El nombre de fantasía es «La Carmela» y está pensado como un boliche a cielo abierto en una zona próxima al barrio Las Rosas, sobre calle Venturini al 200, entre Jorge Luis Borges y Pedro Montero. Es una especie de quinta, sobre un predio de 2.200 metros cuadrados de los cuales 900 metros cuadrados se destinarían a uso comercial.
Su habilitación ha enfrentado una serie de tropiezos. El área de Habilitaciones de la Municipalidad de Paraná ha concurrido casi media docena de veces al lugar, y siempre el resultado es el mismo: constatan incumplimientos que tornan imposible su habilitación, según fuentes del gobierno de la ciudad. La insistencia por lograr su habilitación estaría relacionado con la intervención del hijo de funcionario municipal, según fuentes de la Comunal.
Una de esas inspecciones ocurrió el 21 de diciembre último: allí se observó que las áreas inmediatas exteriores a las salidas de emergencia están sin mantenimiento, «lo cual ante un potencial uso, implicaría un riesgo elevado», según el acta. En las barras del boliche, se observó la instalación de bachas, pero sin provisión de agua. También los funcionarios municipales pudieron constatar que el «acceso interno al establecimiento desde calle Venturini» tiene «falta de mantenimiento, ausencia de perimetrado e iluminación, lo que nos determina un riesgo elevado para los eventuales asistentes, puntualmente si consideramos que el horario de funcionamiento del emprendimiento será exclusivamente nocturno».
Una nueva inspección se realizó el domingo 23, cerca de las 21. Ese día hubo un imponderable difícil de sortear: el lugar no tenía luz eléctrica, de modo que los funcionarios municipales debieron recorrer el predio con linternas en la mano.
«Para concluir, lo constatado es a ´luz de linterna y celular´por o cual puede haber omisión de otras falencias ni visualizadas», concluye el informe del área de Habilitaciones, Concesiones y Uso de Espacios Públicos.
El boliche -entre uno de cuyos dueños se encontraría el hijo de un funcionarios municipal, Eduardo López Segura, titular de Infraestructura- pidió habilitación como confitería bailable y también con expendio de alimentos.
«Respecto a la elaboración de alimentos, se visualizó la disponibilidad de un food truck o carribar dentro del predio, el cual, de modo similar a la verificación del 21/12 no se pudo verificar ni sus condiciones generales bromatológicas, ni de funcionamiento en general, por encontrarse con candado y no disponer de la llave del mismo», cierra el informe oficial.
Además, la eventual apertura del boliche a cielo abierto ya generó la queja de los vecinos, que este jueves llamaron a la Municipalidad de Paraná para hacer saber de su disconformidad con su funcionamiento. Los vecinos, además, denunciaron que el boliche, todavía sin conexión de energía eléctrica, estaría «enganchado» de la línea de alumbrado público.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.