“Estamos haciendo lo que se debe hacer para que los entrerrianos estén cada vez más seguros en materia de salud”.

El martes 20 de septiembre de 2011, el exgobernador Sergio Urribarri firmó con el entonces titular del PAMI, Luciano Di Césare, el contrato de obra para iniciar los trabajos de construcción del Hospital del Bicentenario de Paraná, hoy bautizado De la Baxada Teresa Ratto.

La obra demandaría una inversión de 200 millones de pesos y su finalización se previó en un plazo de 24 meses. Seis meses antes de finalizada la obra, el Gobierno licitaría la adquisición del equipamiento por otros 100 millones de pesos.  La idea era un hospital de alta complejidad, que daría trabajo a 400 empleados.

Hoy, cinco años después de aquel anuncio, la cantidad de empleados no supera los 120, la obra está a medio hacer y el edificio está rodeado de malezas.

A febrero de 2016 la obra está sin terminar, y el consorcio de firmas que asumió la construcción del edificio, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) conformada por las empresas Isolux Ingeniería SA – AMG Obras Civiles SA, levantó el obrador y dejó todo a medio hacer.

Ni siquiera está habilitado el sector de internación, que aportaría 150 camas al sistema público, y descomprimiría la demanda de los hospitales centrales de Paraná, San Roque y San Martín.

En medio, se sucedieron las promesas, los anuncios y una disputa irresuelta entre el exministro de Salud, Carlos Ramos, actual director del Hospital del Bicentenario, y el actual titular de la cartera sanitaria, Ariel de la Rosa.  El quid de la cuestión es que no está resuelto quién administra ese centro sanitario: originalmente, pertenece al PAMI, pero lo administra una sociedad del Estado creada por la provincia.

Hay una sociedad que lo gerencia.

A mediados de 2015, se hizo pública la conformación de Salud Entre Ríos Sociedad del Estado, que en principio tuvo como único “socio” al entonces gobernador de la provincia, Sergio Daniel Urribarri, y como “administradores”, al exministro de Salud, Carlos Ramos, al exsecretario de Salud, Mariano Camoirano, y a la actual titular de Vialidad, Alicia Feltes. La sociedad nació con un capital de $50 millones.

Fue a través del decreto Nº 1.884, del 22 de junio de 2015, dio forma a Salud Entre Ríos Sociedad del Estado, la compañía que tiene a su cargo administrar el Hospital del Bicentenario Teresa Ratto, que se levanta en la zona de calles Alvarado y General Espejo, en Paraná.

Así decía el decreto de conformación de la sociedad:

“El Dr. José C. Luján, Director de Inspección de Personas Jurídicas de la Provincia de Entre Ríos, ha ordenado la publicación del edicto de constitución de SALUD ENTRE RIOS S.E., por lo que de conformidad con lo previsto en el artículo 2° de la Ley N° 20.705 de Sociedades del Estado y por el artículo 10° de la Ley N° 19.550 de Sociedades Comerciales – se hace saber: 1.- Socio: SERGIO DANIEL URRIBARRI, DNI Nº 12.432.065, en su carácter de Gobernador de la Provincia de Entre Ríos, siendo su identidad y personería de conocimiento. 2.- Fecha de instrumento de constitución: 23 junio de 2015. 3.- Razón o denominación social: SALUD ENTRE RIOS SOCIEDAD DEL ESTADO. 4.- Domicilio de la sociedad: la Sociedad tiene domicilio en la ciudad de Paraná. 5.- Objeto Social: La sociedad tendrá por objeto principal la administración general y prestación de los servicios de salud, a fin de fortalecer las capacidades sanitarias a nivel sistémico y mejorar las condiciones socio sanitarias de la población. 6.- Plazo de duración: cincuenta (50) años a partir de su inscripción en el Registro Público de Comercio. 7.- Capital Social: se fija en la suma de pesos cincuenta millones ($ 50.000.000,00) que se divide en la cantidad de cincuenta mil (50.000) certificados nominativos por un valor nominal de pesos un mil ($ 1.000,00) cada uno”.

El 22 de julio de 2015 se publicó en el Boletín Oficial el texto del acta de constitución de esa Salud Entre Ríos Sociedad del Estado, que mostró como “socio” al gobernador Sergio Urribarri, con fecha de constitución el 23 de junio, y respecto del objetivo social, decía: “La sociedad tendrá por objeto principal la administración general y prestación de los servicios de salud, a fin de fortalecer las capacidades sanitarias a nivel sistémico y mejorar las condiciones socio sanitarias de la población”.

Pero después se modificó la conformación de esa sociedad. Y ya Urribarri dejó de formar parte de la sociedad, que quedó integrada por el exministro Ramos, el exsecretario de Salud, Mariano Camoirano, y Feltes.

Un nuevo decreto, Nº 3265, modificó la norma anterior de conformación de la sociedad que manejará el Hospital del Bicentenario.

Aclaró que la creación de la Sociedad del Estado tiene por objeto “primordialmente” administrar el nuevo hospital, tal cual lo ordenan los acuerdos de financiamiento rubricados con el PAMI., y que el decreto original contempló amplias facultades, que en este nuevo instrumento legal se ven acotadas. Esa decisión se adoptó, además, por las observaciones que hizo la Contaduría al trámite de creación de la sociedad.

El nuevo decreto dice también que “resulta necesario la modificación del capital social de la sociedad”, el que ya no será de $50 millones sino de $5 millones.

Esa es la sociedad que ahora conduce el Hospital del Bicentenario.

 

Claro que el esquema zozobró a mediados de diciembre último.

Los 120 trabajadores –no 400 como anunció en 2011 Urribarri que sería la plantilla de agentes del Hospital del Bicentenario– durante dos días cerraron las puertas del hospital  y dejaron de atender al medio millar de pacientes que concurre a diario.

No sólo no se pagaban los sueldos, sino tampoco a los proveedores y fue entonces que el consorcio encargado de levantar el edificio decidió levantar el obrador.

Y todo está a la deriva: la obra sin terminar, el sector de internación sin habilitar, un gigante dormido que puede dar más de lo que da. Y rodeado de maleza, casi abandonado, aunque por dentro, en el corazón del hospital, a diario el ajetreo es constante.

Nadie, de momento, sabe qué futuro tiene. Ni cuándo la obra se va a reiniciar. Ni quién va a ordenar que el predio se limpie, la maleza se corte, las calles se arreglen.

Sólo hay dudas.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.