“Señora jueza, mire con la mirada intimidante que me está mirando. Mírela”
El cura Juan Diego Escobar Gaviria perdió la compostura y no pudo soportar que Sandra Mujica le sostuviera la mirada, frente a frente, durante una eternidad: esos minutos que tardó en acomodarse en el atril y sentarse a declarar frente al Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay, en el marco del juicio oral que se le sigue por los gravísimos hechos de corrupción y abusos de menores cometidos en Lucas González.
María Angélica Pivas, presidenta del tribunal, no respondió urgida por ningún pedido. Le señaló a la mujer que se sentara, se dispusiera a contar lo que las partes tenían para preguntarle, y que ante cada consulta, la respuesta la dirigiera mirando a los jueces. A su lado, los vocales Darío Crespo y Javier Cadenas se mantuvieron imperturbables. Sandra Mujica hizo lo que se propuso: mirarlo al cura, reprocharle con la mirada los estragos que provocó en su hijo, SMT, ahora de 17 años, convertido en la quinta víctima de Escobar Gaviria.
Son las 18,30 del miércoles, una tarde gris, con algo de desasosiego, y en la Plaza Constitución, al frente del edificio de Tribunales de Gualeguay, hay un movimiento sosegado. En la esquina de Monte Caseros y Centenario, El Carrito, una panchería casi gourmet, se alista para recibir a la clientela al paso, y al otro lado, suenan las campanas de la parroquia San Antonio. En Tribunales las puertas se abren y se cierran conforme entran y salen cada uno de los diez testigos de la Fiscalía que asisten hoy. Allí, las víctimas -sobrevivientes- del cura contaron, entre otras cosas, que Escobar Gaviria les traía de regalo de Colombia, boxers, denarios, rosarios y también billetes.
Los fiscales Federico Uriburu y Dardo Tórtul, que llevan la acusación contra el cura Escobar Gaviria, colombiano, miembro de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, encaran con tranquilidad los debates: los defensores del cura, Milton Urrutia y María Alejandra Pérez –llamativamente, hoy se ausentó Juan Pablo Temón—no han podido conmover los cargos planteados. Menos después de la presentación del testimonio de SMT, y de su madre, Sandra Mujica. Más todavía con el relato de W, otro chico de Lucas González, que reveló de qué hondura fueron los “tocamientos” del cura y cómo hacía para resistir a los constantes acosos de Escobar Gaviria en la casa parroquial.
Sandra Mujica aportó un dato relevante que dejó en situación incómoda a la contadora Luciana Gaztelumendi, tesorera de la parroquia San Lucas Evangelista, mano derecha de Escobar Gaviria, ahora al frente del grupo de señoras que viene a Gualeguay rezar padrenuestros, al lado de Tribunales. Dijo que cuando su hijo SMT fue citado a declarar como testigo en cámara Gesell, Gaztelumendi la convenció de que no lo hiciera. “Me aconsejó que mi hijo no declarase porque lo metían con psicólogos, le lavaban la cabeza, que iba a pasar vergüenza”, reveló. Esa vez, noviembre de 2016, su hijo negó conocer los hechos, negó saber de los abusos, negó todo.
Pero el viernes a la madrugada, SMT volvió a Lucas González–está ahora radicado en Buenos Aires, a donde trabaja en un taller mecánico–, y se encontró con Alexis Endrizzi, principal testigo de cargo de la Fiscalía, y hablaron. Se juntaron en casa de Sandra Mujica a tomar mates. Entonces, la mujer vio la ocasión de preguntarle a su hijo.
–¿A vos te hizo algo el cura? –preguntó la madre.
–Sí, mamá –le dijo SMT, y se puso a llorar.
–¿Y por qué no me lo dijiste?
–Por vergüenza, mamá.
En ese momento, Sandra Mujica supo lo que tenía que hacer. “Le dije que yo le creía, que no me importaba nada la vergüenza. Me llevo el mundo por encima por mi hijo. Y le pedí perdón, porque yo insistía para que fuera a la iglesia, para que el cura lo ayudara, porque siempre fue un chico muy rebelde, está en una edad de mucha rebeldía. Me siento mal por eso: el padre Juan Diego era alguien en quien yo confiaba”, contó después de salir de Tribunales.
Mañana, jueves, será la tercera jornada de debates, y se espera la declaración de los testigos de la defensa, diez personas, entre ellos el cura de Oro Verde, Alfredo Nicola. El lunes, en tanto, será el turno de los alegatos.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.