El empresario kirchnerista Ricardo Fabián Barreiro comenzó a ser juzgado en Paraná, en la causa en que se lo acusa por el delito de falsificación ideológica de documento público.

A Barreiro se le imputa haber omitido que era funcionario provincial cuando se inscribió, en 2012, en el Registro de proveedores del Estado entrerriano. El Registro prohíbe explícitamente que los funcionarios o empleados sean proveedores.

Barreiro fue designado como coordinador de Relaciones Institucionales del Centro Experimental de Industrias Culturales de Entre Ríos (Ceicer), que dirigía Sebastián Lorenzo, el 15 de agosto de 2012, mediante el Decreto Número 2.693, por el entonces gobernador Sergio Urribarri y su ministro de Comunicación y Cultura Pedro Báez.

El 7 de noviembre de ese mismo año el ex mandatario firmó el Decreto Número 3.793 con el cual se le asignaron viáticos, pero que nunca utilizó. Barreiro, llamativamente, ingresa en el Registro de Proveedores del Estado, con el número 4.711, el 15 de octubre, dos meses después de ser nombrado “coordinador” de Cultura. En ese trámite de registración sostuvo que no era funcionario o empleado provincial.

El fiscal Alejandro Cánepa buscó conocer cómo llegó Barreiro a tener un cargo en la provincia y si los funcionarios estaban al tanto que era empresario. El diputado Pedro Báez y Sebastián Lorenzo declararon como testigos de Barreiro ante el juez Correccional Nº 1 de Paraná Pablo Vírgala. Aunque en algunos puntos coinciden, ambos dieron versiones que dejaron dudas.

Por un lado, Báez dijo que Lorenzo le pidió una designación para Barreiro. Que se concretó. Pero al momento de su declaración, Lorenzo afirmó que recién se “enteró” que el empresario había sido nombrado cuando se inició el proceso judicial. También dieron versiones diferentes en cuanto al decreto sobre viáticos. El diputado dijo que se realizó también a pedido de Lorenzo, pero este sostuvo que sólo pidió que al santacruceño se le pague el combustible cuando debía hacer viajes a la provincia.

La versión de Báez


El primero en declarar fue Báez, quien aseguró que no conocía a Barreiro, que lo conoció por medio de Lorenzo cuando ya el empresario había sido designado en el Ceicer. Refirió  que fue Lorenzo quien le pidió “formalizar” de alguna manera a Barreiro, que venía colaborando con el Centro de Industrias Culturales de Entre Ríos “desinteresadamente”.

Mencionó Báez que ese rol que pretendía Lorenzo era en términos de “colaborador, de facilitador de gestiones en la ciudad de Buenos Aires ante el gobierno nacional”. “En ese momento se me planteó que ese rol sería a título gratuito, ad honorem. Me pareció que no contradecía ninguna objeción, lo gestioné ante el Poder Ejecutivo y se sancionó el decreto correspondiente”, introdujo el diputado del FPV.

Luego el fiscal Cánepa buscó conocer cuándo conoció a Barreiro. Báez dijo no recordarlo, aunque luego aseguró que fue cuando se lo presentó Lorenzo.

Preguntado sobre si conocía la relación de Lorenzo y Barreiro, Báez señaló que  “era una relación de compañeros de un espacio político” y agregó que de Barreiro sabía que “provenía del Sur, que había compartido con el ex presidente (Néstor) Kirchner tareas en el gobierno de Santa Cruz, que tenía ‘llegada’ y muchos conocidos en las distintas instancias del Estado Nacional”.

Luego Báez relató que Lorenzo le hizo el planteo para darle un cargo a Barreiro, con el fin de “usarlo” en las gestiones que realizaba a nivel nacional en nombre de la provincia. Allí fue que Báez dijo que el Jardinero K ayudaba a “abrir puertas”, es decir, generaba un contacto con funcionarios de los Kirchner. Como una muestra de ese rol, el diputado, que entonces era ministro de Comunicación y Cultura, dijo que Barreiro le consiguió una audiencia con el por aquellos años hombre fuerte del Gabinete K: el  ministro de Planificación Julio De Vido.

“Lorenzo me planteó formalizar una relación –con Barreiro- que tenía el objetivo de ayudar a abrir puertas, de establecer relaciones en el gobierno nacional que nos permitieran gestionar las áreas de nuestra incumbencia con mayor efectividad. No era una tarea funcional, diaria, con objetivos preestablecidos o metas a alcanzar o a rendir cuentas”, aseguró Báez.

Consultado por el fiscal Cánepa si conocía que Barreiro tenía otras ocupaciones, en referencia a que era empresario, el diputado aseguró no recordar “nada en particular”. “No ahondé en su momento sobre otras capacidades de Barreiro porque no era una designación que acarreara responsabilidades en busca de determinados objetivos”, aseguró.

En relación a la designación de Barreiro, plasmada el 15 de agosto de 2012, mediante el Decreto Nº 2.693, Báez aseguró que fue un colaborador el que redactó el nombramiento, pero que no recuerda su nombre. “No recuerdo si le pedí a un encargado de despacho que me redactara un decreto. No recuerdo a quién se lo pedí”, manifestó.

Preguntado sobre las gestiones realizadas por Barreiro ante el gobierno nacional, dijo que “había muchas que se tramitaban en el área del Ministerio de Planificación del arquitecto Julio De Vido. Recuerdo que allí Barreiro me facilitó una audiencia, consiguiéndome la audiencia. Luego sé que le gestionó audiencias a Lorenzo en el recientemente creado ministerio de Cultura de la Nación”.

