La matanza de una familia de lechuzas vizcacheras ocurrida el martes 9, por la mañana, en la playa del Club Atlético Estudiantes, en la Costanera Baja, “fue un caso de fuerza mayor que no pudo evitarse dadas las circunstancias expuestas y la agresividad que excepcionalmente demostraron ese día dos de las muchas aves que habitan ese sector”.

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De ese modo, Roque Barbosa, responsable de la empresa Barp Group, firma dedicada al control de plagas urbanas, explicó lo sucedido en la playa del CAE y que generó un amplio repudio. “Fui contactado por el Sr. Julio Gamarci para estudiar la forma de evitar los ataques que unas aves rapaces causaban a socios en las inmediaciones de la playa, para lo cual se trabajó  de una manera responsable y criteriosa para su manejo, en primer lugar, efectuando un relevamiento visual, identificando la especie (lechuza vizcachera) y contabilizando la cantidad de aves que habitaban en la zona. Este tipo de animales no son considerados plagas, por lo que se propuso al club trasladarlas a otra sede adecuada, el CAE Golf”, reseñó.

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Y sigue: “Luego de un análisis profundo de la situación y en virtud de generar el menor impacto posible para los socios y para los animales, se decide usar el método de captura viva a través de redes con elementos para que envuelva el animal, sin dañarlo, para luego transportarlo en jaulas a su destino final. Es así como el día 9 de este mes y año, siendo las 6,10 aproximadamente, al estar en pleno trabajo, se manifestó una agresividad mucho mayor a la demostrada cuando se hizo el estudio, y por lo tanto los empleados buscaron los rifles de aire comprimido para usarlos sólo en caso de defensa y como último recurso ante un ataque directo que causa lesiones en ellos. Esto como último se ejecuta como excepción y con el exclusivo fin de defenderse”.

La empresa de control de plagas urbanas dijo que el acuerdo con el CAE –en particular con el intendente Julio Gamarci- “jamás” incluyó la muerte de las lechuzas sino que el pedido fue que sean trasladadas. “Tampoco esta empresa aceptaría un trabajo que implicara el exterminio de ningún animal que no sea considerado plaga. El hecho ocurrido fue un caso de fuerza mayor que no pudo evitarse”.

“Lamento profundamente la confusión que se ha producido en los socios, no siendo la intención de esta empresa perjudicar al Club ni alterar la fauna silvestre que habita en él –explicó Barbosa en su carta a la comisión directiva del CAE-puesto que nuestra tarea es exactamente la contraria, para lo cual somos contratados por numerosas empresas desde hace ya más de 20 años”.

Luego, indicó: “Por todo ello, dejo aclarado que nunca se nos dio ninguna orden –ni tampoco la ejecutaríamos- de atentar, lastimar y/o matar las mencionadas aves por parte de ninguna autoridad del Club –miembros de comisión directiva, intendente ni empleado encargado de sede) sino que lo ocurrido fue puramente un hecho desgraciado que no pudieron evitar los empleados de la empresa sin poner en riesgo su integridad física”.

Al final, sostiene que “lo cierto es que si bien fueron dos los animales que desgraciadamente perecieron en el procedimiento, el resto no tuvo lesiones”.

Por su parte, la comisión directiva del CAE se apoyó en el comunicado de la empresa encargada del control de plagas urbanas para sostener su “real compromiso con nuestro mediante ambiente y fauna silvestre, la que entendemos indispensable y debe ser cuidada y protegida”.

Las autoridades del club señalaron que el descargo de la empresa encargada del control de plagas fue presentado en la Justicia e incorporado a la investigación interna que se inició.  Y apuntó: “Se desprende en consecuencia que las acusaciones realizadas estos días por redes sociales han sido desde el desconocimiento de la verdad”.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora