Se van a cumplir seis años de la sanción de una ordenanza que define qué hacer ante la existencia de personas que viven en la calle en Paraná. Sin embargo, desde 2010 en adelante y hacia atrás siempre ha ocurrido lo mismo: llega el frío, esperable por cierto, y desde el Estado no hay nada previsto, ni lo básico como un plato de comida y un lugar donde dormir. La historia se repite.

 

Esta vez, como ha sucedido en otros años, las bajas temperaturas y la intemperie se han cobrado una víctima fatal. Como una cachetada, un hombre murió el martes 24 de mayo por la noche en un banco de la Plaza 1º de Mayo de Paraná, en el corazón mismo de la gran ciudad. El frío previsible de esta época y el presente archiconocido de decenas de personas que viven en la calle en condiciones infrahumanas, sin alimentos y ropa suficientes, escriben todos los inviernos el final posible, el peor.

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La Plaza 1° de Mayo, como otras plazas de Paraná, es el refugio a cielo abierto de personas que no tienen dónde ir. Y hace meses que un grupo de hombres pernocta la mayor parte del día en el sector este de la plaza, frente a la Catedral, en bancos donde duermen, comen y pasan el tiempo. A la noche, suelen juntar sus cosas que entran en una o a lo sumo dos bolsas de nylon, y enfilan hacia la Peatonal en busca de algún recoveco con techo  de los edificios  y galerías. “Ahí dormimos, en el piso, sobre un cartón”, explica uno de ellos, al tiempo que se queja por la exigencia  y el trato de agentes de policía para que se retiraran del lugar. Si bien Guillermo dice que consiguió, a través de la Defensoría del Pueblo, un lugar para dormir en el hogar municipal Teresa de Calcuta, ubicado en calle Don Bosco y Blas Parera, explica que la distancia es un problema, porque tiene que disponer de monedas para pagar el pasaje de colectivo, y a la mañana siguiente debe volver al centro donde juntar algo de dinero y así.

 

Lo cierto es que  con el fallecimiento de Carlos, un hombre de 54 años que quedó acotado en un banco en medio de la noche helada de ese martes, se reinstaló el tema públicamente y el debate, como cada vez que ha habido una muerte en circunstancias parecidas, sobre el rol del Estado y las personas en situación de calle.

Mientras tanto, la ordenanza N° 8.932, sancionada en septiembre de 2010, por la que se plantea un tratamiento amplio de la problemática, que excede el plato de comida y el techo, sigue sin instrumentar. El espíritu de la norma coincide con la idea que sostuvo hasta el cansancio el médico Pedro Moia, fundador del primer grupo solidario que empezó en 2001 recorriendo las calles con alimentos y ofreciendo compañía, conversación, contención emocional. El grupo se llama Compartir y continúa todos los miércoles, pese al fallecimiento de Moia hace unos meses.

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La norma fija la creación de un programa de Asistencia Integral para Personas en Situación de Calle, en el ámbito de  la ciudad de Paraná.  Establece entre los objetivos esenciales “el abordaje integral en forma inmediata en la situación de crisis y la promoción de su desarrollo humano”. En ese marco, ordena la implementación de un  Alojamiento Municipal Transitorio adecuado a quienes habitan en los espacios públicos, pudiendo desde ahí atender  el estado físico, psíquico y social de las personas en situación de calle; gestionar  las asistencias necesarias en la emergencia; promover el desarrollo humano de los destinatarios; coordinar intervenciones en otros organismos públicos, públicos no estatales y/o privados; establecer guardias rotativas y/o pasivas de atención; adquirir unidades móviles para rescatar y trasladar a las personas y asesorar acerca de las coberturas sociales existentes en el ámbito público y público no estatal, entre otras funciones.

 

Para la atención, prevé la formación de un grupo interdisciplinario y la creación de un fondo Especial de Asistencia Integral para Personas en Situación de Calle, que se compondrá de un porcentaje establecido en el presupuesto por el Departamento Ejecutivo Municipal y de las donaciones que se efectivicen a través de una cuenta especialmente abierta en el Nuevo Banco de Entre Ríos S.A. en la Ciudad de Paraná, contempla la norma.

También incluye la creación de un servicio de atención telefónica, a través de la habilitación de un 0-800. Actualmente, existe una carencia total de una vía de este tipo. Por el teléfono, la ordenanza ordena que se reciban  demandas de atención de personas en situación de calle, riesgo social y/o derechos vulnerados, además de brindar  información, orientación y asesoramiento acerca de los servicios sociales existentes.

 

La aplicación de la ordenanza viene siendo un pedido de organizaciones e instituciones que trabajan en el tema, como  Casa Solidaria, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Paraná, Emaús, Cenador Manolo, Complejos Solidarios Recordando, Asociación Israelita, Barriletes, y vecinos. Ese requerimiento junto a una solicitud de audiencia a la Intendente Blanca Osuna, fueron dos peticiones que quedaron pendientes de contestación en la gestión pasada. Ese año, en abril, la Defensoría  del Pueblo elevó un pedido formal al Ejecutivo Municipal para que se implemente el programa en cuestión. Lo hizo mediante la Recomendación Nº2,  en la que expresó que “hasta ahora son organizaciones de la sociedad civil las que vienen intentando cubrir los vacíos que deja el Estado respecto de esta cuestión social”. La institución había expresado en reiteradas oportunidades su preocupación por la situación.

 

Con la nueva gestión, se renovaron los reclamos públicos respecto a la necesidad de que se instrumente medidas que atiendan la emergencia y que perduren en el tiempo. Es que hasta ahora, se ha abierto cada año un albergue ya con el frío encima y se ha cerrado apenas empezaba el calor.

 

Hoy se informó desde la Municipalidad que se reabre el albergue en Protección Civil, en Carbó 942, donde funcionó el año pasado y  para los próximos días, “en caso de ser necesario”, se dispondrá de lugar en el Centro de Integración Comunitaria (CIC), ubicado la intersección de calles Roque Sáenz Peña y Fermín Garay. Ahí, “se acondicionarán camas para cualquier tipo de emergencias”.

 

En la mañana de este lunes, de cielo plomizo e intensamente frío, había al menos ocho hombres en la Plaza de Mayo. La mayoría dormía en bancos, sobre pedazos de cartón. Otro estaba acostado directamente en el suelo. Mientras, el movimiento de lunes continuaba en la plaza.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.