El superior general de los jesuitas, Arturo Sosa, lanzó una definición del “diablo” que no caído bien en algunos ámbitos eclesiásticos.

“Desde mi punto de vista, el mal forma parte del misterio de la libertad. Si el ser humano es libre, puede elegir entre el bien y el mal. Los cristianos creemos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto Dios es libre, pero Dios siempre elige hacer el bien porque es todo bondad. Hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal. Los condicionamientos sociales también representan esa figura, ya que hay gente que actúa así porque está en un entorno donde es muy difícil hacer lo contrario”.

Sosa es el superior general de la Compañía de Jesús –la congregación religiosa a la que pertenece el papa Francisco—concedió una entrevista al diario español El Mundo en la que expresó aquella definición, que pretendió ser refutada por un sacerdote de Entre Ríos que ahora misiona en el Chaco, Leandro Bonnin –su último destino fue la Parroquia Nuestra Señora de la Piedad, en Paraná–, que dijo: “Es incomprensible como alguien que cree en Jesús, que dirige una congregación que se llama la Compañía de Jesús, puede negar algo que en la enseñanza de Jesús es tan clara, tan evidente”.

Y refuta al superior de los jesuitas con una afirmación curiosa: “El demonio existe, porque yo también lo vi, yo me lo encontré”.

Eso dice Bonnin a través de un video que difundió en su muro de Facebook.

“Nuestra fe en la existencia del demonio se funda en las Sagradas Escrituras.  Tenemos afirmaciones muy claras y contundentes, como la de Pablo VI. Dice que es una verdad de fe la existencia del demonio como un ser vivo, pervertido y pervertidor”, plantea.

Y después dice que el demonio, que el superior general de los jesuitas minimiza, en realidad tiene dos formas de actuar: de modo ordinario y también extraordinario. “El demonio actúa de forma ordinaria, a través de la tentación y la desolación, y también de forma extraordinaria, manifestándose en algunas personas”, dice.

Y acota: “El demonio existe, porque yo también lo vi, yo me lo encontré. En algún momento de mi ministerio sacerdotal, el obispo nos confió la tarea de ayudar a salir de esta situación dolorosa, que es la posesión diabólica. Me tocó estar presente en varias situaciones de personas poseídas, acompañando o realizando el rito del exorcismo, autorizado claramente por el obispo, que es el exorcista de cada diócesis. Cuando uno está en un exorcismo,  cuando uno ve las reacciones de las personas que están bajo el poder de satanás no puede dudar de la existencia del demonio”, enseñó el sacerdote.

Bonnin dice que en esos exorcismos estaban presentes médicos psiquiatras y señalaron que las manifestaciones del poseído no tenían nada que ver con afecciones psiquiátricas.

“El rechazo a lo sagrado, la repulsión al nombre de Jesús, el nombre de María, las reacciones ante el agua bendita, la forma de hablar, de reírse, y de reaccionar ante una oración que nosotros los sacerdotes hacemos en silencio”, todo eso, a juicio del cura, hablan de la presencia del diablo.

Y concluye: “Nosotros sabemos que el demonio ya ha sido derrotado por Cristo, nuestra fe no está basada en el temor, no tenemos que vivir obsesionados, pero negar su existencia es caer en un grave error”.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.