El 24 de febrero último, el Gobierno firmó un acuerdo paritario de salarios con la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) y la Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet) –los dos sindicatos con representación con vos y voto en la mesa de negociación- más la asistencia con oz y sin voto de la Unión Docentes Argentinos (UDA) y el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop) para el primer semestre: un 40% de recomposición, en tres tramos, calculado sobre haberes de enero de 2023.

Los primeros dos tramos – 8% con los salarios de febrero; 19% con los haberes de marzo- ya forman parte del ingreso de maestros y profesores. En los primeros días de junio, cuando el Gobierno inicie el cronograma de pago de los haberes de mayo, se cancelará el último tramo, un 13%. Aunque en función de la evolución de la inflación en los primeros cuatro meses, esa recomposición salarial ya quedó rezagada. En abril, el índice de inflación que midió el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) fue del 8,4%, y acumuló en el primer cuatrimestre del año un incremento de 32%. Los primeros dos tramos de aumento, del 8% en febrero y del 19% en marzo, un 27%, dejaron el salario docente por debajo de la inflación que sumó en el primer cuatrimestre un 32%.

Pero el acuerdo paritario de febrero establece que “en caso de que la inflación acumulada supere estos porcentajes durante el primer semestre del año, convocatoria inmediata a la paritaria para garantizar que la pauta salarial se mantenga siempre por encima de dicho índice”. Además, dejó establecido la reapertura de la paritaria en la segunda quincena de mayo –ya hubo una primera reunión, el jueves 24- para analizar la evolución del salario y la inflación”.

E incluyó una “cláusula gatillo”: el Gobierno garantiza que una vez que se conozca la inflación acumulada del primer semestre, los salarios serán recompuestos según ese índice, más un 5%, igual que ocurrió en 2022. El acuerdo establece además que la paritaria queda abierta y que habrá nueva convocatoria en julio “con el compromiso de discutir la base de cálculo para la pauta salarial para el segundo semestre de 2023”.

Agmer evaluó como positivo el acuerdo salarial de febrero, pero remarcó que “ya al día de hoy se encuentra superado por la inflación producto de las especulaciones y acciones inescrupulosas del poder económico que solamente busca su propio beneficio en perjuicio de las trabajadoras y trabajadores; situación que requiere tomar urgentes medidas para cuidar el bolsillo de las y los docentes, dar previsibilidad a miles de familias y llevar tranquilidad a las comunidades educativas”.

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Desde Amet, el adjunto Carlos Varela resaltó en el encuentro paritario del jueves 24 planteó que “la base tomada por el Indec para evaluar la inflación no corresponde con el análisis real que debemos hacer, a los efectos de poder adelantarnos a lo que los trabajadores deben afrontar mes a mes, reiterando que la conformación de esta comisión resulta una tarea de carácter positivo”.

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También pidió rever la base de cálculo de los aumentos salariales para el sector docente. Dijo que hay que “replantear la base para el cálculo para el segundo semestre de este año, a fin de que los números tengan un mayor reflejo sobre la realidad, requiriendo que la base del cálculo sea el último mes donde se cerró el acuerdo (sueldo de mayo 2023)”.

Mientras, Alejandra Frank, secretaria general de Sadop Entre Ríos, anotó que “la incertidumbre respecto a la inflación genera dificultades, así como el malestar generado por la demora en los pagos; resulta necesario llevar tranquilidad a las y los trabajadores, esperando respuestas concretas lo antes posible”.

De momento, no hay fecha cierta de cuándo será la próxima reunión de la mesa paritaria salarial para los docentes, que pasó a un cuarto intermedio.

 


De la Redacción de Entre Ríos Ahora