Las lluvias, que esta primavera han sido copiosas en Paraná, suelen dejar al descubierto el costado más débil de la infraestructura urbana. Y con más nitidez se observa esa situación en las calles. En calle Monte Caseros al 400 un agujero se abrió entre el pavimento y el cordón de la vereda. El inconveniente vial ha sido malamente señalizado por algún voluntarioso: un tarro vacío de pintura, una rampa seca de una palmera.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora