La senadora nacional Sigrid Kunath mantuvo este viernes un encuentro con Fabián Schunk, integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, durante el cual se abordó la vigencia de la Ley Nº 27.206 de Respeto al Tiempo de las Víctimas, vigente en el país desde el 2015, y que plantea un nuevo paradigma para el abordaje de los casos de abuso sexual infantil por parte de la Justicia. Pero también se destacó el trabajo de concientización que hacen las víctimas de los casos de abuso, y la elaboración de un documental, «No abusarás», coproducido por La Izquierda Diario y el periodista Julián Maradeo.

La Ley 27.206, cuya autoría corresponde a Kunath, da a la Justicia la posibilidad de investigar casos e abuso sin que el transcurso del tiempo sea un obstáculo  ni que los defensores de los abusadores introduzcan chicanas judiciales como la prescripción. La legisladora sostuvo en el encuentro con Schunk que todavía hay desconocimiento de esa ley aún entre los miembros del Poder Judicial, y por eso propuso la instrumentación de talleres de formación para los operadores judiciales de modo que se conozca su vigencia y alcances.

“La Ley de Respeto al Tiempo de las Víctimas introduce una modificación sustancial en el Código Penal al ampliar los plazos de prescripción para los delitos contra la integridad sexual y delitos de trata cuando la víctima sea menor de edad, independientemente del tiempo transcurrido entre el delito y su denuncia”, ha dicho Kunath.

“Con esta reforma del artículo 67º del Código Penal buscamos que frente a estos casos la respuesta desde la Justicia no sea que ‘no se puede investigar porque el delito está prescripto’. Ese fue el objetivo al presentar el proyecto y al lograr la sanción de la ley. El artículo dice, en la parte pertinente, que en este tipo de delitos se suspende la prescripción mientras la víctima sea menor de edad y hasta que habiendo cumplido la mayoría de edad formule por si la denuncia o ratifique la formulada por sus representantes legales durante su minoría de edad. Se deroga además, la denominada Ley Piazza, que establecía que para estos delitos la prescripción comenzaba a correr a partir de la mayoría de edad de la víctima”.

Esa ley, sostiene la legisladora, no tiene el conocimiento suficiente entre los operadores judiciales y por eso planteó la idea de comenzar a dar talleres, a partir de septiembre, con miembros de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico.  Para Kunath, la causa del cura Justo José Ilarraz, con siete denuncias por abusos a menores, es un “caso paradigmático” en el país, y merece atención su curso en la Justicia. Y se mostró dispuesta a ayudar a la difusión del documental “No abusarás”, que relata casos paradigmáticos de abuso sexual eclesiástico. Ese documental se presentó el 12 de junio en Paraná, y la idea es impulsar su proyección en distintos lugares de la provincia.

Schunk consideró muy positivo con la senadora nacional que tuvo lugar este viernes.  “Hablamos de los casos de abuso, del documental No abusarás, y de lo que significó la causa Ilarraz. La senadora entiende que esa causa puso en el tapete la problemática y animó a la denuncia de otros casos, además de motivar un cambio de paradigma en el tratamiento legal de estas causas de abuso.  También hablamos de la Ley 27.206 y Kunath propuso dictar cursos en la Justicia para hacer conocer esa ley y que se la aplique, porque entiende que hay mucho desconocimiento, y falta una falta de tratamiento de la ley en el ámbito de la Justicia”, relató.

Respecto de la marcha de las causas en la Justicia de Entre Ríos  –hay tres sacerdotes con investigaciones: Justo José Ilarraz, Marcelino Ricardo Moya y Juan Diego Escobar Gaviria—valoró un fallo firmado por el camarista Pablo Vírgala. En abril de 2006 la Justicia confirmó el procesamiento del cura Justo José Ilarraz. El tribunal, conformado por los jueces Pablo Vírgala, Daniel Malatesta y Gustavo Maldonado, dictó la sentencia con un duro cuestionamiento hacia la Iglesia firmado por el juez Vírgala. En su voto, el juez Vírgala sostuvo que «no logra entenderse la actitud asumida por (el cardenal Estanislao) Karlic quien afirmó -bajo juramento de decir verdad- que Ilarraz le había pedido perdón por lo ocurrido, ni tampoco la de (el arzobispo Juan Alberto) Puiggari, que reconoció la existencia de los abusos a otros sacerdotes en una reunión en Mariápolis, quienes (desde la perspectiva del imputado) no sólo deberían formar parte de esa gigantesca trama conspirativa, sino que, evidentemente, serían actores fundamentales al reconocer la existencia de los hechos, con las posibles consecuencias civiles que ello podría significar».

Vírgala apunta que «Karlic, un sacerdote de una sólida formación intelectual reconocida internacionalmente, y en el marco de una conversación alrededor de las denuncias por abusos a seminaristas, entendió otra cosa bien diferente?Tan diferente que motivó que se cerrara la investigación eclesial y se le aplicara a Ilarraz una sanción, que luego se le comunica, lo que también es reconocido por el imputado, cuando a renglón seguido afirma: «Y recuerdo que Monseñor Karlic me dijo dos cosas, te pido que por ahora no tengas contacto con los seminaristas hasta que yo te diga o una expresión parecida, y que tampoco vaya a Paraná hasta que él me avise».

 

Y concluye: «Dicho de otro modo, Ilarraz le pidió perdón a Karlic (en el marco de una entrevista vinculada al abuso de seminaristas en la que estaba involucrado) por lo que involuntaria y genéricamente podría haber realizado y Karlic, un sacerdote con una formación intelectual muy superior a la media de sus pares, entendió que se trataba de un pedido de arrepentimiento y perdón por esos hechos, y en base a ello ordena cerrar la investigación eclesial y aplicar a Ilarraz las sanciones que él mismo reconoce».

Apoyada en la tramitación de las causas judiciales por abuso, Kunath quiere destacar el trabajo de las víctimas, y particularmente del aporte que puedan dar para que jueces y fiscales actúen en conocimiento de una ley que tiene vigencia, y de la cual poco se conoce.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.