaurraga, titular de la Comisión de Justicia y Paz del Episcopado argentino.

Panigo caracterizó el actual escenario económico y laboral, el que se encuentra afectado por el “poder de las finanzas para imponer una inequidad distributiva sostenida en la rentabilidad, así como el aumento de la precarización, con disminución salarial y la tercerización total de la mano de obra”. Sostuvo que el mundo está en “una guerra comercial y por el trabajo, que genera un proteccionismo en diferentes países, en defensa de su propia mano de obra, mientras en la Argentina, por el contrario, nos abrimos indiscriminadamente al mundo, aumentamos las tarifas, afectamos la industrialización y generamos precarización laboral”.

A continuación, la ministra de Desarrollo Social de Entre Ríos exhibió modelos alternativos de inclusión social y generación de empleo frente al sistema neoliberal imperante a nivel nacional, como los que viene desarrollando la provincia en materia de economía social, tales como los bancos populares de buena fe (“banquitos”), Cuidadores de la Casa Común, Manos Entrerrianas y fomento cooperativo, entre otros.

Al promover la sanción a nivel nacional de una ley de Economía Social, Laura Stratta criticó la “teoría del derrame de la economía neoliberal, que no resuelve los problemas sociales y en cambio excluye y mata”. Por el contrario, dijo, “se necesita una economía apartada de la rentabilidad sin límite y con rostro humano, que pueda mejorar la vida de las personas y reparar las desigualdades”.

Por su parte, el intendente de Marcos Paz, Ricardo Curuchet, realizó una puesta en común ante el auditorio de un conjunto de programas y medidas de gestión innovadoras en este municipio de 65 mil habitantes del tercer cordón metropolitano de la provincia de Buenos Aires, exponiendo los sistemas de gestión colaborativa en materia comercial, crediticia, educativa, de transporte y producción local. Se refirió -entre otras medidas innovadoras- al funcionamiento de lo que denomino una “cancillería municipal” destinada a promover en Latinoamérica y el mundo la compra de productos manufacturados en Marcos Paz, así como a un ingenioso sistema de créditos electrónicos para los vecinos, que integra sistemas de canje y de intercambio con moneda electrónica con los comercios radicados en la ciudad.

Pablo Narvaja expresó que la crisis argentina obedece no solo a causas económicas sino también políticas, en tanto estas últimas son las que definen el modelo de país. Destacó al respecto que “la economía no es el centro, es una herramienta, que debe prevenir el sálvese quien pueda de los economistas o las justificaciones sobre ganadores y perdedores del modelo”. El académico consideró un anacronismo que los libros de texto aún hablen del libre comercio como una virtud, cuando “se trata de una premisa que va en contra de los intereses nacionales y la producción industrial”. Ese orden económico, dijo, es el que ha llevado a la Argentina a primarizar su economía y aceptar un lugar dependiente en la división internacional del trabajo.

El viernes, en la inauguración de la Jornada de Pastoral Social en Paraná, se desarrolló el  panel “Economía y Geopolítica: La necesidad de la integración regional”, que reunió a especialistas de diversas disciplinas como el economista Alejandro Vanoli; la ex embajadora y diplomática Marilita Squeff; y el sindicalista y titular de la Federación de Transporte, Juan Carlos Schmidt, bajo la moderación de Gastón López Seoane.

El ex titular del Banco Central consideró que “el endeudamiento es insostenible” y más aún en las actuales condiciones de la economía global, dado que  se trata de “un tiempo con más proteccionismo y una recesión global que nos interpela”, consideró difícil “pensar en salidas exportadoras en un contexto como este, en un país que ha perdido ventajas competitivas por la falta de políticas del estado nacional, con los tarifazos, la apertura, las política de ajustes, que han golpeado el aparato productivo”.

Si bien “hay que pensar en el corto plazo y las urgencias de la situación económica, como la inflación y la deuda; sobre todo hay que pensar en el default de la economía real y el default social. Hacen falta políticas que estimulen la demanda y aumenten la producción, evitando el impacto en los precios de una mayor demanda”, subrayó Vanoli.

El economista se sumó a las voces que reclaman la concreción de un pacto social, “algo sumamente esencial, por un tiempo determinado, que no desatienda la recuperación del salario justo por cuestiones éticas y económicas, pero que se pueda hacer en forma consistente y con reducción de la inflación, para lo cual, además de acuerdos se requiere un estado responsable que coordine”.

“Hay que pensar la economía desde otro lugar, desde lo productivo, con las restricciones enormes de un mundo donde los flujos financieros tienen el poder, han multiplicado el poder del dinero”, reclamó el economista. Asimismo, lamentó con tono autocrítico que la región haya “desperdiciado una oportunidad histórica para la integración regional por no haber adoptado las prioridades adecuadas”.

Schmidt convocó desde la introducción a enfocar la integración desde las prioridades y urgencias, instando a “integrar primero de todo a los que comen salteado, a los que menos tienen” y coincidió con la mirada crítica de los demás panelistas en torno al poder

​El sindicalista denunció “este nuevo fenómeno que se llama el mercado, que ahora invade hasta el último rincón del planeta y maneja también nuestras relaciones humanas”. Lamentó lo que denominó el “análisis ciego de los economistas que lo exacerban cada vez más y que aun siendo parte de la sociedad, sacralizan el mercado y son considerados como dioses”. Estos profesionales, dijo, “cuando el paciente se muere le echan la culpa al enfermo, lo hemos vimos con esta gestión”

Schmidt destacó las reacciones de los pueblos de la región frente a las recetas neoliberales. Asimismo, lamentó que las políticas anteriores “no tuvieron la densidad suficiente, no lograron modificar la matriz productiva ni avanzar en los grandes proyectos de infraestructura y quedaron pendientes la cuestión energética, la cuestión del corredor bioceánico y varias políticas de desarrollo de infraestructura”.

La ex embajadora Squeff reivindicó el espíritu integrador de los primeros acuerdos entre Raúl Aflonsín y José Sarney, de Brasil, al firmar los acuerdos que dieron origen al Mercosur, y lamentó la falta de continuidad para avanzar mediante políticas de estado en la integración política, cultural y en materia de derechos humanos. En particular cuestionó el uso de la política regional por parte de la actual gestión, señalando su enfoque puramente mercantil y como trampolín para otros acuerdos, entre los que citó el de Mercosur-Unión Europea.

Dijo al respecto que “creemos en el multilateralismo, pero no en el disciplinamiento que nos somete a las reglas del otro”. Asimismo, defendió los acuerdos automotrices con Brasil “que nos permiten crear trabajo entre nuestros países pero que se vería amenazado por acuerdos con terceros como la UE. Los europeos -agregó- otorgan cuotas, por ejemplo, de carne, pero los productos agrícolas de la Unión Europea nunca van a estar sujetas al libre comercio como si se nos exige a nosotros”.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

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