En un trámite exprés, la Iglesia de Paraná aceptó la apostasía de Vicente Suárez Wollert, bautizado en la fe católica el 29 de diciembre de 1996, y borró su nombre de los registros parroquiales.
“El día 13 de agosto de 2025, en Paraná, ha hecho acto forma de defección de la Iglesia Católica”, dice el documento que firmó el sacerdote Javier Balcar
El nombre de Balcar quedó resonó tristemente durante el juicio que se llevó adelante contra el cura Justo José Ilarraz por los abusos en el Seminario Arquidiocesano de Paraná, en 2018.
Declaró en la instrucción que ordenó el fallecido cardenal Estanislao Karlic, en 1995, y también en la etapa de instrucción de la causa Ilarraz en la justicia civil. Su declaración movió a un severo reproche de parte de Ilarraz en su declaración indagatoria, en junio de 2015. Ilarraz recordó que «Balcar dijo que en una oportunidad me vio reunido con varios chicos que estaban en paños menores en el dormitorio del pabellón y que yo estaba presente alrededor de ellos. Y sin recordar bien, creo que dijo que con mi pie o con mi dedo le tocaba el dedo de uno de ellos. Esto es una mentira tremenda y que voy a dar las razones por las cuales ha mentido Javier Balcar. Primero si hubiera visto eso, hubiera dicho qué chicos estaban presentes porque los conocía a todos y se los hubiera comunicado al padre Puiggari que era el rector del menor. Segundo que es imposible que ningún chico haya estado en paños menores porque tenían prohibido salir de las duchas en calzoncillos, andar por los pabellones de la misma manera e inclusive dormir sin pijama o pantalón corto y la razón es obvia, si al dormitorio podía subir cualquier persona, madre, hermana no iban a encontrarse ellos en paños menores».
Suárez Wollert decidió apostatar no bien se enteró que Raúl Martín, exobispo de Santa Rosa, La Pampa, había sido designado como arzobispo de Paraná por el Papa León XIV. A Martín había acudido cuando se frustró su idea de convertirse en monje en la Fraternidad de Belén, en el interior pampeano, y soportó los abusos del superior, el cura José Padilla, vinculado en los 80 a los grupos carapintadas que intentaron derrocar al gobierno constitucional de Raúl Alfonsín. Pero el obispo ignoró sus peticiones.
Suárez Wollert había ingresado a la orden de la Fraternidad de Belén, un versión más anticuada de los capuchinos. En 2015, con 19 años, viajó desde su ciudad, Santa Elena, hasta Intendente Alvear, para iniciarse en la vida monástica. Pero no pudo lograrlo. El cura Padilla empezó a acosarlo. Con la excusa de que lo atendiera en su salud, un día lo citó a su habitación:
“Me dijo que nadie lo iba a hacer mejor que yo. Dije que sí, que iría, y pregunté si tenía que ir con mi Ángel Guardián, que me seguía a sol y a sombra. Me dijo que no, que tenía que ir solo. Fue ahí que pasó: primero dijo una serie de incoherencias, que uno tiene que compartir el alma. Esa frase siempre la decía para justificar las groserías que decía o cuando se propasaba. Hasta ahí no había contacto físico. Me empecé a poner nervioso. Intento salir de la habitación, pero él salta de la cama, me agarró de atrás, me besó el cuello y me dijo que yo era solamente de él. Me acuerdo las palabras justas que me dijo: «Ya te siento un poquito más mío». Pensé que estaba poniendo a prueba mi castidad. Cualquier cosa pensé, menos que la persona que estaba encargada de cuidarnos, iba a tener este tipo de intenciones”.
El sacerdote Padilla fue sentado en el banquillo, acusado de graves hechos de abuso contra Suárez Wollert, ocurridos entre 2015 y 2016, cuando tenía 19 años. Pero los cargos no prosperaron: fue absuelto por el beneficio de la duda.
Un año después de su absolución, en 2024, el cura Padilla murió víctima de cáncer.
Raul Martin, designado por el Papa León XIV en mayo pasado como nuevo arzobispo de Paraná, obispo de Santa Rosa, La Pampa, desde 2013, conoció de cerca la denuncia por abuso sexual a un seminarista entrerriano ocurrido dentro de su rebaño.
Aunque siendo obispo de Santa Rosa y llevado a declarar en el juicio contra el cura Padilla, Raúl Martin negó en los Tribunales de General Pico conocer al denunciante a pesar de que una serie de correos electrónicos prueban lo contrario.
No bien el caso Padilla se hizo público, Martín dijo: “Teníamos solamente la parte pública que hace este joven, y en lo que hizo público al menos tengo elementos que lo podría desdecir. No todo lo que dicen las víctimas deben ser concebidos como verdad”, declaró entonces el todavía obispo de Santa Rosa.
Vicente Suárez Wollert lo enfrentó. Primero lo trató de “caradura” al jefe de la Iglesia pampeana, y después agregó: “Me sorprende que Martín hable que tenga elementos para desdecirme o que tomó conocimiento por la denuncia penal, siendo que yo en dos oportunidades le escribí relatándole las situaciones de abuso que se vivían en Alvear. Por eso me sorprende y me duele la hipocresía”.
El miércoles 13 de agosto Suárez Wollert acudió a la curia y pidió al Arzobispado de Paraná que lo borre de sus registros como bautizado -trámite que técnicamente se conoce como apostasía- y de ese modo renunció al vínculo generado a partir del bautismo.
«El motivo de esta decisión -dice la carta que presentó en la curia- se fundamenta en la conducta del actual Arzobispo, Monseñor Raúl Martín, quien, en su anterior función como Obispo de La Pampa, avaló con su silencio y omisiones los abusos cometidos por el sacerdote José Miguel Padilla, negándome la ayuda pastoral que le solicité, omitiendo impulsar las
investigaciones correspondientes y faltando a la verdad en el marco del juicio oral
y público contra el mencionado sacerdote en el año 2023. Me resulta incompatible, en términos éticos y personales, compartir siquiera nominalmente la fe con un representante de la Iglesia que miente, encubre, niega asistencia a las víctimas y se muestra incapaz de asumir responsabilidades, pedir disculpas o reparar el daño causado».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora