Juan José Canosa ya pasó por Tribunales el viernes 10 de febrero. Fue una declaración indagatoria en el marco de la investigación judicial por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública.
Se trata, ni más ni menos, que una indagación para determinar cómo fue que Canosa siendo presidente de Sistema de Crédito Entre Ríos (Sidecreer), entre 2009 y 2015, benefició con contrataciones y compras a familiares y amigos. Su abogado defensor, Raúl Barrandeguy, minimizó la preocupación de los fiscales, Santiago Brugo y Juan Malvasio, y teorizó sobre el asunto. Dijo que, en todo caso, podría tratarse de una falta moral, de una cuestión pecaminosa, de un comportamiento que podría ser reprendido por un cura en el confesionario. Pero que de modo alguno podría constituir un delito. Eso dijo Barrandeguy.
En la Justicia piensan muy otra cosa.
Canosa empezó a ser investigado en diciembre último, cuando el senador provincial Raymundo Kisser (Cambiemos) hizo una presentación ante el procurador Jorge García relacionada con el proceso licitatorio que encaró la administración del gobernador Gustavo Bordet para incorporar capital privado a Sidecreer. Kisser pidió que se investigue cómo fue que Sidecreer terminó desfinanciada y qué rol tuvo Canosa en todo eso.
Después, un grupo de diputados de Cambiemos –Alberto Rotman, María Alejandra Viola, entre ellos— hizo otra petición: le solicitó al procurador García que investigara el crecimiento patrimonial de Canosa durante la función pública. De modo pues que de aquella primera presentación de Kisser se abrieron dos causas: una por negociaciones incompatibles y otra por enriquecimiento.
La primera avanza más aceleradamente.
Los fiscales averiguan cómo fueron los procedimientos mediante los cuales el extitular de Sidecreer negoció compras y la contratación de servicios con empresas que regentean su hermano, Carlos Canosa, la suegra de éste, Mirta Graciela Gueler. También, la cuñada de su hermano, Alicia Susana Cuestas, la esposa de Carlos, María José Cuestas, y el esposo de la hermana de su cuñada, Diego Aníbal Urba.
Canosa le compró a su hermano, Carlos Alberto Canosa, a través de la suegra de éste, Mirta Graciela Gueler, U$S 262.300 en indumentaria y uniformes para el personal de Sidecreer.
También, negoció con su cuñada, Alicia Susana Cuestas, la esposa de Carlos Alberto Canosa, y con la hermana de su cuñada, María José Cuestas, y el esposo de la hermana de su cuñada, Diego Aníbal Urba –amigo de Juan José Canosa–, a través de Excelcom SA, otros U$S 635.000 dólares en insumos informáticos.
Mirta Gueler, suegra del hermano de Juan José Canosa, es la madre de María José y Alicia (presidenta y directora de Excelcom SA respectivamente), y es suegra también de Diego Urba, otro integrante de la sociedad anónima.
Todos ellos están citados a declaración indagatoria. En principio, estaba previsto que lo hicieran este viernes 24 de febrero, pero ese trámite quedó pospuesto para el viernes 3 de marzo. Fue a pedido de los propios imputados, que en los últimos días fueron rearmando su estrategia defensiva.
El abogado Leopoldo Lambruschini asumió la defensa de Diego Urba y su mujer, María José Cuestas.
En tanto, Carlos Canosa, hermano del extitular de Sidecreer, y su mujer, Alicia Susana Cuestas, son defendidos por Miguel Cullen.
Resta que defina defensor la suegra de Carlos Canosa, Mirta Graciela Gueler.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.