En pleno clima electoral 2015, fue viral y se hizo famoso el candidato a intendente de Salta, Walter Wayar, por protagonizar un video donde se lo veía bailando –mal pero con gracia- una reversión del tema «Vuela Vuela», del grupo mexicano Magneto. Gracias a ese video, Wayar sumó votos inesperados, pero igual no llegó a gravitar en las elecciones de su ciudad.
La pregunta a esta altura es qué hubiera pasado si Daniel Elías irrumpía en las redes, como lo hizo en febrero de este año, pero al tiempo que asomaba su precandidatura a intendente de Paraná, que no superó la instancia del baño de humildad promovido por el entonces gobernador Sergio Urribarri.
Tal vez, nada, pero lo cierto es que Elías tiene más gracia y sobre todo más ritmo que Wayar. Puede apostar a eso. Y cuenta, además, con un contexto mucho más empático con el público en general. Baila y se divierte con su familia. De un vistazo, uno diría que no está buscando sumar votos, pero nunca se sabe.
Es más, cuando este sitio subió el primer video en que se ve al presidente de la Caja de Jubilaciones bailando junto a su hijo Jordan -verdadero artífice de la trama-, la nota apuntaba a lo relajado que se lo veía al presidente de la Caja de Jubilaciones de Entre Ríos, sentado sobre un verdadero tembladeral y a la vez danzando feliz de la vida, de viaje y muy buen humor.
Aún frente a los más ceñudos y antipáticos observadores, contrariamente a lo que se podía imaginar, Elías se llevó un punto. Y sí, el que ve el video simpatiza con la situación: padre e hijo que bailan y se divierten, familia completa ensayando una mini comedia hogareña. Y el presidente de la Caja de Jubilaciones de Entre Ríos, en efecto, es gracioso.
“No me cuesta nada superar la barra del miedo al ridículo o al qué dirán”, dice Elías ahora, en diálogo con este sitio y en su despacho. “Mi mujer siempre me dice que yo tendría que haber sido actor”. Pero Elías no es actor, es funcionario y es político.
“A más de uno le sorprendió que de pronto alguien que tiene una responsabilidad de gestión, se animara a mostrarse en una faceta actoral”, reconoce y asegura que “no hubo uno de los funcionarios que no dejara de decirme que lo había visto, el gobernador no me dijo nada, pero creo que lo ha visto”, dice Elías y se ríe.
A la vez, asegura que “fue abrumadora la opinión de que fue una participación simpática, no contradictoria con un mensaje humano y agradable para tender un puente entre una generación de los 50 y una sub 25, cuando no es frecuente que nos comuniquemos con fluidez”, analiza.
El presidente de la Caja de Jubilaciones, en el cargo desde 2003, a través de su hijo Jordan principalmente –instagramer con más de 100 mil seguidores- conoció y ahora se fascina con el universo de las redes. Elías maneja términos, conceptos y tiene ideas propias sobre el manejo de las distintas herramientas. Le gusta menos Facebook, prefiere Instagram y se sorprende con el nivel de alcance de los videos producidos por Jordán, pero también con el nivel de interacción que se genera. Y se ríe de la popularidad alcanzada.
“Mi hija fue a un boliche hace unas semanas a Santa Fe y unos chicos se acercaron y se sacaron fotos con ella porque la reconocieron de los videos. Después, los mismos chicos pasaban haciendo el pasito que hago yo en uno de los videos y le decían, mirá el que hace tu viejo”.
Elías sospecha que el secreto del éxito, lo que le gusta a la mayoría, dice, es “el valor de la diversión en familia, a mí produjo la sensación que hacíamos un humilde aporte al valor de la familia, si mostrábamos naturalmente como nos divertimos miles de veces”.
Dice que todo comenzó casi de casualidad, en un viaje de trabajo que dio la excusa para reunirse con su hijo que estudia periodismo en Los Angeles y que allí surgió el primer video. Después vinieron unos cuantos más, alguno de ellos con más de 430 mil reproducciones.
“No he recibido un comentario de desacuerdo o discordia”, asegura y sostiene que colegas de todo el país, “desde La Pampa a Santa Cruz me han hablado de esto”. Se ríe y dice que la continuidad de la saga está en manos de Jordan, no de él.
Pero la verdad es que si a Wayar no le fue nada mal siendo un pésimo bailarín, quién dice hasta dónde lo lleva a Elías su inventiva en el baile y esa ausencia de temor por caer, en un paso en falso, a ese lugar que mencionaba el general, cuando decía que solamente de allí y nada más que de allí, era imposible volver.
De la redacción de Entre Ríos Ahora