El juicio a los responsables del terriorismo de Estado fue una etapa clave de la historia argentina. Cinco de los 9 integrantes de las Juntas fueron condenados por llevar a cabo un plan sistemático de exterminio en el marco de la dictadura cívico-militar desde el 24 de marzo de 1976.

Luego de asumir la Presidencia de la Nación, Raúl Alfonsín firmo el 13 de diciembre de 1983 el decreto 158 que daba pie al comienzo del proceso judicial. Dos días después, se instituía la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep).

El juicio inició el 22 de abril de 1985 y las audiencias se prolongaron hasta agosto de ese año. En unas 530 horas de audiencia declararon 839 testigos en la denominada «causa 13». El tribunal estuvo integrado por los jueces León Arslanian, Ricardo Gil Lavedra, Jorge Torlasco, Andrés D’Alessio, Guillermo Ledesma y Jorge Valerga Aráoz.

La Cámara Federal finalmente dictó sentencia por 709 casos donde fueron condenados Jorge Rafael Videla y Emilio Massera a reclusión perpetua; Orlando Ramón Agosti a cuatro años y seis meses de prisión; Roberto Eduardo Viola a 17 años de prisión; y Armando Lambruschini a la pena de ocho años de prisión.

Mientras que el tribunal absolvió a Omar Rubens Graffigna, Arturo LamiDozo, Leopoldo Galtieri y Jorge Anaya. La sentencia fue leída por León Arslanián, el presidente de la Cámara Federal, y se transmitió por Cadena Nacional.

 

«El juicio» (Ulises de la Orden,   2023) es una cinta que resume el Juicio a las Juntas y será exhibida este sábado, a las 16, en la sala Verónica Kuttel del Centro Cultural La Vieja Usina en el marco de la 5ª edición del Festival de Cine de Entre Ríos (Ficer).

La película se presenta en la sección Cine por Entrerrianxs ya que su montajista, Alberto Ponce, es de esta provincia y estará presente para intercambiar opiniones con el público.

En 1985 se llevó adelante el juicio a las juntas militares de la última dictadura, acusadas por delitos contra la humanidad. Durante noventa jornadas se oyeron los relatos del horror y una sentencia final: Nunca Más.

“Mi trabajo como montajista fue arduo, pero muy satisfactorio a la vez. El material era duro, fue muy difícil al principio ver todo eso y reconozco que las dos primeras semanas dormí poco y mal, hasta que después uno se va acostumbrando, como los médicos cirujanos”, narró Ponce. El material que filmó Canal 7 a pedido de los jueces, explicó el montajista, fue registrado a dos cámaras para no mostrar por televisión la cara de los militares enjuiciados. Fueron noventa audiencias durante ocho meses que con los alegatos sumaban unas 530 horas de material. “El primer desafío fue ver todo, por eso es que encontramos joyas realmente nunca vistas. Hicimos un proceso de clasificación muy arduo”, agregó Ponce. Ese visionado les llevó casi ocho meses. Organizar el material fue otro proceso, para lo cual inventaron una técnica con fichas a partir de un software.

“Fue un proceso de tres años de trabajo, que dejé registrado en un libro que estoy por publicar pronto”, anticipó.

El primer armado de la película duraba ocho horas y media; la versión actual es de tres. “No hay entrevistas, no hay ninguna intercalación externa al material que estuvo filmado en ese recinto, eso le dio un plus estético y cinematográfico. Con esas condiciones, mantener una narración larga que no aburra, era el mayor desafío”, dijo Ponce, consciente de que lo producido será fuente de consulta en el futuro. “Es la película más importante que voy a hacer en mi vida porque no creo tener de nuevo la oportunidad de acceder a un material de este calibre, de este volumen y de esta importancia. La película tiene que servir para afianzar y mover la memoria colectiva. Creo que es una herramienta, más en este contexto de avance de la derecha y del negacionismo, es importante que se vea porque no es un mito, no es una mentira. Esto existió, esto pasó y ahí está el testimonio”, concluyó.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora