El contador Gonzalo Calleja, empleado de una empresa constructora de Paraná, que tenía como segundo ingreso la compra venta de dólares en el mercado paralelo, fue asesinado la tarde del 14 de julio de 2021 en la zona de Suipacha y Pringles, detrás del Complejo Escuela Hogar Eva Perón, cuando había ido a cerrar una transacción: el cambio por pesos de 12.500 dólares.
Lo había citado Exequiel Morato, con quien había trabado relación comercial en abril de 2021. Calleja llegó en su auto, un Ford Fiesta, lo estacionó en la cercanía y fue al encuentro de su cliente, que lo esperaba en su vehículo, un Fiat Uno. Calleja llevó la mochila consigo, los dólares, y subió al Fiat Uno. Lo que ocurrió adentro de ese auto es motivo de controversia: en el juicio por jurados que cerró este viernes con los alegatos de clausura de las partes, la Fiscalía y la querella particular sostienen la hipótesis del crimen triplemente agravado, cuya responsabilidad adjudican a Exequiel Morato y a Francisco Giménez. El primero estaba al volante; el otro, en el asiento de atrás.
La Fiscalía -también la querella- sostiene que lo mató, desde atrás, apretándole el cuello con el antebrazo y el brazo, Giménez, y que Morato ayudó sosteniéndolo a Calleja, y de ahí el hecho de que no tenga marcas defensivas. «Lo citaron a Gonzalo para que vaya el 14 de julio de 2021 a la zona de la Escuela Hogar con 12.500 dólares para hacer el cambio por pesos. Gonzalo subió al Fiat Uno de Morato con ese dinero y con todas sus pertenencias. Ahí adentro las dos personas que lo esperaban, le apretaron el cuello asfixiándolo, hasta asesinarlo y se apoderaron de todas sus pertenencias, incluidos los 12.500 dólares. Con ese dinero, ese mismo día, Morato pudo saldar la deuda que tenía con el dueño del desarmadero, Matías Martínez», enumeró el fiscal Santiago Alfieri.
La Fiscalía entendió que tanto Morato como Giménez «son coautores de este homicidio cobarde, efectuado solo para robarle y pagar esa maldita deuda. Con el veredicto de culpabilidad que dictará el jurado por homicidio agravado, por realizarse con alevosía, sin posibilidad de defenderse, y para concretar el robo, (dijo Alfieri, dirigiéndose al jurado popular) son ustedes, que sin poder devolver la vida a Gonzalo, tienen la posibilidad de sanara el vacío y el dolor que generó este asesinato».

Exequiel Morato y las defensoras Romina Cian y Fernanda Álvarez.
El querellante Damián Petenatti dijo que el crimen fue premeditado: Calleja fue citado para cambiar dólares aunque de antemano estaba pensado el asesinato. “Gonzalo fue por un cambio de dólares que nunca se iba a realizar. Primero, lo engañaron y luego lo mataron. Lo mataron para robarlo, y para ocultar este crimen. Lo mataron por la espalda”, describió. “El móvil de este crimen fue netamente económico: la deuda por la que lo apuraban a Morato, y que no podía saldar por sus propios medios”, agregó.
“Esta querella –apuntó- pide un veredicto de culpabilidad, y que declaren como autores a Francisco Giménez y a Exequiel Morato por homicidio triplemente agravado”.

Francisco Giménez y su defensor Juan Domingo Cabrera.
La defensora pública Romina Cian, a cargo de la representación de Morato, buscó desarmar la hipótesis de la acusación. “Los puedo mirar a cada uno de ustedes a la cara y decirles con seguridad que la hipótesis que le dijimos al comienzo es la correcta”, sostuvo, dirigiéndose a los jurados. “Esta defensa no va a pretender un veredicto de no culpabilidad. No venimos acá a solicitarles un veredicto de no culpabilidad. Sí a solicitarles un veredicto justo. Un veredicto de culpabilidad correcto. Con el nombre que le corresponde a los hechos”, planteó.
