Uno de los siete denunciantes del cura Justo José Ilarraz soportó en las últimas horas un insistente acoso por parte de los miembros del Tribunal Interdiocesano de Buenos Aires.
Se trata de Maximiliano Hilarza, que no sólo denunció en la Justicia a Ilarraz por los abusos que soportó, siendo adolescente, en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, sino que en 2013 también acudió ante el Tribunal Eclesiástico de Santa Fe y pidió una sanción canónica para el cura.
Ese proceso nunca avanzó, y en medio el oficial de justicia encargado de la tarea,el sacerdote Alejandro Bovero, fue apartado a raíz de un escándalo, de modo que en 2015 recién tomó intervención el Tribunal Interdiocesano de Buenos Aires. En enero último, Hilarza comenzó a recibir notificaciones de parte del secretario del tribunal, el cura Matías Ezequiel Barutta: querían que fuese a declarar en el proceso que había iniciado en 2013, cinco años atrás.
Maximiliano Hilarza está radicado en Chile, y viajó este viernes a Paraná con el solo objetivo de declarar en el juicio a Ilarraz, que empieza el lunes. Ajenos a todo, desde el Tribunal Interdiocesano de Buenos Aires le pidieron que tomara un vuelo de Chile a Buenos Aires, fuera hasta las dependencias eclesiásticas, prestara declaración, y luego emprendiese viaje a Paraná.
Rechazó enfáticamente el convite por una simple razón: no viaja en avión, viaja en colectivo. Y por eso invitó al tribunal eclesiástico a trasladarse a Paraná y tomarle declaración aquí.
Acordaron que los miembros del tribunal eclesiástico tomaran su declaración en Paraná. Pero lo insólito ocurrió con los mensajes vía whastapp que empezó a recibir entre viernes a la noche y este sábado por la mañana: los miembros de la Iglesia le dijeron que la declaración se la tomarían el domingo, a las 20, en un predio que está al lado del Seminario, el lugar donde fue abusado por el cura Ilarraz. Se trata de un lugar donde antes funcionó el tambo del Seminario, en Fraternidad y López Jordán, y que ahora acoge a la comunidad de las monjas de la congregación Abbá Padre.
Maximiliano Hilarza les dijo que no, que no el domingo a la noche, que no el domingo a la noche cerca del Seminario.
Le contestaron de modo brutal: «Sr. Hilarza perdone pero no tenemos otro lugar. Cómo podrá ver ponemos todo lo que podemos de nuestra parte. El lugar es un monasterio. No es el seminario. No tenemos otro lugar. Nosotros salimos de Buenos Aires a las 11. No es cerca. Tratamos de llegar lo más rápido posible».
Otro mensaje que recibió en su celular, dice: «Espero que sepa comprender. Hacemos todo lo que podemos. Si quiere durante el viaje le digo si podemos adelantar la declaración de acuerdo como vaya el viaje».
Las presiones de parte de los integrantes del Tribunal Interdiocesano de Buenos Aires siguieron, y en medio terció la abogada Victoria Halle, querellante en la causa Hilarraz.
«Pedimos que se posponga la declaración (ante el Tribunal Eclesiástico) para luego del juicio en virtud de que esto no perjudique a la víctima, que esté tranquilo y con fuerzas para la declaración en el juicio penal y no intervenga negativamente en él. Que no sea un inconveniente», dijo la abogada Entre Ríos Ahora.
Una investigación demorada
Hilarza recibió una notificación en enero, firmada por el sacerdote Hugo Adrián Von Ustinov, vicario de justicia, que decía, textualmente: “En el marco de las actuaciones que se llevan a cabo en el procedimiento contra el Pbro. Justo José Ilarraz y en el cual usted es denunciante, agradeceré tome usted contacto con el Pbro. Lic. Matías Ezequiel Barutta, Notario, a efectos de acordar una fecha y hora para recibirle declaración”.
