La ilegalidad se abre paso en el caótico servicio de transporte urbano de pasajeros en Paraná: con esperas de 50 minutos a una hora para que pase el colectivo por las paradas -cuando no se rompe a mitad de camino-, los usuasrios van migrando hacia otros sistemas. El taxi o el remis, pero en mayor medida la aplicación Uber, que aunque no está legalmente habilitada por la Municipalidad, capta cada vez más clientes. Es más barato, es más rápido, es más higiénico, es más seguro y es menos volátil que el colectivo.
La última incorporación de Uber en Paraná es el servicio de MotoUber: los pasajeros viajan en moto, como acompañantes, el nivel más elevado de precarización de un servicio que funciona en los márgenes de la legalidad. Sucede que un viaje en MotoUber cuesta la mitad que en un remis: ir desde Plaza 1° de Mayo hasta la zona de Don Bosco y Blas Parera tiene un costo de $990; en remis, esa cifra se eleva a $1.800. Remiseros y taxistas encontraron la vuelta y trabajan mitad en sus empresas y la otra mitad del tiempo se suben a la aplicación de Uber, que ahora genera más demanda.
Ahora, otra vez, el servicio de colectivos está en emergencia: Buses Paraná, la unión transitoria de empresas que conforman Transporte Mariano Moreno SRL y Ersa Urbano SRL que en 2017 asumió la concesión, dispuso de modo unilateral suprimir el servicio nocturno. Paraná se quedó sin colectivos entre las 21,30 y las 5,30.
«Estamos muy contentos logramos mantener y mejorar el servicio», dijo a comienzos de 2018 el entonces intendente Sergio Varisco tras la firma del contrato de concesión con Buses Paraná y por un plazo de ocho años. Entonces, el futuro era prometedor: el marco regulatorio del servicio incluyó la presetación del servicio nocturno, de 1 a 5,30, el boleto combinado, la rebaja del costo del boleto en horarios no pico, unidades especialmente diseñadas para que puedan viajar personas que se desplazan en silla de ruedas y la novedad de la aparición de la tarjeta SUBE, que reemplazó a la TarjeBus, que funcionó entre 2013 y 2017.
Pocos meses después empezaron los reclamos de los vecinos por las deficiencias del servicio y en 2019, un año después de la puesta en marcha del «nuevo sistema» -ocurrió el domingo 8 de julio de 2018- los funcionarios municipales empezaron una palabra que de entonces para acá no ha podido ser desterrada: la «emergencia».
Entonces se pesó que la emergencia permitiría abrir el contrato de concesión del servicio de transporte de pasajeros y «flexibilizar» condiciones de prestación por parte de Buses Paraná, la agrupación en la que confluyen las empresas Ersa Urbano SA y Transporte Mariano Moreno SRL. Ese año 2019 las empresas arguían que no podían cumplir con los 900 mil kilómetros de recorrido al mes que exige el contrato de concesión, y que sólo estaban en condiciones de recorrer 600 mil kilómetros. Entonces empezó el ajuste hormiga: se retiraban unidades del servicio, se enlogaban frecuencia, el servicio se fue cayendo a pedazos ante la impavidez del Estado que nunca supo cómo controlar.
El año 2017 queda hoy demasiado lejos. Ese año la empresa Ersa Urbano vivía una luna de miel con los usuarios y contrató a un equipo de filmación para rodar arriba de los colectivos una serie web, «Ersa te lleva», que recogería impresiones de los pasajeros. «Ya estamos preparando todo para empezar el rodaje de la primera serie web que se hará en Paraná. Historias en el transporte urbano! Seguro verás nuestro coche circulando. Atentos a las cámaras !», anunció la firma. Rápido, el sueño se terminó.
Hasta 2025, cuando vence el contrato, mucho no se puede hacer, dicen los funcionarios municipales. Lo angustiante es que nadie esté pensando en ningún cambio: qué hacer con el deficitario servicio de colectivos. El coordinador de la Secretaría de Seguridad Vial de la Municipalidad de Paraná y concejal electo, Enrique Ríos, afirma que Buses Paraná pretende una tarifa de $700, pero que el especialista en costo del Ejecutivo, Carlos Maisterrena, llegó a una cifra de $204, un 74% más caro que el valor actual, $117,20. El bloque oficialista en el Concejo se prepara para levantar la mano y aprobar esa suba en la sesión del Concejo de este martes 5 de diciembre.