Las mujeres, travestis y trans salieron este lunes a la calle en Paraná para denunciar la falta de políticas que atiendan a las víctimas de la violencia de género y para plantear demandas a los gobiernos municipal, provincial y nacional.
El documento que se leyó tras la marcha que unió Plaza 1° de Mayo con el Centro Cívico hizo notar de modo reiterado «que no hay políticas integrales que contengan a las víctimas de violencia y les permitan seguir con sus vidas y tener un proyecto vital con acceso al trabajo, a la capacitación, a la salud y a la vivienda. Nos siguen negando las licencias por violencia de género y seguimos siendo víctimas de acoso sexual laboral. El despiadado recorte de políticas públicas genera precarización, ajuste y despidos de las trabajadoras del Estado en las áreas destinadas a contener y atender la violencia de género, entre otras áreas.




Reclamaron la implementación de la ordenanza que en la Municipalidad de Paraná dio marco de creación al cupo laboral trans, A la vez, exigieron «la inmediata reincorporación de las compañeras mujeres y travas que fueron despedidas recientemente. Acompañamos la lucha de las trabajadoras del cupo trava, la escuela municipal de danza y circo y de los jardines maternales», dice el texto, que también se solidariza con la protesta de los trabajadores del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf).
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Un punto clave fue la demanda por el cumplimiento en el sistema educativo de la Educación Sexual Integral (ESI), «con visión científica y laica sobre la sexualidad y con perspectiva de género».
Las demandas están contenidas en el documento que redactaron la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travas y Trans de Paraná y la Multisectorial de Mujeres Entrerrianas que se movilizaron este lunes en el marco del Día Internacional de Lucha por la Erradicación de las Violencias contra las Mujeres, Travestis y Lesbianas.
«Ante el intento de avanzada de grupos anti derechos, exigimos la separación de la iglesia del Estado. El Estado debe dejar de subsidiar la educación privada y confesional y demás no financiar la estructura de ningún culto», plantea el documento. Y apunta: «Con la misma fortaleza defenderemos nuestro derecho a la soberanía alimentaria. La utilización de agrotóxicos es un atentado contra toda forma de vida. Es momento de discutir e imaginar otros modos de producción».
«La sumisión a la que el patriarcado nos sometió nos dio la experiencia en cuidados y trabajo doméstico y desde ahí nos empoderamos para proponer un modelo agroecológico que signifique la redistribución de la tierra, como principal riqueza y la posibilidad de decidir sobre nuestro territorio y nuestra alimentación», puntualiza.
Fotos: Gentileza Violeta Meyer, Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer)
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.