Visto desde afuera, todo es apariencia.
Esa gran mole gris, construida hacia el año 1888, muestra desde el exterior un aspecto señorial: una torre, amplios balcones, un edificio en altura que ocupa, completa, toda una manzana.
Pero cruzando alguna de sus tantas puertas, se ve lo que desde afuera no: el lado B de Casa de Gobierno. La peor escenografía, quizá, se encuentre del lado de la Legislatura, que da a calle Santa Fe.
Hay trastos viejos, escritorios olidados, restos de mampostería.
Subiendo un piso, desde alguno de los grandes ventanales, se puede ver el corazón interno, un gran patio encajonado por la construcción: la imagen que se ve es turbadora.
Un enjambre de equipos de aire acondicionado que cuelgan de las paredes.
Un acto de profanación en esta construcción antiquísima que, con el paso del tiempo, va modificando su fisonomía.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.
