El edificio que alguna vez albergó a un boliche ruidoso, sobre la ancha calle Corrientes, ahora en  proceso de cambios, de mudanza, de mutación a no se sabe qué. El lugar, que fue boliche ruidoso, ha tenido clausuras recientes, y ha perdido su fama de otrora. Su presente es incierto, hay obreros trabajando, y sacando lo que no sirve. Lo que no sirve, se ve, es mucho, y  forman una gran montaña a un costado de calle Corrientes. Todo fue botándose en un contenedor, y cuando el contenedor ya no pudo contener toda la basura, se pusieron restos en la calle, en la vereda, y todo está acumulado, y formando una gran montaña de desperdicios. Y todo eso lleva ya días así. Días. Muchos días.

 
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.