Agustín Espinoza, 26 años, es papá primerizo -su hijo tiene 11 meses- de modo que no le resultó ajeno a su rutina que mientras daba clase en el Centro Educativo de Nivel Primario N° 14 de Bovril -a 120 kilómetros de Paraná, en el departamento La Paz- tener que cargar en brazos a Renzo, el bebé de Marisa, una de sus alumnas.

Agustín Espinoza es profesor de Educación Primaria, es futbolista y también entrena equipos de fútbol en su ciudad, Bovril. Y como docente de adultos en ocasiones las alumnos o los alumnos deben cargar con sus hijos a clase. Es en esas ocasiones en las que los docentes deben colaborar con el cuidado para permitir que los estudiantes puedan desarrollar su tarea en el aula con relativa concentración. No sólo lo cargan en brazos; a veces también preparan la mamadera en la cocina de la escuela.

Marisa fue mamá hace relativamente poco tiempo. “El nene nació sietemesino y estuvo un tiempo en Paraná internado. Hace poco que volvió a Bovril. Ella nos dijo que la única forma que tenía de continuar con el estudio, para no abandonar -es una persona que le gusta estudiar, que no quiere dejar- era venir algunos días con el bebé”, contó al programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.

“Y la situación se dio”, suelta Agustín. “La mamá estaba concentrada haciendo la tarea y el bebé no estaba muy contento en el cochecito, donde lo había dejado. Lo alzó ella un ratito y después me lo dio para que yo lo tenga mientras ella terminaba. Se le dificultaba seguir concentrada. Pero no es la primera vez que nos pasa”, relató.

-¿Cuánto hace que sos docente?

-Cuatro años. Voy para los dos años en la modalidad adultos.

-¿Y tenías experiencia en cargar bebés o solamente fue en el aula?

-Sí, tengo experiencia. Fui papá hace poco. Alzarlo al bebé para que la mamá siguiera con la tarea fue la forma que encontré yo para ayudar, pero es algo que también hacen mis compañeros. Les damos esa ayuda al alumno para que no abandone. Es importante para nosotros que ellos continúen, que no dejen la escuela.

-¿Y cómo llegás a la modalidad de jóvenes y adultos?

-Yo ya la conocía a la modalidad. Estudiando la carrera tuvimos un taller donde conocimos más a fondo la modalidad y la verdad que a mí me encantó. Me gustaron las formas de trabajo. Cuando apareció un concurso, me presenté y gracias a Dios gané.

-¿No hay mucho abandono en las escuelas de adultos?

-No, gracias a Dios. Este año no hubo nadie que dejara. El año pasado sí tuvimos, pero son casos particulares que por ciertos motivos tienen que dejar. Pero la verdad que mis alumnos siempre hacen todo lo posible para concurrir a clase, para realizar las tareas.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora