Este año no hay playas en el balneario Thompson, al final de calle Bravard. El río está lejos, y los paradores privados muestran su peor cara: abandono, residuos, nada de cuidado. La arena también está descuidada, y la actividad ocurre al otro lado de la calle, en ese curioso piletón construido por las autoridades municipales. Allá, a lo lejos, la ciudad, y acá, en medio de la arena, una palmera que se muere, y residuos, muchos residuos: el patio de atrás de los paradores y sus juergas.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.