Por Lucy Grimalt (*)

La defensa del exgobernador Sergio Urribarri, en la causa judicial que se le sigue por su actuación como gobernador en Entre Ríos, en la instancia actual de revisión del fallo en primera instancia por casación, ha planteado que la vocal de la Cámara de Casación Penal de Concordia, María Evangelina Bruzzo, integrante del tribunal que tiene a su cargo la revisión de la sentencia, debe apartarse por su vínculo matrimonial con el dirigente del PRO de Concepción del Uruguay Juan Ruiz Orrico.

El juicio a Sergio Urribarri, gobernador en dos períodos constitucionales (2007-2011 y 2011-2015), y a diferentes integrantes de su gabinete, ha tenido desde el principio una fuerte connotación política, que termina menoscabando el accionar de un gobierno constitucional, elegido por la voluntad popular, habida cuenta de que, durante el juicio en primera instancia, y en su sentencia, las acusaciones no fueron probadas materialmente, recurriendo ese primer tribunal a argumentos fallidos para forzar una condena e inhabilitación de por vida a cargos públicos a Sergio Urribarri. Lo cual no deja lugar a dudas de que no se está frente a un proceso judicial de investigar y analizar el posible cometido de un delito común.

En un año electoral, las derivaciones de este juicio claramente perjudican a una de las fuerzas políticas que actualmente gobierna la provincia de Entre Ríos. Asociar corrupción y peronismo es una mecánica perversa que instala el largo proceso del juicio y sentencia a Sergio Urribarri. No asombra que la oposición política al peronismo haga referencia permanente a este juicio en su campaña electoral, buscando instalar en la población que en las dos gobernaciones de Urribarri no existieron ampliación de derechos, ni obras estructurales en beneficio de sus habitantes, sino todo lo contrario: que la corrupción y el desmanejo primó en ese periodo y que la justicia viene a confirmar esa gran operación simbólica, de ataque político a un gobierno peronista.

 

En este marco de alta tensión política, porque la decisión judicial involucra también que el peronismo no cuente con todos sus dirigentes para conformar las candidaturas a diferentes cargos en las elecciones de este año 2023, el pedido de la defensa de Sergio Urribarri de apartamiento a la citada vocal de la Cámara de Casación Penal de Concordia, María Evangelina Bruzzo, está justificado por todos los factores que este proceso judicial de acusación a un gobernador peronista tiene en la escena político electoral de la provincia.

 

El argumento de la vocal de que se trata de un planteo machista, prejuicioso, que ataca su dignidad como mujer y funcionaria pública, no es tal. Objetivamente su vínculo matrimonial existe con el dirigente del PRO de Concepción del Uruguay Juan Ruiz Orrico y la defensa del ex gobernador legítimamente puede recusar por parcialidad dado este vínculo, en este contexto de un juicio donde la valoración política e ideológica está primando por sobre la valoración de la prueba material, como lo establece la legislación vigente.

 

Todas coincidimos que a los varones jueces no se les pide cumplimiento estricto de la ley desde la perspectiva de género y es una tarea de concientización hacia adentro del Poder judicial y en la sociedad marcar el menoscabo del trabajo de las mujeres y disidencias sexuales, que el patriarcado instaló. Pero eso implica que frente a hechos objetivos en el desempeño del trabajo que realizamos las mujeres, lo hagamos siempre ajustándonos a la ley.

 

En definitiva, en una causa donde los intereses son sectoriales, y se ha desdibujado el accionar únicamente jurídico, teniendo predicamento público las constantes opiniones de descalificación por parte de la oposición al peronismo, la vocal Bruzzo debería reflexionar que su vínculo matrimonial en esta causa, excede el ámbito privado, y tiene injerencia en el ámbito político e ideológico.

 

Su dignidad como magistrada no está afectada por el pedido de recusación por el vínculo. Su dignidad como magistrada se verá afectada si no cumple con el mandato de juicio justo.

 

 

(*) Lucy Grimalt,  feminista, exdiputada provincial.