En la ciudad hay cinco temas clave a resolver, según un informe diagnóstico hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID): agua, cloacas, basura, drenajes y vulnerabilidad. Lo recibió en propias manos la exintendenta Blanca Osuna en abril de 2015.
Respecto del sistema de producción de agua, se señalan dos aspectos: el importante volumen que se pierde por cañerías rotas –de cada diez litros, casi cuatro se desperdician a causa del déficits de redes–, y el elevadísimo nivel de consumo: 478 litros por día por habitante.
Si bien el informe apunta que el servicio cuenta con adecuados niveles de cobertura, calidad y continuidad, asevera que tiene falencias importantes. Es que los problemas en el suministro del agua no han cesado pese a que, con la puesta en marcha de la planta potabilizadora nueva y de las obras complementarias en 2009, se había anunciado el fin de la escasez, la solución total.
Precisamente, sobre el alto consumo una concejal de Cambiemos pretende legislar para que no haya “derroche” entre los vecinos.
Es impulsado por la concejal Claudia Acevedo, y ya ingresó al Concejo Deliberante para su tratamiento.
Al fundamentar la iniciativa, la edil remarcó la necesidad de preservar el suministro de agua potable de una manera racional y que “el derroche debe ser combatido por todos los sectores”.
En esa dirección, citó los resultados del Plan de Acción llevado adelante por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la capital provincial en 2015, donde el mismo arroja como resultado que cada persona gasta más de 478 litros de agua por día. Esta medida está muy por encima de la media máxima establecida en 200 litros, siendo Paraná la ciudad con mayor derroche en comparación con las demás ciudades analizadas por el BID. En el diagnóstico se marca que no se contabilizaba alrededor del 38% (agua producida no facturada), mostrando así las grandes deficiencias que tiene Paraná en esa materia.
Acevedo indicó que para mejorar la situación se adoptarán una serie de medidas a través de una normativa integral donde se incentiva a los usuarios a colocar medidores de agua con una baja en las tasas que poseen este sistema que se basa esencialmente en cuánta agua consumió el vecino. Además, agregó que “ciertas actividades comerciales que requieran el uso masivo de agua deberán colocar éste sistema en un plazo prudencial, como también aquellos particulares que posean piscinas, adecuando al sistema medido a los mayores consumidores del recurso”.
La edil indicó que la protección del recurso debe ser amplia. Por ese motivo, aseguró, “se establecerá un aumento de las multas cuando los vecinos reincidan en prácticas que derrochan el recurso, reafirmando la normativa vigente en materia de limpieza de veredas los días establecidos”.
Agua de lluvia
El proyecto contempla adoptar otra medida innovadora a fin de cuidar el recurso. En ese sentido, se prevé aprovechar el agua de lluvia. “Para ello los grandes emprendimientos inmobiliarios deberán implementar un sistema de recolección de agua para utilizarla en la limpieza y riego. Esta medida no influye en el costo de construcción, siendo inferior al 0,33%, y pueden recuperar hasta 48.000 litros gratuitos anuales cada 100 metros cuadrados de construcción, reduciendo también el impacto en las grandes lluvias que anegan aguas de las calles”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.