El lunes 23 de octubre, un día después de las legislativas, José Luis Panozzo presentó su renuncia a la presidencia del Consejo General de Educación (CGE), cargo al que había llegado en diciembre de 2015, como parte del equipo del gobernador Gustavo Bordet. El 31 de octubre, Bordet le aceptó la dimisión, y un día después, el 1º de noviembre, Panozzo se presentó a trabajar en el cargo que tiene ganado por concurso: director de la Escuela Nº 72 Hermana Imelda, de Chajarí: 240 alumnos, 29 docentes.
Pero no está seguro de seguir en ese puesto. Se presentó a un concurso y ganó el cargo de director de una escuela de personal único de la zona rural, de menor categoría en la que está ahora, y claro, con merma de salario. Duda en tomar o no ese cargo que ganó, teoriza con la posibilidad de presentarse a otro concurso, para supervisor, aunque después, concede: necesita “oxigenarse”, usa ese término, y eso sólo lo lograría al frente de una escuela chica, sin personal a cargo, en zona rural. Y corrige un dato: Entre Ríos Ahora publicó que se va a Colonia Mandisoví: en realidad, dijo, se va a una escuela de la Junta de Gobierno de San Ramón, en el departamento Federación.
“No sé si voy a tomar el cargo que gané, aunque es un ambiente totalmente distinto, con 5 o 6 alumnos. Serviría para oxigenarme. Yo me formé en una escuela rural. Hice mi primaria, me crié, viví en el campo”, cuenta, en diálogo con Entre Ríos Ahora.
Su propia situación personal, haber concursado un cargo, le sirve para rescatar una de las decisiones que considera clave de su gestión: la convocatoria a concursos, la llave de la carrera docente en la provincia. “No hay registro en el Consejo de Educación de haber hecho dos convocatorias a concursos en solo dos años de gestión. Acordamos modificación de la resolución Nº 1000, que es la que regula los concursos, un reclamo de mucho tiempo de los docentes. Lo acordamos con los sindicatos, fue un trabajo conjunto. Fue un paso muy importante para los trabajadores”, dice.
Aunque acepta que la relación con el mayor sindicato de los docentes, la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), nunca fue buena, y eso lo atribuye, dice, a una “sobreactuación” de los dirigentes, y en particular hace referencia al titular del gremio, Fabián Peccín.
“La pelea fue personal conmigo. Fabián Peccín nunca quiso reconocer en público lo que sostenía en las reuniones. En los últimos treinta años en la provincia no se hicieron concursos, y nosotros los hicimos para secretarios de escuela. No hay registro de lo que se ha hecho. O las credenciales de puntaje, que estuvieron ocho años sin ser emitidas, y nosotros las hemos emitido en dos oportunidades. Es decir, un montón de acciones que el sindicato, mate de por medio, las reconocía, pero que hacia fuera no decía nada, y plantaba pelea. Y era una cuestión personal. Era Panozo. No era la gestión ni el gobierno. Sólo Panozzo”, sostiene.
-¿A qué atribuye esa relación que hubo entre usted y Agmer?
-Es un análisis mío –quizá un sociólogo podrá analizarlo de otro modo-: todos sabían de mi amistad con Peccín y con la Lista Integración (la que conduce Agmer, NdelR). Nunca lo negué. Tampoco negué mi pertenencia al sindicato, y haber sido formado dentro del sindicato. Eso siempre lo dije. Entonces, en vez de haberme utilizado en el buen sentido de la palabra, había una sobreactuación del sindicato de querer demostrar enemistad conmigo, por esa interna que siempre hay con la Rojo y Negro. Nosotros hemos consensuado con Peccín puertas adentro, y puertas afuera era todo cuestionamiento y peleas. Esto siempre lo hicieron así. Por eso digo que hubo una especie de sobreactuación conmigo. Yo siempre fui de Integración, me formé con dirigentes como Beatriz Montaldo y Olga Foncea. Y tengo un pensamiento afín al que plantea (el futuro secretario general de Agmer, Marcelo) Pagani, de apuntar al diálogo como forma de resolver los conflictos. Estoy convencido de que esa es la única forma de poder lograr consensos: sentados a una mesa, y dialogando. Por eso siempre me diferencié de los Rojo y Negro (la agrupación opositora en Agmer, NdelR).
-Fue más tirante la relación con la Agrupación Rojo y Negro.
-Tuve una excelente relación con Susana Cogno, que fue vocal gremial, y es Rojo y Negro. Es una persona muy preparada. Ahí, entiendo que alguna vez el gremio tendrá que resolver qué se hace con un agrupamiento que sigue siendo Agmer. Los Rojo y Negro no es un sindicato aparte. Es Agmer, es una facción de Agmer. Y ahora fueron a una interna y perdieron por paliza con Pibernus (se refiere a César Pibernus, que compitió el 2 de noviembre como candidato a secretario general). Eso entiendo que dejó un mensaje claro de los docentes, que están diciendo que hay que defender, hay que movilizarse, pero hay que hacerlo en el marco del diálogo. Cuando no está esa postura, no se termina consiguiendo nada. Y yo creo que los docentes recuerdan lo que fue la gestión (del exsecretario general de Agmer, César) Baudino. Yo veo en la figura de Marcelo Pagani a una persona que no va a ceder, pero que se va a sentar a una mesa a discutir para lograr derechos.
-Un aspecto que marcó su gestión fueron los recortes de los programas nacionales educativos. Eso fue muy cuestionado.
-Se trabajó para no aplicar la tijera. Nosotros hemos hecho mucho esfuerzo para sostener los programas educativos. No hemos dejado a ningún contratado afuera. Me jugué entero cuando no llegaba la plata de Nación en 2016, en mayo. Fuimos la única provincia que en mayo dio de alta a todos los contratados. Recién en noviembre la Nación giró la plata, y ahí se recuperó. Esto, además, fue fruto de la excelente relación que tuve con los dos ministros, Esteban Bullrich y Alejandro Finnochiaro. La obra de la Escuela del Puerto estuvo parada durante muchos años. Mi primera reunión con Bullrich fue para pedir fondos para esa escuela, y lo conseguimos. Y hay 14 jardines de infantes para inaugurar en la provincia, y eso se consiguió en la Nación. Conmigo, el Ministerio de Educación ha cumplido.
-En el medio de la gestión, renunció a la afiliación que tenía al sindicato Agmer. Ahora que no está en la gestión, ¿volvería a afiliarse?
-No. En la vida, uno va cumpliendo ciclos y etapas. En el sindicato, no fue decisión mía, fue decisión de ellos. Generaron un buen titular, y me echaron. Aunque si bien, la historia es otra. Previo a todo eso que hicieron, yo había presentado mi renuncia al sindicato. Fue antes de que ellos decidieran echarme en un congreso. Pero cuando yo presento la renuncia, lo toman como bandera y lo llevan al congreso y me expulsan. Y ahí tuvieron el título: echaron a Panozzo de Agmer.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.