El rosarino Luis Armando Collazuol, designado obispo de Concordia en 2004, cumplirá el próximo 10 de febrero 75 años, la edad límite que la Iglesia pone a los prelados para dar un paso al costado y presentar su dimisión. En 2014, el papa Francisco refrendó esa disposición: «Se confirma la normativa vigente en la Iglesia latina y en las diferentes Iglesias Orientales sui iuris, según la cual los obispos diocesanos y eparquíales, y cuantos están equiparados a ellos en los cánones 381 §2 CIC y 313 CCEO, así como los obispos coadjutores y auxiliares, están invitados a presentar su renuncia al oficio pastoral al cumplir los setenta y cinco años de edad».

El cura Hugo Grimaux, párroco de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de San Jaime de la Frontera -a 285 kilómetros de Paraná, en el departamento Federación- se adelantó al eventual de reemplazo de Collazuol y expresó su pensamiento sobre qué tipo de obispo pretende para la diócesis de Concordia. Al respecto, pidió “que tengamos obispos que no sean doctores de la Iglesia (…) la Iglesia necesita pastores cercanos al pueblo. Eso que decía Francisco ‘pastores con olor a oveja’, que caminen la calle, que experimenten las situaciones de la vida de la gente. Eso lo sueño no sólo de nuestros obispos sino de la formación en nuestro Seminario (…) cómo vamos a proponer los nuevos sacerdotes y pastores para nuestro pueblo (…) Sigo luchando para poder al menos iluminar y aportar algo para ese lado».

Pidió también una “Iglesia en salida misionera, no mirando desde la vereda de enfrente, sino metida en el barro de todos los días de nuestra gente».

Grimaux, activo participante de las marchas en San Jaime de la Frontera por el esclarecimiento del caso del canillita Juan José «Pocho» Morales, que desapareció en 2011 sin dejar rastros y de cuyo paradero se desconoce toda inforamción, dialogó con Radio Chajarí y sostuvo: “Estamos como distrayendo nuestra mirada y la mirada dirigencial, de todos los dirigentes sociales, frente a estas situaciones (de pobreza, inflación). No estamos apuntando a los problemas concretos”.

Y habló de situaciones concretas. “Hace seis meses que no pasan una máquina a las rutas de ripio. Tenemos una ruta 127 (ruta nacional) imposible de transitarla. Esto también nos ha quitado medios de comunicación. Esto retrae y empobrece a los pueblos”, resaltó.

Volviendo sobre la presencia testimonial del Evangelio, consideró que “hay una cierta irreligiosidad que se va metiendo por los poros de nuestra gente. Que va buscando cierto modo de expresión religiosa. La superficialidad con la que se van viviendo algunas situaciones van dejando de lado los planteos trascendentes profundos de la vida. El sentido de la vida, pero también el deseo de las soluciones rápidas frente a la fragilidad o vulnerabilidad de las personas. Que les está faltando la columna vertebral de lo religioso, lo humano, el sentido profundo de la vida”.

El sacerdote también abordó la cuestión siempre polémica del celibato del clero y respondió: “Hoy  en día plantean que los curas se casen cuando los laicos cada vez se casan menos. De nuevo vuelvo, esto es el fenómeno, hay otras cuestiones profundas. El celibato es una norma disciplinar de la iglesia, no es ni doctrinal ni evangélica”. En cuanto a si el celibato atenta contra las vocaciones religiosas, el sacerdote entendió que “no habrá vocaciones sacerdotales hasta que no haya cristiano que viva en serio su vida de fe. Antes había muchas vocaciones. Podrán decir porque era la oportunidad de estudiar y salir (…), pero había muchas familias que vivían cristianamente su vida de fe y también la posibilidad de considerar una vocación consagrada. Dios sigue llamando pero no tenemos quién se anime a una respuesta porque no estamos viviendo una vida cristiana”.

Respecto de lo que depara 2023, dijo: “Pedimos que nos permitan celebrar un Jubileo”, dijo. “Tengo muchas expectativas para esta iglesia diocesana que tendrá un nuevo obispo, los cambios son esperanzadores”, sumó entre sus deseo».

Por otra parte, refirió a “la posibilidad de elegir nuevas autoridades políticas” en este 2023 en Argentina, considerando que se trata de una oportunidad para “que tomemos conciencia de nuestro deber cívico, para pensar no sólo en los intereses partidarios y particulares, sino en la búsqueda del bien común”.

 

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora