La toma del edificio del Consejo General de Educación (CGE) por parte de un grupo de docentes de la seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), el jueves, en el marco del conflicto que primero fue por un aumento salarial que rompiese el techo del 18%, pero que ahora se centra en un rechazo cerrado a los descuentos aplicados sobre los salarios por los paros, generó un efecto curioso.
La toma, que derivó en una puesta de canto, murga, cine y baile en el salón de acceso al CGE, mereció el ninguneo por parte de un sector mayoritario de Agmer, las agrupaciones que conducen el gremio a nivel provincial. No hubo ningún pronunciamiento a favor de la medida, a excepción de la solitaria expresión de la seccional Concordia, que conduce la agrupación Isauro Vive, que primero fue aliada de los Rojo y Negro, pero que ahora se acercó a la Lista Integración. Concordia pidió que, en solidaridad con la toma, se convocase a plenario de secretarios generales, que esa reunión se haga en Paraná y que el sitio elegido fuera el CGE.

No hubo respuesta institucional de Agmer central, que está en manos de la Integración, una coalición en la que conviven la tradicional Lista Celeste, la Celeste Compromiso y el kirchnerismo de la Paulo Freire. En realidad, la conducción provincial docente optó por instalar una “carpa blanca”, el lunes, frente a Casa de Gobierno, una medida que supondrá una acción paralela, y distanciada, de la toma del CGE. En realidad, desde Agmer Paraná explican que la toma surgió por acción espontánea pero con muchas dudas: no sabían hasta cuándo podía durar. Pero el viernes, en una asamblea pública, decidieron que seguiría, quizá como respuesta a la decisión tomada por Agmer central de instalar la “carpa blanca”.
Se trata de acciones diferentes. Que exhiben diferencias.
La división de la plaza docente no puede entenderse si no se mira lo que ocurre hacia el interior del sindicato docente: fuertes discusiones, peleas irreconciliables, internas y el horizonte puesto en noviembre, cuando habrá renovación de autoridades en el gremio que marca la agenda de la lucha de los maestros en la provincia. Aunque de momento ni los “chinos” de la Rojo y Negro –que conducen Paraná, Tala, Nogoyá, Villaguay y Federación—ni el oficialismo de la Integración han podido encolumnarse detrás de un candidato, que no lo hay, para disputar la conducción provincial.
En medio, cobran relevancia gremios chicos y de posturas zigzagueantes. La Asociación del Magisterio de Enseñanza Técnica (Amet), por ejemplo, se alió en la conducción del Consejo de Educación, y aportó a uno d sus dirigentes más relevantes, Abel Hermoso, para conducir la Dirección de Enseñanza Técnica Profesional –después renunció, y lo suplió otro referente del gremio, Fabián Monzón–: será el sindicato que acompañe la instalación de la “carpa blanca”. También estará la diminuta y casi inexistente Unión Docentes Argentinos (Uda) y el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop), cuya patronal no es el Estado, sino mayoritariamente la Iglesia Católica, que absorbe buena parte del sector de la educación privada.
Cada sector elige su propio adversario. Los “chinos” ponen enfrente al gobernador Gustavo Bordet, y a su responsable de la política educativa, José Luis Panozzo; Agmer central y los aliados del Frente Docente de Entre Ríos, ponen más énfasis en la política de Mauricio Macri. De los diez paros docentes que hubo en la provincia, sólo tres fueron provinciales; los otros siete, adhesiones a medidas de fuerza dispuestas a nivel nacional.
La puesta en escena del lunes –una marcha convocada desde la toma del CGE y la instalación de la “carpa blanca”—supondrá una nueva afectación al dictado de clases en la provincia, cuyo calendario escolar 2017 ya perdió 10 días por paros docentes. El malestar ahora se traslada a los padres, que están empezando a rearmarse como nuevo actor en el conflicto, y que así ponen en discusión permanente al paro como única opción de reclamo. En ninguna de las muchas expresiones internas de Agmer hay, de momento, alternativas a la huelga como modo de reclamo.
El lunes, la Plaza Mansilla, será centro de una disputa. Pero no la última.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.