La Cámara de Casación Penal volvió a rechazar un planteo formulado por los defensores de cuatro de los implicados en la megacausa de los contratos truchos de la Legislatura, que apelaron la prisión preventiva que les aplicó la Justicia, que primero cumplieron en la Unidad Penal N° 1, pero que desde el lunes 24 gozan de una preventiva bajo la modalidad domiciliaria, con tobillera electrónica.

Esa medida restrictiva de la libertad, pedida por los fiscales Patricia Yedro, Ignacio Aramberry y por la Procuradora ajunta Cecilia Goyeneche, fue fundada en la necesidad de impedir que Flavia Beckman, Hugo Mena, Esteban Scialocomo y Alfredo Bilbao -de ellos se trata- entorpezcan la investigación penal preparatoria que lleva adelante el Ministerio Público Fiscal. De acuerdo a la hipótesis de la Fiscalía, con la operatoria de los contratos truchos, administrados por una «organización criminal», se habrían sustraído unos $2.000 millones de las arcas del Estado entrerriano en el plazo de una década, de 2008 a 2018.

Las prisiones preventivas fueron pidiéndose por etapas -la investigación penal podría cerrarse a finales de marzo o principios de abril de 2019-, y los primeros en llegar a la cárcel fueron, precisamente, Beckman, Mena, Scialocomo y Bilbao. Sus defensores, José Velázquez, Hugo Franchi, Damián Petenatti e Iván Vernengo apelaron esa medida ante la Cámara de Casación, que el 7 de diciembre rechazó por «inadmisible» el planteo.  Ante esa resolución, los defensores acudieron el miércoles 26 de este mes con una impugnación extraordinaria, de modo que Casación habilite la vía ante la Sala Penal y de Procedimientos Constitucionales del Superior Tribunal de Justicia (STJ) para que revoque las preventivas.

Pero este jueves 27 Casación denegó la concesión de las impugnaciones extraordinarias, «atento la manifiesta improcedencia de los planteos». En ese contexto, a los defensores les queda ahora el camino de llegar a la Sala Penal del STJ con un recurso de queja, vía que ahora es la que van a adoptar. El defensor José Velázquez, que había adelantado su pesimismo respecto de la decisión que pudiera adoptar Casación, empezó a acuñar una calificativo con tono irónico para referirse a ese tribunal de alzada: lo denomina Cámara de Confirmación Penal.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.