La seccional Uruguay de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) salió a replicar un informe sobre el nivel de ingresos de los docentes después del último aumento que el Gobierno dispuso aplicar por decreto: un 5% para julio, igual porcentaje a la inflación para agosto, ubicar el mínimo garantizado de bolsillo en $450 mil y abonar una suma fija de $120 mil, en tres cuotas de $40 mil.
“Hoy, una maestra de grado que recién se inicia percibe un salario de $450.000, monto que se mantiene inalterable incluso para el mismo cargo hasta los 14 años de antigüedad, dado que el salario inicial es considerablemente menor, actualmente por debajo de los $300.000, cubriendo la diferencia con un adicional para mínimo que se va perdiendo a medida que se incrementan los años en la docencia”, respondió al seccional Uruguay de Agmer.
Y agrega: “Esta cifra intenta luego ser maquillada con un bono en negro, que según lo dicho por el propio Gobierno no forma parte del salario ni tampoco es permanente. A su vez, esta suma inconstitucional no está sujeta a descuentos y por ende desfinancia la Caja de Jubilaciones y Pensiones y la obra social, negando la supuesta preocupación del Gobernador por lo que señalan como un déficit del sistema previsional”.
Pero más allá de “los salarios iniciales, con valores cercanos a la línea de indigencia”, la respuesta de Agmer Uruguay señala: “Un cargo de rector de escuela secundaria con 20 años de antigüedad, casi una vida de trabajo dedicada a la educación pública, es remunerado hoy con $859.378, quedando en agosto por debajo de la línea de pobreza de julio. De hecho, la mayoría de los cargos, incluso aquellos jerárquicos con mayor responsabilidad en las escuelas, no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total”.
“A lo anterior debemos agregar que se sigue incumpliendo lo acordado en el ámbito paritario respecto de abonar la diferencia entre la pauta salarial y la inflación acumulada del primer semestre, que ni siquiera es la totalidad de la pérdida salarial que han sufrido miles de docentes. Solamente considerando la relación con el incremento del costo de vida, en el último año hemos perdido un 30% de nuestros ingresos frente a la inflación, tarea que comenzó el gobierno anterior y que el actual ha continuado y acelerado”, dice el sindicato.
Y apunta: “Todo esto que señalamos se reduce a lo estrictamente salarial, que es la columna vertebral del conflicto, pero en absoluto podemos desconocer u obviar el desfinanciamiento educativo, la paralización de obras de infraestructura imprescindibles, la eliminación de programas escolares y de formación docente, entre otras tantas demandas. El Gobierno de nuestra provincia, en clara consonancia y complicidad con el Gobierno nacional, ya dejó en claro que considera a las escuelas como guarderías y que su única preocupación son días de clases. Las y los docentes que luchamos lo hacemos también por escuelas en condiciones para que miles y miles de gurises no sólo estén adentro de ellas, sino que aprendan bien ante los desafíos pedagógicos que la realidad actual demanda”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora