“La primera tarea que no puede ser postergada es la reconciliación”, dijo en su homilía del TeDeum del 25 de Mayo el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari.
Puiggari lo dijo hacia afuera, pero hacia el interior de su propio rebaño, uno de los suyos, el cura Fabián Castro, parece no haberlo escuchado lo suficiente, a pesar de que se presenta como una de sus principales espadas en la curia.

Fabián Castro.

Fabián Castro.

El cura Castro llevó la polémica respecto de los abusos en el clero al barro del cotilleo más ramplón, acusó a los periodistas paranaenses de ignorantes y lanzó dardos sobre sus propios pares sacerdotes, a quienes endilgó el sambenito de “cobrar” para opinar en los medios.
Centró sus volátiles críticas sobre la figura del expárroco de Santa Rosa de Lima, de Villaguay, y uno de los pilares de la investigación judicial del caso de los abusos del cura Justo José Ilarraz, José Dumoulin.
Castro tiene un blog. Y en su blog escribe con la displicencia de los inimputables y se da permiso de opinar de todos, calificar desde su cuadratura moral, y defender a la Iglesia con el empeño de los cruzados: sin razonar.
“Con respecto a mi Arzobispo, Mons. Juan Alberto Puiggari, al cual se lo acusa de silencio e inacción… Simplemente les quiero decir que ha tomado cartas en este y en varios otros casos más relacionados con sacerdotes. Y que lo ha hecho mucho antes de que las cosas sean ventiladas por los medios de comunicación”, dice.
No opina lo mismo el juez Pablo Vírgala, que en su voto de rechazo a la apelación al procesamiento del cura Ilarraz, dijo: “Una reflexión final merecen, sin dudas, aquellas autoridades eclesiales que, amparándose en directivas superiores, guardaron silencio sobre los hechos tan aberrantes que aquí se investigan. Lo mismo para aquellos que debiendo ser inflexibles, optaron por el perdón sin tener en cuenta el dolor de las víctimas”.
Con un falso candor, Castro escribe: “Es que yo sé que si un cura le contesta a otro cura o a un periodista… se arma una polémica. Y sé que lo que se quiere generar es polémica…”
Lo que sigue son dos de las respuestas que cosechó su texto, que Entre Ríos Ahora publicó ayer (http://entreriosahora.com/2016/el-cura-que-trata-de-ignorantes-a-los-periodistas-de-parana/): lo tildan de “hipócrita” e “histérico”. Y el sacerdote Leonardo Tovar le recuerda un mote que se granjeó entre el clero paranaense: lo llaman “el Roña Castro”.

 

José Dumuoulin le dijo esto:

pepe

José Dumoulin.

“No me interesa para nada entrar en polémica. Sólo te aclaro algunas cosas.
No me tomé un año para buscar justicia. Me lo tomé porque terminé cansado de las mentiras y de las actitudes hipócritas e histéricas como las que leo en este momento y son las que me llevan a no volver más al Ministerio.
También digo que no me pagan por publicar; sólo escribo porque lo quiero hacer.
Lo que sí me molesta es lo que decís del periodista al que haces referencia: vos mismo, cuando estabas al frente de medios del Arzobispado, decías que había que darle la información para que pudiera publicar y ser lo más claro y conciso. Me llama la atención tu cambio de postura.
También te recuerdo: en su momento, cuando estuviste mal, fui yo quien te escuchó junta a (el exarzobispo Mario) Maulion y me puse a disposición para ayudarte y fue en más de una oportunidad que me acerqué.
Como también te recuerdo tu ironía y mal genio que lastimó y sigue lastimando a tanta gente.
También compartimos muchos momentos donde hablamos de cuestiones pastorales y otros temas en los que coincidimos, y de otros en los que no. Podrás recordar el contenido y el modo de las reuniones de los martes en Catedral.
Te aclaro que mi única intención es que no se le mienta ni se le oculte a la gente la verdad. Por si no sabes, hay otros abusos-delitos que permanecen ocultos. Y que en su momento se los planteé al obispo.”

 

Leonardo Tovar, expárroco de San Benito Abad, también respondió a Castro.

Leonardo Tovar.

Leonardo Tovar.

“Fabián, el nivel de tu hipocresía realmente da lástima. Hacé un poco de memoria, recordá tu obrar en muchas de las cosas que decías: hablas del caso Ilarraz como “presunto delito”, cuando los mismos obispos nos confirmaron que sucedieron los abusos, que las víctimas no mienten, que Ilarraz asumió los abusos, etcétera. Vos estabas en la reunión en Mariápolis cuando nos reunieron para explicarnos esto, ¿te acordás? Nos hicieron apagar los celulares, sacar las baterías, etcétera. ¿Te acordás todo lo que se dijo en esa reunión? ¿El silencio de casi la totalidad del clero?
Digo “casi” porque sólo hablé yo pidiendo explicaciones y defendiendo a las víctimas, y vos sólo interviniste diciendo: “hagamos una estrategia para zafar de la prensa”. Ni hablaste de las víctimas ni de justicia ni de Evangelio ni nada. Fuiste un encubridor más ¿y hablas de qué es lo correcto y qué no?
No sé de dónde te viene tanta obediencia y amor a la Iglesia. ¿Recordás cómo tratabas al anterior obispo? Sin ningún respeto lo confrontabas con tus ironías, y arrebatos histéricos. Le tiraste en la cara una parroquia por problemas en la escuela, la cual no sólo no atendías sino que les hiciste la vida imposible. Recordá tu paso funesto por San Cayetano y Nuestra Señora de la Esperanza, tus manejos económicos, tu maltrato a la gente, hasta que desintegraste una hermosa comunidad llena de vida. Siempre hiciste la tuya, tus caprichos, lo que quisiste, hasta incluso defenestraste al actual obispo cuando sabías que volvía a Paraná.
Realmente esto es una locura. Hablaste de Carlitos Barón sin ningún tapujo. Claro, después de su muerte. Sos un cobarde, vivís juzgando y criticando a tus hermanos y gente de tus comunidades, y ahora te presentas como el sacerdote fiel.
Te cuento que ser fiel es muchas cosas, no sólo irse con una mujer, o un hombre, cosa común en nuestro clero. Vos reducís este significado a tu antojo y según tus argumentos.
Sabés muy bien que todas estas cosas te las dije personalmente, como corresponde, pero se ve que tu soberbia no te deja reflexionar y mucho menos convertirte. Dejá de mentirle a la gente, a los fieles. ¿Por qué será que entre los curas te dicen el “Roña Castro”? Explicale a tus seguidores, que no es por el boxeador sino por tu nivel de acidez e ironía en tus juicios y actitudes hacia todos los que no piensan como vos.
Realmente me das pena, pero ya nos volveremos a encontrar cara a cara, porque desde atrás de una computadora todos somos valientes. Pero bien que arrugaste cuando hablamos frente a frente en aquel decanato de Santo Domingo Savio. Sos un atrevido. Espero que no borres esto de tu sitio: digo, a ver si sos tan abierto y buscas la verdad.”

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.