A poco de ser inaugurado en su nueva sede de la Facultad de Trabajo Social, el comedor universitario de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) suspendió este jueves sus actividades.

Al comedor asisten a diario 300 estudiantes, y hasta 2016 funcionó en una sede de Andrés Pazos al 100, pero este año mudó sus instalaciones sobre la misma cale, pero la sede de la Facultad de Trabajo Social.

La decisión fue adoptada por los becados, el propio personal del comedor universitario y los centros de estudiantes de las facultades de Educación, de Económicas y de Trabajo Social, y se basa en las precarias condiciones de las instalaciones.

Los trabajadores hicieron notar que el comedor universitario carece de habilitación para la instalación de gas, se cocina usando anafes, en el piso, y “sin el estado higiénico-sanitario correspondiente por las constantes refacciones y circulación del personal de la obra”.

Además, señalan que hay un “entorno insalubre”, y los trabajadores deben ocupar más de las horas necesarias para realizar la comida, sin que la UNER les pague por las horas extra de trabajo.

Al repecto, dijeron que “estas condiciones no solo nos afectan a quienes trabajamos en el comedor sino también a los comensales porque no pueden acceder a su derecho como corresponde”.

El paro de actividades, dijeron, se mantendrá “hasta que no se revierta la situación actual del comedor”, y por lo tanto los empleados exigieron a las autoridades universitarias “una inmediata solución”.
En el comedor universitario se desempeñan 27 alumnos becarios, quienes se ocupa en la preparación de los menús, de servirlos y de la limpieza del lugar. Cada una de las tres facultades que lo tienen a cargo (Trabajo Social, Económicas y Educación) aporta 9 becarios.

El comedor universitario arrancó sus actividades en el año 2004, y desde entonces funcionó en calle Andrés Pazos, con lo cual su mudanza a Trabajo Social fue considerado como un “logro”, ya que se pensó que las condiciones de funcionamiento mejorarían notablemente. La inversión fue de $1,5 millones.

Pero a juicio de los trabajadores, esa inversión no fue hecha de la manera más adecuada por cuanto se habilitó su funcionamiento sin que la obra estuviese concluida.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.