La polémica la encendió el dirigente Alejandro Carbó, primer precandidato a diputado por la Lista Nº 502-A “Ayudanos a cambiar”: dijo que existe un «un plan maquiavélico» ideado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que, en alianza con la viceintendenta Josefina Etienot, que en su afán de conseguir la gobernación de Entre Ríos, buscaría sacarse del medio «a potenciales candidatos que puedan complicarle la posibilidad», y que entre ellos se encontraría  el intendente Sergio Varisco, según una ardiente columna que publicó Página Política.

Según Carbó, «Frigerio, vía su aliada, la vice intendenta Josefina Etienot, tiene en sus planes lograr destituir al intendente antes del final del corriente año, aprovechándose de los hechos que son de conocimiento público», en clara alusión a la causa por narcotráfico en las Justicia Federal.

 

Etienot rechazó esa posibilidad y consideró “lamentables” las expresiones de  Carbó que, dijo, » exhiben un total desconocimiento de los mecanismos constitucionales» y aseguró que «es más triste aún esta ignorancia supina, cuando se trata de alguien que pretende llegar al Congreso», afirmó la funcionaria y soltó: «Algunas prácticas que menciona Carbó, no sólo son repudiables, sino que contrastan con el fortalecimiento institucional en el que trabajamos con el gobierno nacional».

Para Etienot, «seguramente Carbó guarda resabios de otras épocas y no ha podido actualizarse. Con el ministro Rogelio Frigerio pertenecemos a una generación diferente,  que mira el  siglo XXI y aboga por el Estado de Derecho, el respeto a la división de los poderes y al orden constitucional».

«Carbó debería ocuparse de pensar propuestas. La política ha cambiado y el Estado también. NO es suficiente salir a los medios a difamar e injuriar personas o inventar cuentos de ficción para llamar la atención de los electores. Hoy respondemos a los vecinos y, en el ejercicio de la democracia, resulta impropio que siendo abogado  Carbó desconozca las facultades de contralor que tiene el Poder Legislativo local que presido», dijo Etienot.

Finalmente, opinó que la teoría de Carbó «además de ser absolutamente falaz, abona viejas ideas golpistas y contrasta con nuestra convicción. Carbó, en vez de agitar fantasmas, debería contribuir con la transparencia y las demandas de este tiempo» reclamó Etienot.