El histórico vicario general de la diócesis de Paraná Eduardo Tánger se “tomó un tiempo” y se alejó de sus responsabilidades pastorales en la Iglesia de Paraná.
Tánger, que había sido confirmado en el cargo a poco de asumir el nuevo arzobispo, Rubén Marín, había incorporado un segundo vicario general: Cristian Torres, actual rector del Seminario Arquidiocesano de Paraná, designado por el actual jefe de la Iglesia.
“El padre Eduardo Tanger tomó un tiempo, tal como lo prevé el Código de Derecho Canónico, de descanso. Hace un tiempo él andaba con algunos problemas de salud y por lo tanto ha querido ocuparse de eso”, informaron desde la curia.
Además de vicario general, Tanger es párroco de la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario, que ahora quedó a cargo del vicario parroquial Javier Velicogna. Y también se sumó un sacerdote que tuvo experiencia de vida monacal con los benedictinos de El Siambón, en Tucumán, y ahora regresó a Paraná, Javier Margheim.
Tanger había sido designado como vicario general por el exarzobispo Juan Alberto Puiggari el 14 de septiembre de 2012. Tanger nació el 14 de febrero de 1955 y recibió su ordenación sacerdotal el 12 de diciembre de 1986 de manos del entonces arzobispo, Estanislao Esteban Karlic.
Su llegada supuso el reemplazo de quien hasta entonces había sido el vicario general, Silvestre Cecilio Paúl.
En cada diócesis, el obispo debe nombrar un vicario general, que, dotado de potestad ordinaria, ha de ayudarle en el gobierno de toda la diócesis.
El vicario general debe ser sacerdote, de edad no inferior a treinta años, doctor o licenciado en derecho canónico o en teología o al menos verdaderamente experto en estas materias, y dotado de sana doctrina, honradez, prudencia y experiencia en la gestión de asuntos.
En virtud de su oficio, al vicario general compete en toda la diócesis la potestad ejecutiva que corresponde por derecho al obispo diocesano, para realizar cualquier tipo de acto administrativo, exceptuados, sin embargo, aquellos que el obispo se hubiera reservado o que, según el derecho, requieran mandato especial del obispo.
Ahora, y mientras dure la ausencia de Tanger, las tareas de vicario general recaerán en el sacerdote Cristian Torres, quien además retiene la función de rector del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.
El exorcismo
En 2020, en plena pandemia de coronavirus, el nombre de Tanger se viralizó luego de encabezar una ceremonia de exorcismo en el atrio de la Catedral para poner fin a la enfermedad.
La peculiar ceremonia tuvo lugar el jueves 25 de junio de 2020.
Primero el vicario general dirigió sus ruegos a Dios. “Te rogamos, Señor, que escuches con bondad nuestras plegarias, para que, aunque justamente somos afligidos por nuestros pecados y padecemos la epidemia del coronavirus, por la gloria de tu nombre misericordiosamente nos libres de esta pandemia, para que, expulsada por tu poder, no haga mal a nadie y deje en paz y tranquilidad a nuestros campos, pueblos, ciudades y a nuestros hogares, a fin de que todos los frutos que hacemos sirvan y den gloria a tu nombre, a tu majestad, y ayuden a nuestra necesidad”, dijo.
Apenas rodeado por unos poquísimos fieles –estaban canceladas las misas con fieles por la pandemia de coronavirus-, Tanger peticionó a Dios que “maldigas a esta peste del coronavirus que nosotros pecadores rechazamos”.
Entonces, vino el exorcismo.
“Y ahora hacemos un exorcismo: te expulso pestífera epidemia del coronavirus”, bramó el sacerdote.
“Para que te alejes rápidamente de nuestros campos, pueblos, ciudades, de nuestros hogares, y no permanezcamos más en ellos, y que te vayas a otros lugares en los cuales no puedas hacer daño a nadie. De parte de Dios todopoderoso, de toda la corte celestial y de la Iglesia santa de Dios que te expulsa”, pidió.
Después, dirigió sus rezos hacia la Virgen del Rosario, “para que ella aleje la pandemia de coronavirus”.
Entonces, instó que cada fiel haga ese pedido, y que la Virgen, “así como hizo el milagro alejando a los indígenas”, repita aquel gesto de los tiempos del primer cura párroco de Paraná, Francisco Arias Montiel, que salió con la imagen en procesión para pedir por el fin de una sequía, acabe con la pandemia.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora

