Demasiado tarde, la Iglesia de Paraná decidió conformar un comité para la protección de los abusos a los menores, un tema que le ha valido a la curia local tres escándalos que ahora se dirimen en la Justicia. El arzobispo Juan Alberto Puiggari decidió crear una comisión para abordar la cuestión a la abogada María Inés Franck, licenciada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, licenciada en Derecho Canónico, actual secretaria académica Facultad Derecho Canónico de la UCA. Junto a Franck, estarán el abogado paranaense Pablo Folonier y la psicóloga María Paula Nesa.
Ese comité surge diez días antes de que se inicie en Gualeguay el juicio oral al cura Juan Diego Escobar Gaviria, con cuatro denuncias por abusos a menores en Lucas González, tres meses antes de la apertura del juicio oral al cura Justo José Ilarraz, en Paraná, con siete denuncias por abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, y mientras se aguarda la resolución en Casación del pedido de elevación a juicio de la causa por pedofilia al cura Marcelino Ricardo Moya por hechos ocurridos en Villaguay.
Los integrantes del comité de protección a menores, en los estudios de FM Corazón.
Públicamente, la Iglesia no ha brindado demasiados detalles del trabajo de esa comisión. Lo poco que se sabe es a través de los canales oficiales de la curia. El abogado Pablo Folonier, entrevista por FM Corazón, un medio en manos del clero, dijo: «No queremos ser simplemente una respuesta a un problema o actuar por reacción, queremos buscar herramientas positivas a la problemática del abuso sexual en su globalidad que excede el plano eclesial, es un problema social que no distingue ni clase social o contenidos culturales; donde no parece hay casos de abuso”.
Folonier fue el primer abogado al que acudieron las víctimas del cura Ilarraz, pero al que debieron hacer a un lado cuando el caso se pretendió resolver en el ámbito de la Iglesia y no de la Justicia. Y por eso mismo la Red de Víctimas de Abuso Sexual Eclesiástico repudió su inclusión en esa comisión y, a la vez, la no convocatoria a ninguna víctima de abusos para que tome parte de ese comité.
“Nos queremos caer en una paranoia, pero tampoco en un descuido. Queremos ayudar a identificar las conductas inadecuadas”, sostuvo Folonier durante una entrevista con FM Corazón. “Sin negar la cuota de dolor y lo que sucede dentro de la misma Iglesia y en rigor de verdad, la gran cantidad de abusos, el 80% de ellos, son intrafamiliares. Mirando todo este panorama nos planteamos que manera tenemos para dar pasos positivos”, señalan los miembros de ese comité creado por Puiggari.
Cinco años después de que estallara públicamente el primer caso –aunque la Iglesia supo de los abusos de Ilarraz en 1995, lo investigó y lo sancionó, en silencio–, ahora en la curia se proponen ejercitar una tarea de prevención y aseguran que «con un grupo de sacerdotes y laicos desarrollamos un programa de ambiente seguro que busca brindar herramientas para que el docente pueda identificar los indicios físicos o emocionales de un presunto abuso, también un trabajo sobre el perfil de abusador”.
La tarea tiene un costado «comunicacional», según los integrantes de esa comisión antipedofilia creada por Puiggari: “Consiste en estrategias de comunicación, es decir cómo proceder o qué pasa si un niño confiesa ser abusado, como reaccionar, que decir, que no decir, toda una serie de cuestiones bien practicas y por ultimo todo el aspecto legal de la denuncia: donde, cómo y cuándo denunciar. Desde el año 2013 lo estamos llevando a todas las escuelas de la arquidiócesis. Primero se lo propuso de modo voluntario y desde este año monseñor ha querido sea una formación obligatoria, además se ha ampliado a todos aquellos que en su tarea tienen contactos con menores”.
De momento, no se ha registrado ningún caso de «acompañamiento» eclesial a las víctimas de abuso, aunque los voluntarios convocados por Puiggari se proponen ahora esa tarea. “Tenemos que promover una cultura del cuidado, por eso es muy importante para la recuperación de la victima cuando ha pasado sucesos traumáticos, como la comunidad acompaña es fundamental para lograr un proceso de sanación, por eso entendemos nuestra tarea como un espacio de escucha, acompañamiento de forma humana y eclesial pero también ofrecer o derivar para que puedan entrar en contacto con distintos tipos de profesionales que puedan ayudar a superar del mejor modo posible este tipo de situaciones”.
“Nos gustaría que no haya abusos y sobre todo cero abuso en los ámbitos eclesiales, es algo muy doloroso, vamos a poner nuestra cuota para que esto disminuya, desaparezca. Poder prevenirlos, poder evitarlos, hacer tomar conciencia”, sostuvo María Inés Franck.
El 13 de noviembre, cuando se abran los debates en la causa Ilarraz, los tres últimos arzobispo de Paraná –Estanislao Karlic, Mario Maulión y Juan Alberto Puiggari– tendrán la oportunidad de explicar por qué no lo hicieron antes.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.