Carlos Canosa, hermano de Juan José Canosa, el expresidente de Sistema de Crédito Entre Ríos (Sidecreer) entre 2009 y 2015 que carga con dos investigaciones judiciales sobre sus espaldas, una por enriquecimiento ilícito y otra por negociaciones incompatibles con la función pública, estará hoy en Tribunales.
A las 9, está citado a declaración indagatoria en el despacho del fiscal Juan Malvasio, quien lleva adelante una causa que avanza a la velocidad de la luz: la que busca determinar la comisión de un delito, negociaciones incompatibles con la función pública, mientras Canosa, Juan José, dirigió Sidecreer, y ordenó contrataciones y aprobó licitaciones con empresas en las que estaban su hermano Carlos, y un clan de familiares y amigos.
El extitular de Sidecreer está imputado como autor material del delito de negociaciones incompatibles con la función pública; su hermano, Carlos, que hoy inaugura la seguidilla de indagatorias en Tribunales, que se completará los siguientes viernes, como partícipe necesario. Bajo esa misma figura jurídica están la suegra de éste, Mirta Graciela Gueler. También la mujer de Carlos, Alicia Susana Cuestas, su hermana, María José Cuestas, y el marido, Diego Aníbal Urba.
El puzzle de negociaciones con la parentela se habría dado así: Canosa, Juan José, le compró a su hermano, Carlos Alberto Canosa, a través de la suegra de éste, Mirta Graciela Gueler, U$S 262.300 en indumentaria y uniformes para el personal de Sidecreer.
También, negoció con su cuñada, Alicia Susana Cuestas, la esposa de Carlos Alberto Canosa, y con la hermana de su cuñada, María José Cuestas, y el esposo de la hermana de su cuñada, Diego Aníbal Urba –amigo de Juan José Canosa–, a través de Excelcom SA, otros U$S 635.000 dólares en insumos informáticos.
Mirta Gueler, suegra del hermano de Juan José Canosa, es la madre de María José y Alicia (presidenta y directora de Excelcom SA respectivamente), y es suegra también de Diego Urba, otro integrante de la sociedad anónima. Todos ellos, a través de esa empresa, negociaban con Sidecreer.
La investigación se abrió a partir de una presentación que hizo en diciembre pasado ante el procurador general Jorge García el senador provincial Raymundo Kisser (Cambiemos). Luego, hubo una nueva presentación, esta vez de un grupo de diputados de Cambiemos, que abonaron la hipótesis del enriquecimiento ilícito de Canosa Juan José.
De prosperar esa segunda causa, se vería salpicada la esposa del extitular de Sidecreer, la defensora oficial Paula Montefiori. A decir verdad, ya está salpicada: a mediados de enero, la Justicia ordenó un allanamiento en el departamento de su madre, Sofía Montefiori, donde se secuestró documentación relacionada con Sidecreer.
Carlos Canosa irá hoy a Tribunales acompañado de su abogado, Miguel Cullen, y con un antecedente de folletín: en enero pasado, cuando allanaron su vivienda en el barrio cerrado Santa Cándida, los policías no se encontraron al dueño de casa. Estaba la madre de los Canosa, al cuidado de la propiedad. Entonces, hizo lo que creyó atinado: llamó a su hijo, que veraneaba en Punta del Este.
Empezó un intercambio de mensajes de audio por whatsapp. En uno de esos mensajes, Carlos Canosa la tranquilizó, le dijo que no se preocupara, que ya toda la documentación comprometedora había sido sacada de la casa. La mujer escuchó el mensaje en alta voz. También lo escucharon los policías que allanaban la casa.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.