Marcelo Boeykens, abogado, exrugbier en el Club Tilcara, director del Registro Único de la Verdad del Gobierno de Entre Ríos, se expresó públicamente en torno al juicio oral que se sigue a los ocho rugbiers acusados del aberrante crimen del joven Fernando Báez Sosa, ocurrido en el verano de 2020 en Villa Gesell. Dijo que procura «una justicia ajustada a derecho y en base al Código Penal, la Constitución y los tratados internacionales de Derechos Humanos, dando todas las garantías del debido proceso a los imputados, así como la han tenido los Videlas, los Masseras y todos los genocidas cuyas penas nunca llegan a más de 25 años. Por tanto auguro una sentencia de condena en base al principio de proporcionalidad y no una sentencia a medida del pedido de ´venganza´ que bajan los medios hegemónicos de comunicación. De tal forma que si se obtiene una sentencia ajustada a derecho y no la que pretenden los medios, se tornaría revictimizante para el padre y para la madre de Fernando y por tanto no habría reparación posible. En tal sentido abogo por no renunciar nunca a la reparación, al menos simbólica, en estos casos en donde la reparación jamás será plena, para lo cual debemos interpelar a la responsabilidad de los formadores de opinión».

El proceso a los ocho rugbiers comenzó el lunes 2 de enero En en banquillo de los acusados están sentados ante el Tribunal Oral Criminal N° 1 de Dolores los ocho imputados: Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Ciro, Lucas y Luciano Pertossi.

Boekens utilizó su muro de Facebook para manifestar su opinión sobre el caso Báez Sosa «como persona de rugby, ex jugador de todas las categorías del club Tilcara, padre, entrenador y en mi condición de abogado, particularmente abogado de Derechos Humanos», y repudió «sin condiciones el cobarde y aberrante asesinato de Fernando por parte de esta banda que actuó con alevosía sobre seguro sin otra posibilidad en el resultado de lo que fue». Y destacó el hecho de que la causa «haya llegado a juicio oral y público y que el mismo pueda ser seguido en todo el país con la publicidad suficiente para que por un lado no haya impunidad posible y por el otro como medida reparatoria a su familia y a la sociedad toda que espera una sentencia justa de castigo».

Planteó además que «es hora de que el rugby avance en una revisión total de sus prácticas. Por su puesto que no hay una homogeneidad en el rugby, hay clubes muy pudientes, casi exclusivamente en Buenos Aires y clubes muy humildes en el interior, sabe bien de esto nuestra provincia y ni que hablar de provincias como Formosa, Jujuy, Chaco, en donde hoy el rugby llega a sectores más postergados. Es cierto que aún falta para ser un deporte popular y hacia allí es donde debemos avanzar. Pero está claro que la problemática del rugby no es exclusivamente clasista ni ideológica. En el ambiente del rugby conviven las ideologías, muestra de ello son los más de 200 rugbiers desaparecidos por el Terrorismo de Estado, 2 de ellos paranaenses, Fernando Piérola de mi club Tilcara y el ´Mencho´ Germano de Estudiantes. Por tanto los análisis reduccionistas a los que acontecemos en estos días en nada contribuyen a una real solución del problema».

Destacó el hecho de que luego del crimen de Fernando Báez Sosa, la Unión Argentina de Rugby presentó una propuesta  denominada “Rugby 2030, hacia una nueva cultura”  que tiene “como objetivo reconocer, responsabilizar y resolver la conflictividad relacionada con el rugby en Argentina, buscando crear una nueva cultura acorde a nuestros tiempos, reduciendo la violencia en todos sus aspectos, con el fin último de contribuir a erradicar la violencia de la comunidad del rugby. Este programa quedó en suspenso por la pandemia. Es hora de relanzar el programa y que los clubes y la gente del rugby nos hagamos cargo de la problemática en una sociedad cada vez más violenta y que nuestro deporte, que es sin dudas un deporte de contacto, hay quienes dirán ´violento´, mostremos que esa ´violencia´ controlada queda dentro de un campo de juegos y que el tercer tiempo recobre la importancia primigenia, en donde los rivales podamos sentarnos a confraternizar, a conversar sobre el partido, sobre el resultado, sobre el juego y a filosofar sobre el deporte más lindo del mundo”.

“Debemos pregonar entonces para que los valores del rugby no queden en meras declamaciones, hay que trabajar en las uniones y en los clubes –sostuvo Boekyens-. Hemos sufrido en persona el rugby y el patoterismo. Quienes más lo hemos padecido somos los propios rugbiers, de eso no tengan dudas, no solo en los bautismos, en viajes, en prácticas abusivas, en correcciones disciplinarias, sino también en enfrentamientos casi nunca simétricos con otros contendientes, sobre todo en las salidas nocturnas”.

Al respecto, sostuvo que pretende “que trabajemos por un rugby inclusivo, un rugby con cada vez más gente, niños, niñas, niñes, hombres y mujeres, un rugby que integre y que no excluya,  un rugby solidario dentro y fuera de la cancha. Un rugby que cuide las niñeces y las adolescencias, un rugby que forme personas, personas que integren una sociedad más justa e igualitaria. Tenemos las herramientas y la capacidad, solo falta la decisión”.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora