Fue uno de los aspectos polémicos en el último tramo del urribarrismo. Ahora los acueductos chinos resurgen, pero con un claro intento oficial de promover un clima de consenso. El origen, en rigor, es el mismo: una ley promulgada por la gestión anterior y aprobada sobre tablas en ambas cámaras y en menos de 20 días, para contraer un crédito cuantioso y avanzar en obras de infraestructura para el norte de la provincia. Lo nuevo es que se cayó el acueducto La Paz-Estacas y que se manifiesta una intención de transparencia.
En el tramo final de su segundo mandato Sergio Urribarri logró reunir en un amplio abanico de sectores en una oposición abroquelada en función de combatir una ley: desde productores y ambientalistas, hasta colegios profesionales, todos los partidos políticos de oposición, gremios y claustros académicos. Más de 80 organizaciones se reunieron para integrar la Multisectorial por la Defensa del Patrimonio de los Entrerrianos y decirle no al proyecto de acueductos chinos.
En poco más de 20 días -entre el 29 de diciembre de 2014 y el 21 de enero de 2015-, diputados y senadores oficialistas habían tratado sobre tablas el proyecto de los acueductos chinos, que el mismo gobernador promulgó la ley pocas horas después.
Concretamente, la ley 10.352 autoriza al Poder Ejecutivo “a celebrar con China State Construction Engineering Corporation LTD un contrato de obra pública con el objeto de ejecutar las obras denominadas Acueducto del Norte Entrerriano – La Paz– Estacas y Sistematización y distribución de agua para riego –Mandisoví Chico”. Y lo habilita a tomar un crédito “por hasta u$s 430.387.551, con más los intereses necesarios” para financiar la construcción de esas dos obras “con los bancos estatales y aseguradoras de crédito de la República de China y con los organismos multilaterales y/o entidades financieras que formulen una oferta de financiamiento para la ejecución de las obras”.
Y para eso, el Gobierno podrá afectar en garantía “y/o ceder los derechos de la Provincia sobre las sumas a percibir por el régimen de Coparticipación Federal de Impuestos Nacionales”.
La Multisectorial interpuso una demanda de inconstitucionalidad que se fundaba en por lo menos cuatro aspectos: el argumento procedimental, la sospecha de un monumental sobre precio, la razón ambiental y, como señaló la entonces diputada María Emma Bargagna, el “secretismo” con el que se llevó adelante todo el proceso.
La Justicia no avanzó, ni resolvió nada al respecto.
Desde la asunción de Gustavo Bordet el dilema de los acueductos ha asomado en la agenda de Gobierno en distintas oportunidades. No fue otro que Urribarri quien introdujo la cuestión en un escenario muy poco apropiado: la visita del presidente Mauricio Macri a Concordia en pleno desastre por las inundaciones. El ex gobernador dijo que Macri planeaba «darle continuidad a los proyectos de acueductos».
PARECIDO, PERO NO.
El argumento del Gobierno provincial, al menos uno de ellos, es que el acueducto proyectado en La Paz-Estacas no lo querían ni los propios productores, pero que distinta es la situación en función de la obra proyectada en Mandisoví, donde si hay consenso para que se desarrolle.
Gustavo Bordet se reunió este jueves con los legisladores del bloque de Cambiemos y propuso conformar una comisión bicameral para hacer el seguimiento de un proyecto productivo integral que incluye el acueducto Mandisoví, caminos, redes de fibra óptica y agua potable.
El financiamiento proviene, exactamente, del mismo lugar. Y para sostener lo que se aprobó por ley, Bordet necesita más que consensos, sellar el acuerdo antes de mediados de julio, fecha en que ya quedaría extinta esa posibilidad. Al menos eso se dijo en la reunión de este jueves.
Bordet tiene el visto bueno del Gobierno Nacional y lo que intenta es provocar una instancia de control en la legislatura para despejar el desborde de sospechas que provocaba el proyecto urribarrista. En dialogo con este sitio, uno de los legisladores que participó de la reunión habló de las bondades del acuerdo chino: tasa de interés al 5%, un periodo de gracia de cinco años y la posibilidad de usar los fondos previstos para La Paz-Estacas, en obras sobre e Puerto de Ibicuy y la Ruta 6.
Concretamente lo que se dijo este jueves es que la obra de acueducto implica una inversión china de 198 millones de dólares, aunque el financiamiento contempla la posibilidad de llevar a cabo otras obras con inversiones de hasta otros 168 millones de dólares. Es decir unos 366 millones de dólares, aun distantes al cheque que le firmó la legislatura a Urribarri por 430 millones de dólares.
EN DEBATE.
Bordet, con estas reuniones, está destrabando dos aspectos: despeja el secretismo que empleó la gestión anterior y busca, además, nuevos procedimientos.
Ahora bien, uno de los aspectos que se cuestionaron en el origen del proyecto fue el monto de la obra: nadie entendía muy bien como dos acueductos que el Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap) había calculado en unos 90 millones se había disparado a 430. Los legisladores oficialistas, que habían visto el proyecto horas antes de entrar al recinto, no lo podían explicar. El debate de los números, en ese sentido, permanece. Tampoco la cuestión ambiental está zanjada, a menos que Belén Esteves, desde la Secretaría de Ambiente de la Provincia, tenga ya en su poder un Estudio de Impacto Ambiental para exhibir.
Lo que resta saber es como se avanza en todos estos sentidos y que posición adopta el colectivo integrado especialmente para decirle no a los acueductos de Urribarri.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.