Por Mario Martínez (*)
En tiempos en que nuestra propia Constitución Nacional es atropellada, desconocida y ninguneada, no debería asombrarnos que el reglamento de nuestro Salón Provincial de Artes Visuales sea también violado.
Esta tarde le sugerí al secretario de Cultura de la Provincia que era inadmisible otorgar un reconocimiento a una obra que no contaba con los requerimientos del reglamento. Que se trataba de un acto doloroso para el arte, para la historia de las Artes Plásticas de Entre Ríos, para tantos nombres propios que ofrecieron la bondad de sus producciones para enriquecer el espíritu de la entrerrianía.
Me respondió que yo debería cuidar mis palabras dado que soy un gestor cultural y un hombre de las palabras. Le respondí, con todo respeto, que él ocupa el cargo que lo obliga a custodiar la identidad cultural de la provincia. No me respondió, seguramente porque ya era hora de partir a la celebración de entrega de premios del 62° Salón de Artes Plásticas de Entre Ríos.
Esta vergonzosa decisión fue cuestionada por artistas y gestores culturales, que señalaron que la pieza cuyo autor es el funcionario/artista Fernando Kosiak, sería prácticamente igual a la que el mismo autor presentó en la edición anterior del salón. Confusas explicaciones intentan dar cuenta de que se trata de una nueva obra dado que en esta ocasión ha sido conceptualmente reformulada y una breve intervención material sobre la misma le ofrecería la identidad de “inédita”.
El punto 4.7 del reglamento del salón, prohíbe admitir obras que hayan sido seleccionadas en ediciones anteriores, y también el inciso 4.11, impide participar a funcionarios provinciales o empleados de dependencias de la Secretaría de Cultura. Aunque el autor ocasionalmente ocupa actualmente un cargo en el área de Cultura Municipal de Paraná y anteriormente como Director de la Editorial de Entre Ríos, su participación en este Salón, es un acto que carece de principios morales.
En tiempos donde el RELATO PREVALECE A LA OBRA, y la AUDACIA A LA CREATIVIDAD (dice el artista plástico Néstor Medrano), lo más triste es que seguramente son DOCENTES y FORMADORES de chicos con muchas expectativas de experimentar y aprender ARTE.
Aquí radica la importancia de este controvertido hecho. ¿Qué importancia podrán tener para las nuevas generaciones, las bases, los reglamentos? ¿Cómo evitar que esto se repita?
Nos estaría faltando en Paraná, la presencia de un colectivo de artistas plásticos que como en la ciudad de Concepción del Uruguay ofrecen resistencia al abandono del Museo Artemio Alisio por parte de la Secretaría de Cultura Provincial. Un colectivo que formulara una sólida posición para evitar este manoseo sin escrúpulos que enturbia la visión de una provincia plena de presencias luminosas que enaltecen el arte entrerriano
Es imperioso que la Coordinadora del Museo, el artista/funcionario en cuestión, los integrantes del jurado y el Secretario de Cultura de la Provincia reconozcan la imposibilidad de sostener los intrincados argumentos que sustentan este veredicto y cumplan con el respeto que la sociedad toda se merece.
La gente no resiste más ningún tipo de atropello.
(*) Mario Martínez es profesor universitario, escenógrafo, director, actor y gestor cultural.
Foto portada: Mauricio Garin.

