El sacerdote Diego Ariel Rausch, párroco de Santa Teresita, fanático de Patronato –al punto de oficiar misas en cada previa de algún partido relevante- estuvo hoy en Tribunales y declaró en el juicio al cura Justo José Ilarraz, sobre quien pesan siete denuncias por abuso y corrupción de menores, hechos que habrían ocurrido en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.
Se trata del hermano de Hernán Rausch, una de las siete víctimas que denunció a Ilarraz, y, de momento, el testimonio de mayor peso que tiene el Ministerio Público Fiscal y la querella contra Ilarraz. Pero sorpresivamente, el sacerdote Rausch no aportó ningún dato que ayudara a la batalla que viene dando su hermano. Más aún, según el querellante Walter Rolandelli, su testimonio fue relevante, pero para la tesis de la defensa de Ilarraz. “Actuó como un defensor de Ilarraz”, resumió Rolandelli.
Diego Rausch eludió el contacto con la prensa. Entre Ríos Ahora insistió para que hablara, pero se mostró reticente. “Ahora no, gracias. Entendeme”, se limitó a decir, mientras salía por los pasillos de Tribunales, cerca de mediodía de este lunes, en la tercera jornada de los debates en el juicio oral que se le sigue al cura Ilarraz, y que arrancó el lunes 16. En el salón de audiencias, Rausch dijo que tenía conocimiento de los abusos, que se lo comentó su hermano, pero que “no preguntó más. Ni cómo fue, ni quién fue, ni dónde fue. Sí reconoció que estuvo en la reunión de Mariápolis –en septiembre de 2012, cuando el caso estalló en forma pública-, que en esa reunión (el arzobispo Juan Alberto) Puiggari reconoció que había denuncias de abuso”, contó Rolandelli.
En la evaluación que hizo el querellante, hubiera sido un testimonio relevante por el hecho de que es el hermano de una víctimas. “Dijo que habló con el hermano (de los abusos que soportó de Ilarraz) pero que no quiso ahondar en detalles. Dio la excusa de su condición de sacerdote. Sí quedó como hecho significativo lo que dijo de los viajes que hizo con Ilarraz, por Europa, viajes al sur del país, al norte y a Cataratas. Esos viajes los hizo con Ilarraz. A Europa fue solo con Ilarraz. Y ante la pregunta de quién le había pagado los pasajes, dijo que él no los pagó, que los pagó Ilarraz”, reveló el querellante.
-¿Benefició a Ilarraz este testimonio? -preguntó Entre Ríos Ahora.
-Ante la pregunta del defensor de Ilarraz (Jorge Muñoz) respecto de si había visto (en el Seminario) los abusos, si había visto bañarse a los seminaristas con el cura, las cosas que todos los demás contaron, dijo que no. Yo considero que fue un testimonio importante para la defensa.
-Suena raro que no conozca en detalle la situación por la que vivió su hermano cuando viven casi en la misma propiedad.
-Nosotros le preguntamos si vivían en la misma propiedad (el complejo que circunda a la Parroquia Santa Teresita, en Saraví y 3 de Febrero) y dijo que no, que no vivía con el hermano. Nombró tres párrocos que viven, pero no nombró al hermano.
Diego Rausch hizo lo mismo que en la instrucción de la causa, cuando declaró por primera vez: no aportó nada que ayudara a esclarecer los hechos que involucran a su propio hermano.
En la etapa instructoria, dijo que tuvo conocimiento, en primer lugar por lo que ha sido publicado. Por las denuncias que se hicieron, lo que se publicó en los medios. “Yo antes había escuchado algunos comentarios pero no recuerdo de dónde, cómo ni cuándo, sí sabía del tema, pero la verdad que en este momento no recuerdo”, declaró en la Justicia la primera vez.
Señaló que también tuvo conocimiento por su hermano, Hernán Rausch, víctima y denunciante, con quien “en algún momento lo hablamos. No recuerdo en qué momento fue que él me comentó eso, la verdad que no me acuerdo, si yo era sacerdote o seminarista, la verdad que no lo recuerdo, yo creo que antes que saliera en los medios me parece, la verdad que no recuerdo. Hernán me dijo que había visto hechos de abusos de parte de él pero no recuerdo que me haya contado detalle de los hechos. Él me comentó los hechos que él había sufrido, habló de él. Era una situación desagradable para él, era un momento de una búsqueda de superar su situación que había pasado, más que la situación de denunciante. Me contó que lo había hablado en ese momento con un sacerdote pero no me acuerdo quién. Como que eso estaba en una instancia más eclesial en ese momento, no civil, incluso había hablado con un obispo en ese momento, la verdad que no recuerdo si era Maulión o Karlic en esa época, la verdad no lo recuerdo. Obviamente a mí me sorprende lo que a él le pasa, dentro del Seminario que haya sido un secreto a voces jamás, fue así en el Seminario. Como a mí me impacta obviamente fue una sorpresa pero a él lo ví bien, como encaminado, que había buscado apoyo y recurrido a personas con quien lo hablaba. Me consta que habló con mis hermanos y con mi mamá al tema, yo no recuerdo cuándo. Sé que saben, somos 9 creo que saben todo pero no sé en qué tiempo, creo que primero habló con uno de los hermanos, me parece que habló con el que vive en Buenos Aires pero son datos que no sé con exactitud, frente a frente en un momento determinado sé que lo habló con mi mamá también”.
Y agregó: “Hice viajes con el padre Ilarraz así como hizo mi hermano (…); en otros con la familia de Ilarraz, la mamá, el hermano, siempre éramos dos o tres gurises. Me acuerdo de un viaje a las Cataratas, otro viaje al norte. generalmente íbamos en carpa, en hotel no me acuerdo. Yo hice un viaje al exterior, yo viajé a Europa con él, (Ilarraz) en el año no recuerdo, fines de 1990, primero estuvimos en España porque ahí está la familia de él, en ese entonces vivía su abuela y después estuvimos en Italia, estuvimos en Roma puntualmente, habrá durado mes y medio, pero no recuerdo cuánto fue”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.