La Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) del Poder Judicial ya incluyó en su agenda de audiencias de noviembre y diciembre las jornadas de juicio oral al cura Justo José Ilarraz, procesado en una causa penal por abuso y corrupción de menores, hechos que habrían ocurrido en el Seminario Nuestra Señora del Cenáculo, donde fue prefecto de disciplina entre 1985 y 1993.

El juicio oral a Ilarraz, con siete denuncias por graves abusos a menores, se iniciará el 13 de noviembre y se extenderá hasta el 5 de diciembre en Paraná.

El Tribunal, conformado por los jueces Alicia Cristina Vivian, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú; Edwin Ives Leonardo Bastian, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Concordia; y Darío Ernesto Crespo, vocal del Tribunal de Juicios de Gualeguay, dispuso que las audiencias se desarrollen los días 13 al 15, del 21 al 24, del 27 al 30 de noviembre, y del 1° al 5 de diciembre. Las audiencias tendrán lugar todos esos días, a partir de las 9, y no serán abiertas al público.

Además de los tres últimos arzobispos de Paraná –Estanislao Esteban Karlic, Mario Luis Bautista Maulión y Juan Alberto Puiggari—desfilarán por tribunales, citados por la Justicia, un total de 25 miembros del clero diocesano.

Todos ya declararon como testigos en la instrucción de la causa, y de ese trámite se desprendió una nueva investigación, por falso testimonio, contra el secretario privado del arzobispo Puiggari, el cura Mario Gervasoni.

En los debates se consideran clave las declaraciones de los obispos, y particularmente de Karlic.

Karlic  gobernó la Iglesia de Paraná entre 1983 y 2003; Mario Luis Bautista Maulión, entre el 9 de julio de 2003 y se mantuvo en el cargo hasta que alcanzó la edad límite para el servicio activo, los 75 años. El 4 de noviembre de 2010 el papa Benedicto XVI aceptó su dimisión, y designó en su reemplazo al entonces obispo de Mar del Plata, Juan Alberto Puiggari, que tomó posesión de su nueva función el 7 de marzo de 2011.

Cuando ocurrieron los abusos que investiga la Justicia, Puiggari era prefecto de disciplina del Menor-Mayor, los últimos dos años del colegio secundario con internado que funciona en el Seminario Nuestra Señora del Cenáculo; Ilarraz, a su vez, era prefecto de disciplina del Menor-Menor, de primero a tercer año, el ciclo básico. Precisamente, los alumnos del Menor-Menor fueron quienes denunciaron los abusos.

Maulión supo de todo aquello a partir del testimonio de las víctimas, en sucesivos encuentros que mantuvo, y en esas reuniones confesó que nada sabía por boca de miembros de la Curia. De todos modos, fue Maulión quien firmó, en febrero de 2004, a poco de asumir la conducción de la diócesis, la autorización para que Ilarraz se radicara en Monteros, Tucumán, sitio donde ahora reside. Puiggari lo contradijo en la Justicia: reveló que, antes de irse a Mar del Plata, puso a Maulión al corriente de la situación de Ilarraz.

Dos años antes de que Karlic ordenara que lo investigaran, en 1993 el mismo arzobispo lo había autorizado a viajar a Roma, donde permaneció hasta 1997.

 

Revelaciones


Karlic indicó en la Justicia que tomó conocimiento de los abusos por intermedio del actual arzobispo de Paraná y exrector del Seminario, Juan Alberto Puiggari. Aseguró que fue Puiggari “quien me lo dijo. Confío plenamente en su palabra”. Una de las respuestas da cuenta por qué actuó como actuó: “Tomé conocimiento de los hechos denunciados y encomendé al vicario de Justicia que procediera conforme al espíritu de la Iglesia y la normativa propia del Derecho Canónico”.

Las declaraciones fueron hechas por escrito –no asistieron en forma personal a Tribunales—, en diciembre de 2014, y están incorporadas al voluminoso expediente Ilarraz.

Karlic respondió a preguntas de los querellantes, el fiscal y los defensores de Ilarraz.

“¿Por qué no se denunciaron antes los abusos, y recién se conocieron públicamente en 2012 habiéndolos investigado la Iglesia en 1995?”, le preguntaron. Karlic contestó que los hechos “fueron callados por los menores. Cuando los comunicaron, manifestaron vergüenza. Se respetó la voluntad de ellos y se les manifestó que dieran noticia a sus padres. Se consideró que era fundamental respetar el interés de ellos”.

 

También contestó que sólo recordaba “haberme encontrado con él (Ilarraz) en Roma, mientras él vivía allí. Después de su regreso a la Argentina (y habiendo sido sancionado por el propio Karlic, NdelR), el cardenal dijo que “no podría precisar (pero se reunió) posiblemente en Buenos Aires”.

 

El dato relevante de su testimonio está en la respuesta a la pregunta 26. Dijo Karlic: “No recuerdo en detalle. En principio, los negaba absolutamente (a los abusos). Más tarde, admitió su responsabilidad y pidió perdón”.

 

A la querellante Rosario Romero -no será parte del juicio por cuanto fue designada ministra de Gobierno; en su lugar estarán Lisandro Amavet, y Victoria y Santiago Halle- le contestó algo parecido, con un detalle muy relevante: “El padre Ilarraz manifestó ante mí su reconocimiento de los hechos, y pidió perdón”.

 

Puiggari dijo que se enteró de los abusos de Ilarraz “meses antes del comienzo de la investigación dispuesta por el Arzobispado de Paraná, en 1995”, y cita, con nombre y apellido, a tres víctimas: los únicos casos que conoció. Y vuelca todas las responsabilidades sobre las espaldas de Karlic: “No conozco cómo se llevó a cabo el procedimiento, ni las conclusiones ni las sanciones adoptadas sino hasta que tomé conocimiento de las actuaciones a mi llegada a Paraná (en 2011)”, dice su declaración.

Dijo que al tomar conocimiento de los hechos, no se comunicó la situación a los padres de las víctimas “porque ya tenían 18 años y era un delito de instancia privada”. Y luego abunda sobre lo mismo: “El delito investigado es de instancia privada y no podía hacer la denuncia en forma personal. Tomado conocimiento de los hechos, comuniqué enseguida al arzobispo de Paraná (Karlic) como es el proceder normal y ordinario dentro de la Iglesia Católica”.

¿Sabía Maulión de todo lo que sucedía con Ilarraz? Puiggari aseguró en la Justicia que en el momento que asumió como arzobispo, en 2003, “le comuniqué que en el Archivo de la Curia obraba un proceso investigativo sobre el Padre Justo Ilarraz”.

Ni Karlic, ni Maulión ni Puiggari acudieron al ordenamiento jurídico de la Iglesia para aplicar una sanción a Ilarraz. En su declaración judicial, Puiggari relata que el Código de Dercho Canónico, en el canon 1.395, señala “que debe ser castigado con penas justas, sin excluir, cuando el caso lo requiera, la expulsión del estado clerical”.

No está claro si los tres obispos estarán, efectivamente, en las audiencias. Maulión está muy enfermo, y Puiggari, con avanzada edad y dificultades para desplazarse. Pero sí se espera que declare Puiggari, y también el obispo de Concepción, Tucumán, último lugar adonde estuvo Ilarraz. Se trata de José María Rossi.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.