Son las 9 de la mañana de un sábado húmedo y nublado. La ciudad se desespereza en  medio de un fin de semana extralargo y después de la euforia desatada el viernes tras el triunfo de Argentina ante Países Bajos en el Mundial de Qatar. El comercio y el cuentapropismo -ese eufemismo que ahora cobija la precarización más brutal- se apañan para abrir un paréntesis en el descanso y retomar la actividad.

Una mujer relojea el celular con insistencia. Está sentada en una garita a la espera del colectivo. El colectivo no llega. Está, dice, desde las 8,15. Por nada, el coche anterior se le escapó de las manos. Lleva 45 minutos de espera. Sabe que cuando ocurra el milagro -que el colectivo pase- tendrá que apretujarse con el prójimo, y si tiene suerte, ocupar un asiento mugriento y destrozado.

Se viaja mal y peor: el usuario tiene una desprotección descomunal frente a la impavidez del Estado y la indolencia empresaria de los concesionarios del servicio. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

El servicio de colectivos ingresó en una pendiente.

La ley, como casi siempre, es letra muerta. La ordenanza N° 9.462, sancionada el 12 de septiembre de 2016 por el Concejo Deliberante de Paraná, dice todo eso que no se cumple en la práctica.

Dice el inciso c) del artículo 8° de esa ordenanza:

«En cuanto a horarios y frecuencias:

«1.- Asegurar una efectiva permanencia del servicio conforme a las necesidades del usuario.
«2.- Responder adecuadamente a la demanda de utilización y a sus variaciones, especialmente a las originadas por la actividad laboral, educacional y sanitaria, conceptuándose al transporte urbano de pasajeros en la Ciudad de Paraná como un Sistema Integrado.
«3.- Asegurar la prestación del sistema integral de transporte urbano en colectivos los días 24 y 31 de Diciembre y en horario nocturno los días sábados, domingos y feriados nacionales o provinciales, conforme recorrido y frecuencia que establezca la Autoridad de Aplicación».

Durante la administración del exintendente Sergio Varisco, la Municipalidad de Paraná llevó a la Justicia la disputa nunca resuelta entre la empresa y el poder concedente -el Estado Municipal- por el incumplimiento de las frecuencias en el transporte público. En 2018, la Cámara en lo Contencioso Administrativo rechazó un planteo de Ersa Urbano SA frente a la decisión del Municipio de aplicarle multas por incumplir ese punto del contrato de concesión.

Ersa Urbano Frencuencias Co… by Entre Ríos Ahora

 

En el voto de rechazo -que firmaron los  vocales Marcelo Baridón, exsecretario de Transporte de la Municipalidad de Paraná, y Hugo González Elías-, señala: «Quedó claro que fue la firma actora la obligada frente a la Administración a prestar el servicio público de transporte urbano de pasajeros en colectivos en condiciones regulares y respetando la frecuencia. Para ello goza de la más amplia libertad de organización empresaria, pudiendo elegir el sistema y el personal que lo integre y que estime adecuado para el cumplimiento de los fines públicos que le fueron
concedidos».

En un inusual tono coloquial, el fallo explicita: «La concesionaria del servicio público destinó su esfuerzo deslegitimante a cuestionar no ya la veracidad del contenido de las actas -la demora en pasar por la parada de los coches es tan popular que hasta una comercio local de venta de ciclomotores publicita su actividad bajo el lema ´Cansado de esperar el colectivo? Comprate una moto´-; sino a observar ausencias formales carentes de relevancia jurídica, como quedó
demostrado».

Al final, la Cámara en lo Contencioso Administrativo dispuso el rechazo de la demanda iniciada por Ersa Urbano: «En consecuencia, entendemos que la actividad administrativa desplegada por la Municipalidad de Paraná destinada al control del cumplimiento de la continuidad del servicio público de transporte urbano de pasajeros cuestionada por la empresa, ha sido legítima y, como corolario, proponemos rechazar la demanda e imponer las costas a la actora vencida, siguiendo el principio general de la derrota. Los honorarios se regularán una vez firme la presente y practicada que fuera la liquidación por quien resulte interesado».

En los últimos dos años, el servicio se ha resentido no sólo en materia de frecuencias -ni en la desprotección general de los usuarios- sino también en la básica prestación: los paros de los choferes ante la falta de pago de salarios han derivado en un incumpli9miento de la concesión. La Municipalidad ha recurrido a las intimaciones que nunca llegan a nada: la situación se mantiene mal y peor.

Colectivos: así será el aumento

El aumento del precio del boleto, el 31 de agosto pasó de $57 a $72, no cambió en nada la situación.

“Se sostiene –señaló el proyecto enviado por el Ejecutivo al Concejo- que del dictamen presentado por el representante del Poder Ejecutivo Municipal resulta la tarifa técnica más adecuada para cubrir los costos presentes y futuros y la ganancia esperada por la prestataria, garantizando de este modo una prestación efectiva, continua e ininterrumpida del servicio público de transporte en la ciudad de Paraná”.

Todo, a fin de cuentas, es relativo. Incluso -cómo no- la frecuencia de los colectivos.

 

 

 

De la Redadcción de Entre Ríos Ahora