El obispo Jorge Lugones, titular de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, denunció la crisis social y económica que castiga a los más vulnerables en la Argentina y sostuvo que “ha llegado la hora de dar el paso desde la práctica del encuentro hacia lo institucional, mediante un pacto social y político que nos comprometa a todos para lograr una economía de rostro humano, comenzando desde nuestra patria”.
Lugones inauguró, el sábado, la segunda jornada del encuentro “Repensar la economía”, que se desarrolló desde el viernes en el Centro Provincial de Convenciones, en Paraná, Entre Ríos. El prelado habló de “La Patria Grande y el desafío de un Nuevo Pacto Económico para la Fraternidad”.
“Nos proponemos repensar no en pequeño sino también hacia nuestro mundo latinoamericano, donde tiene un buen punto de partida la fraternidad en la fe, cuando tomamos conciencia de que tenemos, sobre todo con los pobres, los descartados y oprimidos un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos” manifestó en su discurso el también obispo de la diócesis de Lomas de Zamora.
El religioso denunció que “en nuestro país asistimos hoy a una nueva crisis económica y social, con un severo aumento de la indigencia, la pobreza y la desocupación que afecta esencialmente a los más vulnerables, en especial a los pequeños”.
Una parte sustantiva de la intervención fue dedicada al eje de “repensar la economía como modo de organización ecológica, es decir conectado, social, ambiental y regionalmente” así como a la promoción de “la política como herramienta de encuentro y construcción en comunidad” en el marco de la integración latinoamericana.
A la exposición de Lugones, le siguió un panel sobre Política y Economía para Latinoamérica, equidad distributiva, conflicto y paz social, con la participación de los economistas Roberto Feletti, Carlos Heller, Celina Calore, y Juan Horacio Nazar. El obispo auxiliar de Santiago del Estero Enrique Martínez Ossola tuvo a su cargo el comentario de cierre de la mesa.
Celina Calore, del Centro de estudios Scalabrini Ortiz, señaló que las evidencias del aumento de la pobreza en la región muestran las” inconsistencias del neoliberalismo” y propuso avanzar con un plan económico “basado en la sustitución de importaciones en sectores competitivos para la Argentina”. Habló también de “políticas innovadoras destinadas a fomentar el empleo en aquellos sectores que, sin ser competitivos, pueden generar empleo con escasa inversión”. Se trata, dijo, de pensar “una economía de dos velocidades que haga un uso racional de la tecnología en relación con la conservación del empleo evitando el reemplazo de puestos de trabajo”. El proceso de desarrollo no puede desligarse de la cuestión ambiental, dijo, “se trata de generar una movilidad social que permita a todos tener una base para la vida digna”.
El ex viceministro de Economía, Roberto Feletti, por su parte historizó el proceso económico regional y señaló que el esquema multilateral de relaciones internacionales en los comienzos del siglo XXI coincidió con el proceso de integración regional desde el Mercosur y la unidad de América del Sur, con la UNASUR, lo que permitió un crecimiento de los países miembros que superó el 10%. “La Patria Grande -dijo- no solo fue un discurso sino un proceso con resultados económicos”.
Al referirse al momento actual subrayó la debilidad que surge de los procesos de endeudamiento con administraciones -tales como las de Argentina y Brasil- que apuestan a fragmentar el mercado regional, escenario que se registra en medio de una nueva guerra comercial entre Estados Unidos y China, con sus derivaciones negativas para la región.
Propuso mantener a ultranza la vocación latinoamericana, aún pese a las diferencias con el principal socio de la región, “dado que sin Brasil no se puede”, y estar atentos a los avatares del proceso de conflicto comercial internacional. Recomendó en este sentido que “Argentina no abandone su vocación latinoamericana en la nueva etapa”.
Respecto de la situación financiera, Feletti destacó que para los Estados Unidos la pregunta después de septiembre es “quién paga la deuda”, y razonó que “los dólares de las exportaciones no llegaron, se fugaron divisas por un récord de 6 mil millones de dólares en septiembre y, además, el gobierno defaulteó los vencimientos más inmediatos”. Al respecto analizó que “la negociación sobre cómo se enfrentará el pago de la deuda contraída por el actual gobierno con acreedores locales e internacionales, condiciona el futuro del país”.
A su turno, el diputado nacional Carlos Heller comenzó su intervención preguntándose si es posible implementar una “economía con rostro humano, como lo reclama el Papa Francisco, en este contexto de neoliberalismo, que mide su eficiencia solamente a partir de la obtención de renta”.
Rescató al premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz quién escribió recientemente que “el neoliberalismo está muerto, pero sigue haciendo daño” y en ese contexto recuperó las propuestas del economista en torno a lo que definió como “capitalismo progresista” que postula un “equilibrio de los mercados y gobiernos que tengan en cuenta las cuestiones ambientales, de salud, investigación y tecnología”. También recuperó la idea de que “la riqueza será el resultado de la investigación científica y el trabajo social con suficiente control para evitar la riqueza no genuina; de esta manera podremos salir del esquema que equipara a 1 hombre con 1 dólar para reemplazarlo por otro que sea de 1 hombre = 1 voto.”
Heller analizó que los resultados del gobierno macrista no expresan un fracaso. “Son los que vinieron a implementar, en términos de reducción salarial, baja de jubilaciones, endeudamiento, etc.” Consideró que estas políticas crearon el caso “insólito” de que el récord de la fuga de capitales coincida en la Argentina con la declaración de la emergencia alimentaria. “Llegamos al colmo de tener que escribir en una plataforma electoral que comer es un derecho”, señaló el economista.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.