La aprobación en el Senado provincial del pliego de Ángel Luis Moia para convertirse en juez en el Juzgado Civil y Comercial N° 9 de Paraná no fue bien recibida por los ahorristas que perdieron su dinero con la quiebra de la empresa Waigel, de Crespo, en lo que se considera la estafa más grande en la historia de Entre Ríos.
Más de 1.500 personas, entre ahorristas, acreedores y trabajadores, salieron perjudicadas por la quiebra de la firma en 2009. Sin contar intereses y con el dólar a $3 que regía entonces, la estafa se calculó en $40 millones.
José María Puntín, de 53 años, es uno de los tantos acreedores que rechazan el nombramiento de Moia. Durante la sesión del jueves 6 de abril en el Senado, cuando la Cámara Alta prestó el acuerdo constitucional a Moia para convertirse en juez, fue invadido por una crisis nerviosa.
“Lastimosamente pasé el día tomando remedio para los nervios, de la bronca”, contó a Entre Ríos Ahora.
Puntín representa a la Comisión de Ahorristas-Causa Waigel, y fue quien presentó una de las dos impugnaciones que hubo contra Moia en la Cámara de Senadores. Ahora, con la designación del ex abogado de la firma crespense, analiza que la causa podría retrasarse.
Se entiende: la causa Waigel está en el juzgado que ahora ocupará Moia. Y Moia intervino en la quiebra.
El mismo análisis realizan otros damnificados. Primero porque cada vez que un expediente de la causa Waigel llegue a manos del ahora juez Moia, éste deberá excusarse porque participó de la presentación del concurso preventivo. Así, los casos deberán ser tomados por otro juez, que tendrá a disposición cerca de 20 mil fojas para estudiar, analizar y valorar. Para Puntín, ese proceso profundizará la zozobra de los ahorristas que esperan justicia.
—¿Qué significa Moia para las personas que fueron perjudicadas en la quiebra de Waigel?
—Moia fue el que armó la presentación de la quiebra de Waigel, que causó bastante daño en la ciudad porque hubo mucha gente despedida, mucha gente que no cobró nada o que cobró dos centavos porque tuvo que conformarse. Además también presentó la quiebra de Sagemüller SA y la de Cotapa. No lo tenemos muy bien visto a Moia en la ciudadanía de Crespo.
En relación al nombramiento de Moia por parte de la mayoría del Senado –ya que sólo votó en contra el radical Raymundo Kisser-, Puntín señaló que “dejó mucho que desear la decisión de los senadores” y recordó que en su impugnación explicó el problema que generaría la decisión.
Puntín remarcó que los senadores estaban al tanto de que Moia fue el abogado que presentó el concurso preventivo de la empresa, cuya causa se tramita en el Juzgado donde ahora fue nombrado. “Todos estaban conscientes de qué se trataba y van y votan en contra de lo que el pueblo piensa. Para colmo nombran a juez que queda a perpetuidad, porque un juez que logra entrar a un puesto de estos sigue hasta que se jubila, fallece o hasta que quiera retirarse como el caso de algunos que se quedan hasta los 90 años. Es decir, nos meten un problema de por vida”, señaló el crespense.
En ese sentido, el representante de los acreedores autoconvocados destacó el trabajo que venía realizando la jueza interina del Juzgado N° 9, Gabriela Tepsich. “Nosotros con la jueza Tepsich no teníamos nada a favor ni en contra, vimos que era una persona que estaba actuando de una forma muy imparcial y tenia deseos de que esto se llegue a hacer justicia y que salga a flote la verdad. Ahora no estamos seguros con el cambio de juez”, manifestó.
Puntín explicó que la causa Waigel representa un 40% del Juzgado N° 9, que ahora quedó a cargo de Moia. “Es una mega estafa, porque a esta altura estamos seguros que fue una estafa. Hemos visto documentación, la misma Cámara de Apelaciones ha dicho como han usado testaferros, como se han pasado propiedades a otras empresas, como han dibujado los números para presentar esta quiebra ¿y Moia no sabía esto cuando presentó la quiebra? Estaban enajenando los bienes”, dijo.
—En la audiencia pública, ante los senadores, Moia dijo que si le tocaba nuevamente los expedientes Waigel se iba a excusar ¿esto le da seguridad a ustedes?
—No nos da ninguna seguridad que se excuse. Para nosotros ya que se excuse lleva un tiempo de atraso. Nosotros llevamos ocho años en lucha y solamente lo que venimos pidiendo es que se haga justicia. Las cosas empezaron a salir a la luz este último tiempo. Yo mismo he estado citado a declarar en varias causas que han estado proliferando, y que la cosa estaba empezando a tomar auge y que la justicia penal iba a tener que decretar estafa porque acá la hubo. Ya declararon los testaferros; dijeron que fueron engañados, que le pasaron los bienes a nombre de ellos, pero que ellos no sabían cómo era la cosa. Ya esto no da más lugar a dudas que fue una estafa. Lamentablemente lo decidieron lo senadores y no podemos hacer más nada. Lo único que podemos hacer es apelar a que se nombre otro juez. Eso a nosotros nos va a crear un gran retraso ya que va a llevar años que ese juez se ponga a tono con expediente que tiene más de 20 mil fojas.
La gran estafa
Puntín contó que la pelea judicial contra la empresa Waigel lleva ocho años. “Esto empezó en octubre del año 2009, pero nuestra lucha viene de antes de que se presentase la quiebra.
Tuvimos muchas reuniones con la empresa para que nos devuelvan el dinero y no la aceptaron” recordó y destacó que en agosto de 2016 la Sala III de la Cámara Segunda de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Paraná hizo lugar a un recurso de apelación y fijó el 22 de noviembre de 2006 como fecha de inicio de la cesación de pagos de la firma Miguel Waigel y Cía. S.A.
El crespense contó cómo fue estafado por la firma. Relató que a raíz de una enfermedad que le imposibilitó seguir trabajando vendió su camión y compró dólares, que luego depositó en la empresa. “Se me quedaron con todo el dinero. No tengo problema en decir que me estafaron en 45 mil dólares, más todos los intereses”, dijo.
Por otro lado, Puntín indicó que muchas personas perjudicadas han ido muriendo sin haber recuperado un solo peso. “Hay una larga lista de gente que fue falleciendo. Lo único que pudimos cobrar es el 6% de la deuda histórica, o sea sin intereses. Por los $16 millones que se remataron de la casa central y otras propiedades se le pagó al personal (de Waigel) y a nosotros los acreedores se nos repartió un poco más de un millón de esos 16, que eso correspondió al 6%”, detalló.
Al finalizar, subrayó que la deuda de la firma Waigel con la comunidad de ahorristas, acreedores y trabajadores “era de $40 millones, cuando el dólar estaba a tres pesos, y hoy en día son más de $200 millones de pesos”. “Es la estafa más grande en Entre Ríos y que la justicia tome las cosas tan ligth. Estamos viendo que el cambalache nos ha superado”, concluyó.
Gonzalo Núñez
Especial para Entre Ríos Ahora.