Por Virginia Serotkin Molinas
Una vez más nos toca ver sesgos de doble discurso por todos lados. Portamos un cartelito pero no nos tiembla el pulso en llamar conflictiva a una empleada que levanta la voz contra el maltrato diario. Pintamos cartelitos pero suenan los mensajes a cualquier hora preguntando ¿estás solita?… Compartimos flyers pero vaciamos de contenido esa consigna cuando educamos hijos e hijas en la misma lógica machista de 50 años atrás denigrando a una mujer porque va a la cancha o le gusta el fútbol.

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Así como una Barón, y una Vanucci, y una Vélez se pintaron moretones para acarrear una causa como si fuéramos rebaño, en una escala menor ponemos la consigna en la cotidianeidad para disfrazar de ‪#‎niunamenos‬ lo que burdamente es política berreta de acumulación en tiempos de elecciones… vaciar una consigna es hacer eso… y apoyar eso, también.
Nos ponemos remeras y marchamos pero no dudamos en reproducir (o escuchar como dicen y callar, que es casi lo mismo) que porque una mujer se fue de mochilera «se lo estaba buscando».
La pancarta firme en nuestras manos pero si ese trabajo lo hizo una mujer, y es joven, y tiene opinión propia, y no se va a acostar conmigo… entonces mejor le pago a un tipo que lo haga y ni me gasto en explicarle… porque es conflictiva… y porque me tengo que ir a marchar por #niunamenos.
Muchos se preguntan por estos días ¿porqué con una causa que ha tomado tal masividad hay cada vez más casos?.

Yo creo eso. Que un flyer, una remerita, una pancarta, una bandera, una cadena de whatsapp, son solo poses. Hermosas poses, re lindas. Pero vacías.

 

Fotos: Paola Robles Duarte (Gualeguaychú); Sergio Retamal (Victoria); Marcelo Rivero (Diamante); Claudia Martínez, María Elena Ale y Sandra Miguez (Paraná).