El proceso se había iniciado en abril de 2013, cuando dos de los entonces querellantes en la causa Ilarraz , Marcelo Baridón –hoy camarista—y Álvaro Piérola –ahora fiscal–, y en “nombre de un cristiano bautizado” –el ex seminarista a quien representaban, Maximiliano Hilarza–, denunciaron a Ilarraz ante el Arzobispado de Paraná, ciñéndose a lo que establece el Código de Derecho Canónico.
Le achacaban al cura la violación al sexto mandamiento, “no cometerás actos impuros”. En el escrito, solicitaron la “apertura de causa contra el presbítero Justo José Ilarraz”, y así frenar la prescripción en el ámbito eclesiástico: la falta que se le imputa a Ilarraz prescribe a los 20 años.
Baridón y Piérola pidieron expresamente la “apertura de causa contra el presbítero Justo José Ilarraz”.
La denuncia, que fue ingresada en el Arzobispado de Paraná pero que también llegó al Episcopado y a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma, se apoya en el canon Nº 1.395 del Código de Derecho Canónico que establece que el sacerdote “que con escándalo permanece en otro pecado externo contra el sexto mandamiento del Decálogo, deben ser castigados con suspensión; si persiste el delito después de la amonestación, se pueden añadir gradualmente otras penas, hasta la expulsión del estado clerical”.
Primero Hilarza rechazó volver a declarar, y después accedió ante los insistentes pedidos del Tribunal Interdiocesano.
El secretario del tribunal eclesiástico, Matías Ezequiel Barutta, acordó los detalles vía whastapp.
“Sr. Hilarza: Me han comunicado que prefiere dar su testimonio presencialmente dado que en abril ud. vendrá para la Argentina para el juicio civil en Paraná. Me gustaría saber qué días estará acá para poder coordinar un día y una hora para la declaración. Si ud. viene en avión seguro pasará por Buenos Aires así que podríamos tener la declaración en Buenos Aires. Espero su respuesta. Muchas gracias.”
Eso le dijo Barutta. Pero Hilarza no viaja por avión sino por colectivo. Entonces, la declaración ante el tribunal eclesiástico no será en Buenos Aires, sino en Paraná, el domingo 15. Dos días después, estará frente a un tribunal civil.
El cura Barutta le expuso la situación en tres puntos:
1) “Usted declaró en Santa Fe en la investigación previa. Eso no era un juicio. Usted hizo una denuncia y ahora tiene que declarar en el proceso.
2) Si usted va a declarar en Paraná o Santa Fe, seguro que tendrá que hacer escala en Buenos Aires. Por eso le preguntaba sobre su viaje para ver cómo coordinar y ayudarlo. No queremos que gaste dinero.
3) Es necesario que declare puesto que usted es denunciante. Lo comprendo en su situación. Pero nosotros lo único que queremos es ayudarlos a que esto se esclarezca.
El intercambio entre ambos concluyó así: “Señor Hilarza: luego de hablar con el juez, podríamos acercarnos nosotros hasta Paraná el domingo 15/4 y por la tarde recibir su declaración. ¿Estaría dispuesto?”.
Pero la mala nueva llegó cuando le dijeron el día, la hora y el lugar de la declaración.
«Yo no tengo nada nuevo para declarar -dijo ante Entre Ríos Ahora-. Ya declaré en 2013. A lo sumo, quería entrevistarme con ellos para que me contestaran por qué a mí solo y no a los otros denunciantes; por qué ahora, cinco años después; yo solamente quería ratificar con mi firma lo que ya había declarado, nada más».
Fabián Schunk, otro denunciante de Ilarraz, miembro de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, fustigó las «presiones» de los miembros del tribuna eclesiástico y su accionar «revictimizante». Al respecto, señaló: «Esto es una revictimización; es pretender desestabilizar a una persona que tiene que ir a un juicio que empieza a las pocas horas. Lo citan de noche, antes del juicio, encima con el Seminario al lado, con lo significativo que es», señaló.
Al final, la decisión fue no ir a declarar ante el tribunal de la Iglesia, y pedir una nueva fecha.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.