La vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Susana Medina de Rizzo, participó del encuentro que magistrados de distintos puntos del planeta mantuvieron con el papa Francisco.
El encuentro se realizó entre viernes y sábado últimos, y estuvo organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano. Entre los jueces argentinos, participó Medina de Rizzo, vocal del STJ y presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, quien abordó el tema “La ley escrita es un solo paso. El rol de los Jueces en los casos de Trata”.
Convocada por el Papa, se desarrolló en Roma la “Cumbre de los Jueces sobre la Trata y el Crimen Organizado”. La misma fue organizada por la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano que dirige Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo.
Participó del cónclave una delegación argentina integrada, entre otros, por Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y Medina de Rizzo, presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres Jueces.
Las jornadas realizadas los días viernes 3 y sábado 4 de junio pasado contaron con 72 expositores y veedores de 30 países. La exposición de Medina de Rizzo “La ley escrita es un solo paso. El rol de los Jueces en los casos de Trata”, se desarrolló el día viernes en el Panel dedicado a la “Trata de Personas”.
Francisco, en parte de su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York en septiembre del 2015, señaló: “La definición clásica de justicia contiene como elemento esencial una voluntad constante y perpetua: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi. El mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos concretos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica, con sus tristes consecuencias de trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado”.
Por su parte el monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, en el documento de Introducción a esta Cumbre, remarcó: “Debemos recomenzar desde la justicia en la sociedad global. Ninguna instancia de justicia puede tolerar la violencia de la esclavitud ni del crimen organizado, y ningún poder debe corromper la justicia. Los jueces están llamados a tomar plena conciencia de este desafío, compartir sus experiencias, y actuar juntos para abrir nuevos caminos de justicia y promover la dignidad humana, la libertad, la responsabilidad, la felicidad y la paz”.