La provincia de Entre Ríos atraviesa por estos días la zozobra respecto de la continuidad del financiamiento nacional a los distintos programas educativos, la columna vertebral del sistema educativo local.
De cada 100 pesos que el Estado entrerriano dedica a la educación, 82,40% se destina al pago de sueldos de los docentes de las escuelas públicas, y otro 14,48% va a las escuelas públicas de gestión privada, también para el pago de salarios.
De modo que el 96% del presupuesto educativo provincial se los lleva salarios.
¿Qué queda, entonces, para gastos operativos, capacitación, desarrollo de planes de investigación, trabajos de asistencia? Casi nada.
Por eso, el financiamiento nacional es clave para el sistema educativo entrerriano.
Una vez que se separan los fondos para el pago de salarios docentes del presupuesto educativo, quedan $344.506.000 para bienes de uso, servicios no personales y bienes de consumo.
Pero no todo es con fondos provinciales.
De ese total, $191.120.000 provienen desde la Nación, y están contemplados como “transferencias nacionales corrientes” ($136.977.000) y “transferencias nacionales de capital” ($54.143.000).
O sea, el 55,52% de los recursos presupuestados en educación como gastos operativos está en riesgo si no se logra un acuerdo con la administración del presidente Mauricio Macri.
El docente uruguayense Luis Fernández, un conocedor cabal de las cuentas públicas provinciales destinadas a educación, dice que si el 96% del presupuesto se destina a sueldos, “los aportes que se reciben de Nación van a financiar gastos que sirven para mejorar operativamente el sistema educativo, entonces deben aplicarse dentro de las cuentas operativas, pues las plantas salariales están cubiertas con los fondos provinciales”.
Ningún programa educativo provincial puede funcionar sin los fondos nacionales.
En los últimos años, han crecido mucho los planes educativos con financiación nacional. El más relevante es el Plan de Mejora Institucional, que sirve, entre otras cosas, para pagar docentes tutores que, en contraturno, auxilian a estudiantes de secundaria con serios problemas para promocionar asignaturas.
Pero también están el Plan de Finalización de la Escuela Secundaria (Fines), los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) y los Centros de Actividades Infantiles (CAI), y el programa de capacitación docente continua. Todas, estrategias educativas que requieren fondos de la Nación para funcionar.
Lo que Entre Ríos presupuesta para educación es, en realidad, presupuesto para sueldos.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.