Viernes. 9.00.
Ese día, mañana, a esa hora, el expresidente del Sistema de Crédito Entre Ríos (Sidecreer), Juan José Canosa, está citado a prestar declaración indagatoria ante el fiscal Juan Malvasio, que lo investiga por la posible comisión de dos delitos: enriquecimiento ilícito y negociaciones incompatibles con la función pública.
La causa se había caratulado “Kisser, Raymundo S/Denuncia”, a partir de la intervención que le dio al procurador general de la provincia, Jorge García, el jefe de la bancada de senadores de Cambiemos. Pero conforme avanzó la investigación y se fueron recolectando pruebas, el fiscal Malvasio decidió hacer de una causa, dos, y con dos delitos diferentes.
La investigación que más avanza es la de negociaciones incompatibles, que investiga la displicente distribución de licitaciones y contrataciones por parte de Canosa mientras manejó Sidecreer –de 2009 a 20015—entre firmas comerciales ligadas a parientes o amigos. Por ese caso, fueron allanadas su casa, la de su hermano, de parientes políticos aquí y en Santa Fe, y hasta el departamento que ocupa la suegra de Canosa, un edificio de calle Buenos Aires al 400.
Allí vive Sofía Montefiori, madre de Paula Montefiori, integrante del Ministerio Pupilar en el Poder Judicial, la esposa de Canosa. El senador Kisser aportó el dato a la Justicia: un testigo de identidad reservada le contó que durante la madrugada del domingo 15 de enero vio gente ingresar documentación perteneciente a Sidecreer en casa de la suegra del extitular de Sidecreer.
El fiscal Malvasio analizó la situación y resolvió enviar una comisión policial al lugar. La tarde del lunes 30 de enero los efectivos regresaron con una bolsa cargada de material referido a licitaciones y adjudicaciones de Sidecreer y un maletín que pertenecería a Canosa. El abogado defensor, Raúl Barrandeguy, dijo en la audiencia que se desarrolló el jueves 2 del actual que ese material era parte de la defensa, pero después utilizó otro concepto, polémico: que el delito que se investiga no es delito, sino apenas una falta moral. Podría rotularse como pecado, pero no delito el hecho de haber contratado a empresas de parientes y amigos.
Incluso, aseguró, el extitular de Sidecreer, cuando supo que le iban a allanar su domicilio, “abrió las puertas de su casa” y “ha dicho que pone a disposición todos los elementos de prueba que posee”. Barrandeguy aseguró que el allanamiento que la Justicia ordenó el lunes 30 de enero en el domicilio de la suegra de Canosa, Sofía Montefiori, en el edificio de calle Buenos Aires 461, no tuvo razón de ser. Según Barrandeguy, hasta esa vivienda, que habita la mamá de la defensora oficial Paula Montefiori, se llevó a resguardar documentación que iba a ser usada para el trabajo de la defensa. Y que estaba dispuesto a poner a disposición de la Justicia.
Esa documentación –junto a otras carpetas enviadas por las actuales autoridades de Sidecreer—servirá para determinar si Canosa benefició a parientes y amigos con las contrataciones y licitaciones que él mismo firmaba.
La telaraña es grande.
Estando en Sidecreer, Canosa compró a su hermano, Carlos Alberto Canosa, a través de la suegra de éste, Mirta Graciela Gueler, U$S 262.300 en indumentaria y uniformes para el personal de Sidecreer.
También compró a su cuñada, Alicia Susana Cuestas (pareja de Carlos Alberto Canosa), y a la hermana de esta, María José Cuestas, y al esposo de esta última, Diego Aníbal Urba (amigo personal de Juan José Canosa), a través de Excelcom SA otros U$S 635.000 dólares en insumos informáticos.
Mirta Gueler, suegra del hermano de Juan José Canosa, es la madre de María José y Alicia (presidenta y directora de Excelcom SA respectivamente), y es suegra también de Diego Urba, otro integrante de la sociedad anónima, amigo personal de Juan José Canosa y concuñado de Carlos Alberto Canosa.
Esos datos los publicó el sitio www.noticiauno.com.ar.
Mirta Gueler es esposa Néstor Cuestas, padre de María José y Alicia (suegro de Carlos Canosa y Diego Urba), integrante de los Hermanos Cuestas.
Sidecreer pagó sólo a dos proveedores (a Excelcom SA por insumos informáticos y a Mirta Gueler por indumentaria) la suma de U$S 897.300 dólares.
Esos insumos e indumentaria fueron comprados por el Directorio de Sidecreer al mando de Juan José Canosa para la supuesta “actualización tecnológica y modernización de la empresa” y para “proveer uniformes al personal de la empresa”. Aunque algunos de los bienes también se adquirían para luego ser “donados” en el marco del programa de Responsabilidad Social Empresaria creado e implementado por el Directorio de Sidecreer en el año 2012.
Los documentos revelan que en la gestión Canosa se pagaron a una empresa (cuyos integrantes estaban vinculados familiarmente al presidente de Sidecreer) U$S 635.000 dólares por la compra de insumos informáticos. Y a una persona física (vinculada familiarmente al titular de Sidecreer) la suma de U$S 262.300 dólares en concepto de compra de uniformes y ropa (remeras y shorts de fútbol, cofias y delantales).
De la Redacción de Entre Ríos.