Más adelante, Báez afirmó que tenía una “visión vaga” de haber cruzado a Barreiro mientras estaba como funcionario ad honorem en el Ceicer. Al ser preguntado sobre la vigencia del cargo que se le dio al empresario, el legislador kirchnerista refirió que lo designaron “en 2012 hasta el final de nuestra gestión”.

-¿Colaboró hasta el final de la gestión? — preguntó Cánepa.

-No hubo ningún instrumento que pusiera fin a lo que había establecido el decreto —se limitó a responder Báez.

En relación a la autorización a percibir viáticos, que se aprobó mediante el Decreto Número  3.793, del 7 de noviembre de 2012,  Báez aseguró en el año 2014, cuando fue llamado a declarar en la etapa de instrucción, se interesó por saber cómo se había llegado a esa decisión.

Según el diputado, como Barreiro viajaba desde Capital Federal a Paraná a Lorenzo “se le ocurrió que correspondía solventar esos gastos de traslado que finalmente nunca  se le hizo. Nunca tuve un requerimiento ni de Lorenzo ni de Barreiro, de manera que nunca se abonó ninguna comisión de servicio”.

Por último, el fiscal Cánepa quiso conocer si Báez estaba al tanto de Aníbal Beorda, el funcionario del Ceicer que aparece en los registros como quien compró el pliego licitatorio del ministerio de Turismo que luego llegó a manos del Jardinero K.

Báez sólo mencionó que Beorda “estaba contratado para prestar servicios en el Ceicer” y refirió que actualmente es el titular del organismo. A su tiempo, el abogado defensor de Barreiro, Raúl Barrandeguy, le pidió al diputado que diga si hubo alguna gestión para entregarle a Barreiro dineros públicos. Báez afirmó no recordar, aunque luego se corrigió y sostuvo que “diría que absolutamente ninguna con la salvedad de poder equivocarme en virtud del tiempo transcurrido. Me animo a decirle que no”.

La versión de Sebastián Lorenzo


El ex coordinador del Centro Experimental de Industrial Culturales (CEICER), Sebastián Lorenzo,  dejó más dudas sobre cómo fue que se designó al empresario santacruceño en la administración provincial.

Lorenzo arrancó su declaración afirmando que conocía a Barreiro de la ciudad de Buenos Aires, y de la militancia en el Frente para la Victoria, y que cuando decidió volver a la provincia para asumir en el Ceicer buscó una “mano” en el santacruceño para realizar gestiones en Capital Federal.

Precisó que el primer evento en el que Barreiro “dio una mano enorme” fue en una actividad de industrias culturales de la Región Centro, que reunió a cientos de emprendedores.  También aseguró que era un facilitador de contacto con “determinados funcionarios” a nivel nacional.

Como una muestra de la ‘generosidad’ del empresario, Lorenzo afirmó que en una oportunidad “puso el auto incluso para que podamos ir con dos compañeros más a dar una charla. O acercarnos los teléfonos o algún contacto”. Luego acotó que le propuso al empresario trabajar formalmente, pero que este rechazó la oferta.

–Y si no quiso, ¿cómo es que sale la designación? — quiso saber el fiscal Cánepa.

–Cuando él dice que no podía cumplir la función lo que le decimos es si nos iba a seguir ayudando, si no le servía tener algún tipo de representatividad, ad honorem, para cuando hable con alguna autoridad tenga una representatividad. Se lo propuse a mi jefe, que era el ministro.

En ese sentido, el fiscal le hizo la misma pregunta que antes formuló a Báez: cuál es la vigencia del decreto de designación. La respuesta de Lorenzo sorprendió: “yo me entere que estaba hecho –el decreto-  cuando arrancó este proceso judicial”. Más adelante afirmó que al anoticiarse del nombramiento habló con Barreiro quien le reprochó la situación: “primero se enojó, después le expliqué, después nos tomamos un café y después ya pasó”, sintetizó Lorenzo.

En ese marco, reconoció que le pidió a Báez una designación para Barreiro pero que pensó que ello nunca se concretó. La repregunta obligada del fiscal fue en relación al decreto que se firmó en noviembre de 2012 que habilitaba viáticos (nunca cobrados) para el empresario/funcionario. Sobre ese punto, Lorenzo dijo no recordar cómo “se gestó el decreto para percibir viáticos”, pero admitió que sólo planteó que a Barreiro se le pague la nafta por los viajes que hacía a la provincia.

Uno de los puntos central en la declaración de Lorenzo fue también cuando el fiscal buscó indagar en el vínculo de Beorda en todo el asunto con Barreiro. Consultado Lorenzo sobre si sabía que el empresario se había presentado en una licitación, aseguró que desconocía esa información. Enseguida se le requirió que mencione qué rol cumplía en el Ceicer Aníbal Beorda, quien aparece como el hombre que compró el pliego para Barreiro. “Era de otro ministerio pero trabajaba con nosotros”, dijo Lorenzo y agregó que tiene “entendido” que actualmente el Ceicer es dirigido por Beorda. Hay un dato que evitó mencionar Lorenzo, que Beorda es su compañero de militancia y que ambos son de Concepción del Uruguay.

 

Gonzalo Núñez

Especial para Entre Ríos Ahora.