“Nosotros no venimos a lograr la impunidad de Morato. Nosotros también queremos justicia. Nosotros queremos que ustedes, cuando deliberen y cuando razonen, sean justos. Nosotros no queremos que este crimen quede impune. No queremos impunidad. Queremos que las cosas se llamen por el nombre que son y que paguen las personas que tienen que pagar”, aseveró.
Juicio por el crimen de Calleja: «A Gonzalo lo usaron de cajero automático»
El planteo de la defensa de Morato es que el autor del crimen fue, en realidad, Francisco Giménez. “Acá quedó muy claro que se le dio muerte a Gonzalo Callejo. Quedó claro el homicidio. No lo vamos a discutir. No venimos a discutir eso. Lo que sí vamos a discutir es que haya muerto en manos de Exequiel Morato. Lo vamos a discutir. Exequiel Morato siempre quiso otra cosa. Hizo otra cosa”, indicó.
El planteo de la defensa es que quería robarle para pagar su deuda con el dueño del desarmadero: entre $600 mil y $1,100 millones era esa deuda, según el defensor de Giménez.
La defensora Cian aceptó que entre Calleja y Morato hubo una discusión adentro del Fiat Uno con relación al precio del dólar, hubo un forcejeo, y un arrebato de la mochila que llevaba el contador. “Y hasta ahí lo que hizo Morato en su auto. Acá nadie pudo probar que Morato mató a Calleja. En este juicio quedó claro que Morato no estaba solo. Que Exequiel Morato estaba con Francisco Giménez. Morato no mató a Calleja. Morato quería otra cosa, quería la plata, porque tenía deudas. Pero Morato no es un homicida, es otra cosa, y por eso pedimos una nueva calificación del delito», cerró.
La codefensora Fernanda Álvarez sostuvo: “No compartimos la calificación de homicidio triplemente calificado. Acá no se mató para tapar otro delito. Giménez tuvo un ataque de bronca, de rabia. Morato no lo mató a Calleja. No me puedo poner en la cabeza de Giménez, pero entiendo que no se aprovechó de la indefensión de Calleja. Le reclamó la mochila, y se le fue la mano. Pero a esto no tengo por qué decirlo yo, lo tiene que decir el defensor de Giménez. Pero sí quiero decir que Morato quería robarle la mochila a Calleja, no quería matarlo”.
La calificación legal que pidió la defensa de Morato: el homicidio en ocasión de robo. «Es el delito al cual adherimos como hipótesis de lo que aquí sucedió; hipótesis para ustedes, nosotras estamos convencidas de esto. Acá lo que sucedió fue esto: lo citaron a Calleja porque Morato tenía deudas y la idea fue siempre robarle los dólares. Cuando Calleja se resiste a entregar la mochila, Giménez, desde atrás, imprevistamente, lo mató. Eso no es un homicidio calificado; eso es un homicidio en ocasión de robo», subrayó.
Juan Domingo Cabrera, defensor de Giménez, abrió su alegato con una definición cortante: «Nada indica que Giménez participó del infructuoso hecho del contador Calleja. El círculo del contador Calleja sabía quién era Morato. Y no aparece Giménez, En ninguna conversación. No hay transacciones hechas con Giménez», apuntó.
«No sé quién estaba sentado en el asiento de atrás del auto de Morato. No me interesa saberlo. Lo único que sé es que no era Giménez», planteó. Y pidió «la no culpabilidad» para Giménez. «Todo lo que decidan con Morato escapa al interés de esta parte», sostuvo. «Culpabilizando a Morato van a empezar a reparar el daño de la muerte de Calleja, lo mismo que absolviendo a Giménez», cerró.
Cerrada la etapa de alegatos de clausura de las partes, el jurado popular pasó a deliberar para dar su veredicto.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora